Por Pablo Arahuete
En tiempos donde cualquier reflexión se hace polvo ante el avance irremediable de la inercia de la estupidez, el parasitario juego del toma y daca de imágenes y ruido sin contenido que anestesia y embrutece a la masa controlada por el miedo, cruzarse con un texto exquisito como el que atraviesa la primera mitad de esta adaptación de la obra de teatro, escrita y dirigida por Norman Briski, es una señal de que todavía persiste el loco que la juega de cuerdo en un mundo de científicos que no saben nada de la vida ni de lo que los rodea.
Sentencias como las de un muerto ajeno que es el que más pesa se incrustan en este universo que hace de un soliloquio -compartido en estéreo- un espacio donde lo teatral se regenera a partir de la mirada de un espectador en estado pasivo, pero que se ve interpelado en un instante donde la cámara comienza a moverse.
¿Acaso el cine no es un instrumento para romper la estructura invisible de la inercia?; ¿acaso la inercia no es la expresión acabada de la falta del deseo? Apenas dos interrogantes que podrían reproducir miles de otros en serie, y desde ese desafío al intelecto y al corazón soltar las alas de la creatividad y abrir el terreno de lo simbólico para transitarlo con la prisa de las palabras y el silencio del pensamiento.
Si el protagonista es un empleado que vende su cuerpo y conocimiento para probar la fragilidad de los maniquíes que se estrellan en colisiones controladas; que se expone en carne propia a chocar a velocidad importante contra un colchón, simplemente por hacer bien un trabajo mal remunerado y con la ciega condición de que el fin justifica cualquier medio, entonces el tiempo en el que se desarrollan los acontecimientos nos deja ese sinsabor de una actualidad sin melancolía y tan blanca y negra como la imagen que la tiñe.
El viraje al color en el último acto es una manifestación política absoluta, un contraste de crónica de una debacle anunciada, que se repite en una secuencia casi infinita. Una estrofa de un tango desafinado como un discurso de antaño contra la inercia y la muerte de las mentiras.
Título: 9.81.
Título Original: Idem.
Dirección: Norman Briski.
Intérpretes: Sergio Barattucci, Martín Martínez- Richard, Romeo St Phard, Tomás Finkel, Guillermo Bechthold, Daniela Colucci, Sofía Molinari, Patricio Bettini y Carolina Vojvoditch.
Género: Drama.
Clasificación: No disponible.
Duración: Pendiente.
Origen: Argentina.
Año de realización: 2021.
Distribuidora: Independiente.
Fecha de Estreno: 15/10/2021.
Puntaje: 9 (nueve)