Por Rodrigo Rago
Dirigido por Marc Vigil, El silencio del pantano es un film que navega a la deriva en aguas de violencia y suspenso para llevar a cabo un relato que, a pesar de tener algunos huecos narrativos muy grandes, sabe mantener vivo el interés que siembra a partir de un gran comienzo. En este comienzo se presenta el bueno de Pedro Alonso (“Berlín” en La casa de papel) interpretando a Q, un novelista con tintes de psicópata que asesina a sangre fría para luego contarlo en sus reconocidas novelas.
Utilizando el recurso de voz en off, Q va narrando en este caso una historia sobre la corrupción política y las prácticas mafiosas que se llevan a cabo en su ciudad natal, Valencia. Lo que vemos en pantalla encuadra perfectamente con la narrativa de Q, dándonos a entender no solo que los lugares a los cuales recurre le sirven como inspiración, si no que esta historia, la cual está por ser contada, sólo tiene vida en la cabeza de este oscuro personaje. O tal vez no.
En la búsqueda de inspiración para su próxima novela, Q secuestra a Ferrán Carretero (José Angel Egido), quien además de ser un político de primera línea, es ni más ni menos que un fuerte eslabón de una cadena mafiosa. Este secuestro abre de buena manera una subtrama que ocurre dentro del mundo del hampa, comandada por una matriarca gitana quien es dueña de las calles más bajas de la ciudad.
Es así como comienza a desarrollarse la historia de Falconetti (Nacho Fresneda), un estereotipado matón de poca monta que en la búsqueda para atrapar al responsable del secuestro, partirá cualquier cabeza que haga falta; mientras, su jefa gitana “La Puri” (Carmina Barrios) lidia con todos los problemas que conllevan la desaparición de su hombre más valioso para llevar a cabo los negocios.
Y es en realidad esta subtrama a través del submundo criminal, quien le da el ritmo necesario a la película para continuar generando interés gracias un ambiente frenético al mejor estilo Bruno Stagnaro (Okupas, Un gallo para Esculapio). Pero no todo es color de rosa…
Tanto el desarrollo de Falconetti como de la Puri están forzados a un nivel tan alto que destruye todo lo bueno construido anteriormente; como espectadores entendemos desde un principio que su aparición en el film enriquece la trama sin tener que darle explicaciones a nadie. Su buen desarrollo de personajes se podría conseguir a través de escenas que realmente demuestren de lo que están hechos. Que no son chiste.
En cambio la película toma el camino de dar a conocer sus dramas y su historia de vida en escenas que rompen completamente con el aura de maleantes. Se vuelven débiles en unos pocos diálogos y encaminan un desenlace más que predecible. Ni hablar de la desaparición total del protagonista, que luego de mostrarse escribiendo su nueva historia a comienzos del segundo acto, desaparece del mapa. Tanto física como narrativamente.
Sin Q, la película toma otro rumbo y su ausencia da la sensación de que este “nuevo” producto podría funcionar tranquilamente. Y es por esto que el regreso de Q faltando alrededor de treinta minutos de cinta no encaja ni por asomo y, nuevamente, queda todo demasiado forzado. La falta de desarrollo en la trama a estas alturas es notoria.
Y, justamente, es en ese último acto donde la película decae de manera impresionante y pierde casi toda la vitalidad llegando al final. Como espectadores nos queda una sensación de vacío, su hora y media de duración nos deja la experiencia corta ya que es un gran entramado para tan poco tiempo de narración. Un film que a mi parecer podría funcionar como piloto de lujo para una serie completa protagonizada por Pedro Alonso, donde podrían transcurrir tranquilamente unas cuantas novelas urbanas y llamaría la atención sobre todo a los fans de La casa de papel.
Es así como, a pesar de contar con algunas escenas forzadas que poco suman y con un desarrollo en deuda de la trama, El silencio del pantano dentro de su poca originalidad, logra entretener de buena manera al espectador y se convierte en una posible opción para disfrutar en Netflix. No es mi caso, pero siempre vale la pena intentar.
Titulo: El Silencio del Pantano.
Título original: Idem.
Dirección: Marc Vigil.
Intérpretes: Pedro Alonso, Nacho Fresneda, José Ángel Egido, Carmina Barrios, Àlex Monner, Maite Sandoval, Javier Godino, Raúl Prieto y Luis Zahera.
Género: Thriller.
Clasificación: Apta para mayores de 16 años.
Duración: 87 minutos.
Origen: España.
Año de realización: 2019.
Distribuidora: Netflix.
Fecha de estreno: 22/04/2020.
Puntaje: 6 (seis)