Por Pablo Arahuete
Las consecuencias de los agrotóxicos en la salud de la población es una asignatura pendiente de toda política de salud pública y un flagelo social invisible. Verlo todo junto y en un microuniverso es aún más impactante y de eso se trata el nuevo opus de Emiliano Grieco (Diamante, foto de portada), El rocío (ver crítica) y esta entrevista express.
Pablo E. Arahuete: – Si bien existen documentales sobre las consecuencias del uso indiscriminado de agrotóxicos en la salud de lugareños ¿Considerás que sintetizar en una historia como la de El Rocío podría generar en el público otro impacto a nivel emocional?
Emiliano Grieco: – Creo que sí, es lo que buscaba en la ficción: generar otro tipo de empatía, tocar otras fibras del espectador.
P.E.A.: – ¿Cómo fue para vos que estás más emparentado con el documental el paso a la ficción y a la puesta en escena complementaria de la imagen?
Emiliano Grieco: – Por momentos difícil. Pero la película tiene ese toque documental. De hecho me apoyé en lugareños como gente de tambo. Para hacer acciones cotidianas y filmarlas. Utilizar escenarios naturales ayuda a seguir en el plan documental. Las escenas donde está el personaje de Sara, con su madre, son los momentos más ficcionalizados y de set que tenemos en la peli. En la cual todo fluyó perfecto y fue una gran experiencia.
P.E.A.: – ¿Cómo llega al casting la protagonista de esta historia, cuyo personaje debe afrontar tanto en lo físico como desde lo emocional cierta intensidad y a la vez contención?
Emiliano Grieco: – Estaba en la búsqueda de casting para la actriz, fui a ver una obra de teatro en la cual actuaba y ella interpretaba un personaje duro. Empezamos a hacer pruebas de cámara. Desde lo emocional y físico hicimos el trabajo. La contención fue unos de los temas principales porque de la contención de bronca seguía la fuerza, que es lo que mueve el personaje.
P.E.A.: – ¿Hubo algún tipo de presión durante el rodaje teniendo en cuenta la temática que aborda esta historia de intereses contrapuestos y codicia?
Emiliano Grieco: – Sí, los hubo, más de una amenaza también. Es un tema incómodo ya que los lugares donde filmamos viven de eso. Muchas veces decía que era otra historia así no se corría la voz de lo que estábamos haciendo. Pero durante el rodaje estuvimos con un grupo muy unido, así que no tuvimos problemas.
