Por Pablo Arahuete y Maximiliano Curcio
Para Ennio Morricone no hubo desafío imposible. Bastaba una convocatoria y la decidida colaboración de este compositor romano para sumergirse en una atmósfera de melodías sencillas y acordes inoxidables. Los géneros cobraban otro sentido si de antemano el proyecto apostaba a la genialidad del gran Morricone, quien hasta hace muy poco seguía activo y tal vez pensando en su obra quinientos y pico, como en el momento en que fuese convocado por Quentin Tarantino para nutrir a su western Los ocho más odiados de ese dramatismo musical tan característico en otras bandas sonoras con su sello musical. Emociones y tensión, las notas del maestro recorren la historia del cine y es por eso que cualquier homenaje siempre será más que bienvenido. ¿Lo repasamos en este episodio mientras volvemos a llorar por ese Cinema Paradiso?
Podés ver y escuchar el episodio completo acá: https://www.youtube.com/watch?v=Y3n7mJA_5cA&t=2s