Por Soledad Colina
Ruido (2022) es el tercer largometraje de la directora mexicana Natalia Beristáin, que fue estrenado este año en el Festival de Cine de San Sebastián y con una excelente repercusión por parte del público. Esta película, que lleva una fuerte carga dramática en su interior, cuenta la historia de Julia, una mujer madura y artista plástica, que saldrá a las calles a buscar a su hija de 25 años llamada Ger, quien se encontraba de vacaciones en una zona paradisíaca mexicana y de pronto desapareció sin demasiadas explicaciones. Tras la lógica denuncia a las autoridades locales, quienes no le dan ninguna novedad o información acerca del caso de su hija, tras nueve angustiantes meses sin noticias, Julia se cansará de esperar respuestas, comenzando su propia búsqueda. Este recorrido incierto y hasta peligroso (su hija podría haber sido secuestrada por una red de trata de personas, una banda narco o la misma policía), la llevará a encontrarse con otras familias que sufren del mismo dolor, bronca y desesperación que carcome diariamente su alma.
Ruido es un relato crudo y angustiante por demás. Lamentablemente el caso que desarrolla, la desaparición de la psicóloga Ger, es uno más dentro de un país como México, que ostenta el primer lugar en secuestros en toda América Latina. Allí las guerras narcos, las desapariciones de personas y las muertes son moneda corriente. La inseguridad y la violencia es una realidad muy compleja en la vida mexicana. La realizadora Natalia Beristáin realizó una ardua investigación al respecto antes de filmar su largometraje y nos muestra su gran testimonio de la sociedad local, del horror que los rodea y lo vuelve casi un grito de justicia y denuncia.
Pero también Julia encontrará en su camino un poco de esperanza, contención y hasta una mano de ayuda por parte de otras personas, como por ejemplo Abril, una periodista en busca de verdades, que la acompañará en su triste búsqueda. Sin saber por dónde empezar, su andar le irá dejando el semblante cansado y hosco. Esta será su lucha, pero también de muchos, que no pueden creer que estos delitos se realicen tan impunemente en un país donde se gobierna en democracia.
Julia está interpretada por la actriz mexicana Julieta Egurrola, que tiene un largo recorrido en cine y televisión en su país y también es madre de la directora. Su interpretación es excelente, su rostro demacrado refleja todo el terrible dolor que la aqueja. De repente ella, una mujer acomodada que vive en su propio y burgués mundo, tras la desaparición de su hija, tendrá que unirse con otras madres en su misma condición, comenzando una investigación (por fuera) de la justicia. Su marido (interpretado por el actor y también padre de la realizadora, Arturo Beristáin) en cambio, se siente incapaz de acompañarla en la búsqueda, debido a la fuerte depresión que sufre.
Ruido es una película humana, intensa, sin filtros, donde la directora Natalia Beristáin nos llena de emoción por la entrega de Julia y también de impacto, por los terribles hechos que se intuyen, solo apenas una punta del ovillo. Ruido es verdad, pero también reclamo, por esas víctimas que nunca volverán.
Título: Ruido.
Título original: Idem.
Dirección: Natalia Beristáin.
Intérpretes: Juliana Egurrola, Teresa Ruiz, Adrián Vázquez, Arturo Beristáin, Pedro De Tavira y Mariana Giménez.
Género: Drama.
Calificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 104 minutos.
Origen: México/ Argentina.
Año de realización: 2022.
Distribuidora: Independiente.
Fecha de estreno: 13/10/2022.
Puntaje: 7 (siete)