Por Aleix Sales, corresponsal Cine Nueva Tribuna, España
La máquina de la nostalgia ochentera lleva años imparable en todas sus vertientes y parece no tener fin. Incluso cuando parecía que había fracasado con un icono como los Cazafantasmas por medio del reboot en clave femenina dirigido por Paul Feig, esta sigue sin darse por vencida y con ganas de exprimir los mantras idealizados en la cultura popular. Borrón y cuenta nueva respecto a la reactualización de 2016 para ofrecer una fórmula que indudablemente funcionará entre los fans, pero que no deja de ser un producto estudiado para llegar a su objetivo sin demasiada osadía.
Jason Reitman toma el relevo a su septuagenario padre en una entrega que, por derecho propio, encajaría como tercera parte de la saga. Además del parentesco y los lazos emocionales que Reitman hijo tiene con Cazafantasmas, su responsabilidad en esta revitalización no es gratuita, puesto que el director y el guionista Gil Kenan han planteado el film como una teen movie de iniciación veraniega; subgénero en el cual el canadiense ha demostrado tener mano a la hora de llevar tramas de adolescentes como en La joven vida de Juno (2007) o Hombres, mujeres y niños (2014).
Ambientada en una ciudad de la América profunda, Reitman filma una refundación que opera más como película juvenil de Amblin, sin dejar de homenajear constantemente al legado de su padre a base de guiños, cameos y citas explícitas a la mitología creada. Casi como una hermana menor de Super 8 (J.J. Abrams, 2011), Ghostbusters: El legado sale airosa en su invocación al universo pretérito, pero no trasciende la corrección de la pauta en la que se ancla.
No falla, pero no arriesga y un cierto olor a naftalina invade buena parte del ambiente porque todo lo que presenta ya lo hemos presenciado muchas veces. Aun teniendo algunas buenas secuencias que harán las delicias de los admiradores y espectadores casuales (el supermercado, por ejemplo); y de contar con un reparto eficiente donde destacan McKenna Grace, Logan Kim y Paul Rudd, a la película le falta un derroche de imaginación y originalidad que la avive. Parte de los diálogos necesitan una chispa para realzar un conjunto que, a veces, está más preocupado en no ofender al material de base que de tirarse de cabeza a la locura que debe ser Cazafantasmas.
No obstante, pese a su piloto bastante automatizado, se agradece que Reitman y Kenan tomen tiempo para aportar un poco de alma a sus personajes en lugar de entregarse al batiburrillo de acción desenfrenada en el que caen demasiadas muestras de cine de estudios hoy en día. De hecho, la primera hora es bastante gratificante, pero luego acaba virando hacia la insustancialidad y un desenlace bobalicón.
Lo que queda, pues, es un divertimento competente, respetuoso, facilón, con poco que añadir y apuntando todo el tiempo al corazón de los niños de los 80 o cualquier fanático. No hay duda que complacerá a su parroquia, pero para las nuevas generaciones puede ya resultar algo desfasada. Precisamente, por el empacho de revivals ochenteros que esta última década nos ha brindado el mainstream audiovisual. Ya va siendo hora de darle un descanso, eterno o no.
Título: Ghostbusters: El legado.
Título Original: Ghostbusters: Afterlife.
Dirección: Jason Reitman.
Intérpretes: Finn Wolfhard, Carrie Coon, Mckenna Grace, Sigourney Weaver, Paul Rudd, Celeste O’Connor, Logan Kim, Annie Potts, Bill Murray, Dan Aykroyd, Ernie Hudson y Bokeem Woodbine.
Género: Aventura, Comedia, Fantasía.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 124 minutos.
Origen: EE.UU./ Canadá.
Año de realización: 2021.
Distribuidora: UIP – Sony.
Fecha de Estreno: 18/11/2021.
Puntaje: 6 (seis)