Por Francisco Nieto
Cada estreno de un nuevo trabajo de Park Chan-wook es una auténtica fiesta y un motivo de celebración para los amantes del buen cine en general y del cine asiático en particular. El cineasta coreano no baja el listón y cada cierto tiempo vuelve a seducirnos con una obra maestra. Ejemplos de orfebrería filmada que trasciende, deja un sedimento, invita a su revisión instantánea y a la postre nos llena de tristeza a la hora de calcular que todavía queda mucho para que vuelva a dar a luz otra obra de arte (aunque como decía el mítico anuncio: “hay que saber esperar para obtener un buen flan”).
Especialista en el arte del desquite, Park Chan-Wook nos ha convertido en yonkis de la venganza gracias a su peligroso corte de ritmo parsimonioso y violentas explosiones inesperadas. Los personajes del realizador surcoreano son hombres y mujeres que no tienen nada que perder, casi muertos en vida, cuyas acciones responden únicamente al ansia de justicia por la vía rápida. Poco a poco vamos descubriendo qué motivos y ofensas reales han provocado esa reacción. Aunque la consecución de la venganza en el cine de Park Chan-Wook suele equilibrar la situación, no por ello suele contentar a sus protagonistas.
Son muchos los que asocian el nombre de Park Chan-wook con el de OldBoy: 5 días para vengarse (séptimo de sus films realizado en el año 2003 y por el que recibiera un merecido reconocimiento internacional). Digamos que la crítica es así, desenfunda su lupa analítica en un lapso temporal determinado, como queriéndose adelantar al resto de aficionados al cine en general. Aunque poco de esto imaginaría Chan-wook mientras asistía a las sesiones de cine fórum durante su época de estudiante en la Universidad. Ni siquiera repararía en la crítica, el día en el que un grupo de empresarios coreanos le confiaron su primer proyecto, Moon Is the Sun’s Dream (1992). Y desde luego, ni en la crítica ni en los propios empresarios debió pensar, cuando lo que tenía que haberse convertido en una comedia al estilo de Por fin me la quité de encima (Ruthless People, 1986) se transformó en un festín donde incorporar todos aquellos elementos narrativos que había descubierto en una sala de cine. Resultado: un fracaso comercial en toda regla.
Sus constantes escénicas son claras y precisas: cuerpos que se buscan desde la profunda avidez de la sangre y lirismo teñido de rojo. Sus trabajos son espectáculos visuales extraordinarios, alardes compositivos preñados de suntuosidad y buen gusto que no dejan indiferente. Park Chan-wook se revela como un dedicado y delicado maestro de ceremonias de sus apetitos particulares.
Nuestros perplejos ojos no paran de deleitarse ante el aluvión de ejercicios de escritura fílmica más fascinantes de los últimos años. Su tejido significante abruma por el rigor formal de su concepción y por la extraña y casi asfixiante perfección de un trabajo de puesta en escena a la vez causa y resultado de su inagotable riqueza semántica. Al director no le duelen prendas a la hora de regodearse en momentos de auténtico disfrute de la violencia marca de la casa, pero siempre con esos puntitos de humor macabro que tan bien le suelen sentar a sus películas.
Si hay algo evidente al observar la obra de Park Chan-wook es el profundo respeto que siente hacia el medio cinematográfico y hacia su lenguaje. Hacia el montaje, la iluminación, el guión literario, el guión técnico, las interpretaciones, el sonido. Un ejemplo: I’m a Cyborg, but that’s OK. (2006). Analicemos su guión: la historia de una joven que se cree un robot y que es encerrada en un manicomio donde encontrará a un joven que tiene la capacidad de robar las posesiones más deseadas por los demás. Un drama romántico en su concepto más genérico: “chica conoce a chico”. Un análisis más minucioso, sin embargo, nos vuelve a presentar elementos comunes a otras obras del realizador (esperanza, desesperación, incomprensión, amor, redención).
Park quiere que sus personajes se relacionen en un espacio relajante y para ello se sirve de una iluminación pastel, en concreto el azul. Éste se encuentra envolviendo a todos ellos (las paredes del hospital, la máscara que luce uno de los protagonistas, el propio cabello de la protagonista, las sillas, el comedor, las camas…). Pero aún quedan otros recursos de lenguaje, como el guiño hacia el musical en una secuencia antológica que rinde homenaje a Mary Poppins y a Sonrisas y Lágrimas, además de a su protagonista masculino, Rain (que debuta como actor, pero que es cantante con miles de fans en Corea); o unas interpretaciones que no están sometidas a la rigidez del Actor’s Studio, donde los personajes parecen encontrarse no frente a la cámara sino ante la audiencia, con el fin de conseguir un mundo de fantasía, casi onírico. Y para redondear, la secuencia final, precedida del único instante de oscuridad total del film, donde el arco iris que nace con el amanecer une a los dos protagonistas, como queriendo decir: sí, todavía perdura la esperanza.
Y así podríamos continuar enumerando un elemento tras otro. Porque si hay algo que caracteriza a Park Chan-wook es que es conocedor del lenguaje que utiliza. Que aprende película a película. Y que, evidentemente, innova. Pese a quien le pese.
Comercialidad o cine de autor, porque Chan-wook se encuentra en una línea que discurre paralela a ambos conceptos, bebiendo de cada uno de ellos según sus necesidades como autor, o artesano, o reciclador, o innovador. Park, al igual que sus personajes (Oh Dae-su en Oldboy, Geum-ja en Lady Vengeance, el sargento surcoreano Lee Soo-hyeok en JSA o Chandra en N.E.P.A.L.) es consciente de que la esperanza no es más que el intento por conseguir aquello que uno pretende… Llegando o no a conseguirlo… Siendo considerado por los demás un director de éxito, o un autor. O ambos. O ninguno de ellos.
Filmografía
1992 – Moon is the Sun’s Dream
1997 – Saminjo (Trío)
1999 – Judgment (cortometraje)
2000 – Joint Security Area (ver crítica de CineFreaks)
2002 – Sympathy for Mr. Vengeance -primera película de la trilogía de la venganza- (ver crítica de CineFreaks)
2003 – If You Were Me (segmento Never Ending Peace And Love)
2003 – Oldboy -segunda película de la trilogía de la venganza- (ver crítica de CineFreaks)
2004 – Three… Extremes (segmento Cut)
2005 – Lady Vengeance -tercera película de la trilogía de la venganza- (ver crítica de CineFreaks)
2007 – I’m a Cyborg, But That’s OK
2009 – Thirst
2011 – Night fishing (cortometraje)
2011 – 60 Seconds of Solitude in Year Zero (segmento Cut)
2012 – Stoker (ver crítica de CineFreaks)
2013 – Day Trip (cortometraje)
2014 – A Rose Reborn (cortometraje)
2016 – The Handmaiden (ver cobertura de Sitges 2016)
2018 – The Little Drummer Girl (miniserie)