Por Soledad Colina
A casi 48 años de su estreno italiano, exactamente el 7 marzo de 1975, Rojo profundo (Profondo Rosso) la cuarta película dirigida por el realizador Dario Argento, tiene en este febrero de 2023 su reestreno en algunas salas de cines argentinos, en copias totalmente remasterizadas, con audio en su idioma original (italiano) y su duración completa, sin cortes (un poco más de dos horas). De más está decir que esta es una cita imperdible para 
los amantes de este tipo de cine (me incluyo fervientemente), que admiramos el talento de un director como Argento, un arquitecto de la puesta en escena y el artificio cinematográfico, y que por aquellos años estaba en la plenitud de su oficio y creatividad. Pero también la oportunidad se presenta idónea para aquellos espectadores, curiosos quizás, que quieran apreciar un largometraje muy particular, una historia de misterio, muerte y locura, que seguramente no los dejará indiferentes, principalmente desde su lado estético y visual.
Después de filmar su trilogía animal o zoológica, compuesta por El pájaro de las plumas de cristal (1970), El gato de las nueve colas (1971) y Cuatro moscas sobre el terciopelo gris (1971), todas películas pertenecientes al subgénero de origen literario Giallo (amarillo en italiano), Dario Argento pensó que ya se había cumplido un ciclo. Su próxima película sería mucho más lograda y compleja. Un paso adelante en su filmografía. No solo sería un simple relato donde una persona común tendría que descubrir, casi de forma involuntaria, al asesino detrás de macabros crímenes, sino también le agregaría sutiles elementos sobrenaturales. Es por eso que su Rojo profundo es un largometraje pensado minuciosamente y con gran dedicación por el maestro del cine de terror italiano. Desde su cuidada y barroca puesta en escena, sus impecables y oníricos planos, su inquietante y nerviosa banda de sonido a cargo de la agrupación Goblin, hasta la decisión de filmar en Torino, una emblemática ciudad al norte italiano, que está fuertemente ligada a la Magia Negra. Todo comienza con la escritura del guion, junto al autor Bernardino Zapponi, en una apartada y tranquila casa rural, dónde Argento crea y traza una de sus películas más especiales y personales. Un cuento de horror dónde la sangre se ve más roja que nunca (de allí su título, Rojo profundo).
La trama se desarrolla así: Helga Hulmann (Macha Méril) es una famosa parapsicóloga que es brutalmente asesinada una noche en su departamento tras regresar de una presentación en un teatro local con otros colegas. Su asesino luce gabardina, guantes de cuero y un arma blanca. Así lo podemos apreciar nosotros gracias a un magnífico plano subjetivo (los espectadores vemos desde su punto de vista). Pero también hay otro testigo del crimen. Un músico y pianista de jazz inglés llamado Marcus Daly (David Hemmings), quien paseaba con un amigo en la plaza ubicada justo enfrente del edificio donde vivía Helga y ve como la pobre mujer es asesinada. Desesperado se dirige hasta el lugar, un bello departamento que cuenta con un extraño pasillo lleno de pinturas y espejos, pero lamentablemente la mujer ya ha muerto. Será a partir de este desafortunado hecho que Marcus, al ver el poco interés de la policía local para resolver el asesinato, comenzará a investigar por su cuenta, tratando de encontrar un responsable. Sin embargo, más muertes se irán sumando en el camino y su vida se pondrá en grave peligro, temiendo severamente por su integridad física.
Les advierto que en Rojo profundo los espectadores no son simples observadores. Muy al contrario, su director Dario Argento los invita a ser partícipes de la investigación que lleva Marcus. Para eso hay que estar atento a todos los detalles y las pistas que van a ir apareciendo en pantalla, agazapados y prontos a ser atrapados. Desde el mismo comienzo
del relato se irán dando a conocer, solo queda poder encontrarlos. La alucinante fotografía, a cargo de Luigi Kuveiller, volverá todo el asunto una verdadera pesadilla de índole casi surrealista. Las manos de Argento detrás (sujetando virtuosamente la cámara para filmar en el extinto sistema CinemaScope) y delante de la cámara (luciendo las manos del asesino en guantes de cuero negro, para así luego asesinar con armas blancas a las víctimas), pocas veces fueron tan exquisitas y extremas en estilización cinematográfica. Los espacios se vuelven inquietantes e angustiosos. El peligro acecha a la vuelta de cada esquina. Las escenografías, diseñadas magistralmente por el colaborador Giuseppe Bassan, se aprecian casi como un buen cuadro. Aquí nada está librado al azar. La tarea de Marcus no será fácil, a pesar de contar con la ayuda de una simpática periodista, Gianna Brezzi (interpretada por Daria Nicolodi, la actriz italiana y esposa de Darío Argento por aquel entonces).
Rojo profundo comienza con una cena familiar en la Nochebuena. Un bello niño rubio vestido con pantalón corto, camisa y zapatos negros espera su regalo cerca del árbol navideño, sin embargo, es testigo de un brutal acontecimiento. Su vida y la de su familia ya no será igual. La niñez y lo siniestro de lo cotidiano quizás den como resultado una psicopatía enferma y criminal. Allí es donde Dario Argento da el puntapié inicial para esta historia de crimen, perversión y traumas. Es todo un acontecimiento poder disfrutarla en la oscuridad de una sala de cine y con toda la magia que esto implica.
Título: Rojo Profundo.
Título original: Profondo Rosso.
Dirección: Darío Argento.
Intérpretes: David Hemmings, Daria Nicolodi, Glauco Mauri, Macha Méril, Eros Pagni, Gabriele Lavia, Nicoletta Elmi, Jacopo Mariani, Clara Calamai, Piero Vida, Piero Mazzinghi, Giuliana Calandra, Furio Meniconi.
Género: Terror, Thriller, Giallo.
Clasificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 100 minutos.
Origen: Italia.
Año de realización: 1975.
Distribuidora: Mirada Distribución.
Fecha de estreno original (en Argentina): 26/03/1976.
Fecha de reestreno: 16/02/2023.
Puntaje: 9 (nueve)
