Por Joan Segovia, corresponsal Nueva Tribuna, España
Tras años de espera, ha llegado el live action más caro de Netflix. Ya desde su primer anuncio todos nos echamos las manos a la cabeza con el recuerdo de otros desastres aún en mente. Series como Death Note, Cowboy Bebop o la reciente película de Caballeros del Zodíaco aterrorizaban nuestros sueños de ver el posiblemente más famoso manga de la historia destrozado. Con los meses y los tráilers las expectativas iban mejorando, pero la duda seguía carcomiendo a los fans que con temor veían acercarse la fecha de estreno. Y por fin llegó.
Contar de qué va One Piece sería romper la magia y hacerle un flaco favor a la obra, por lo que me limitaré en ello. Luffy es un joven que tiene el sueño de convertirse en el Rey de los Piratas y para ello debe surcar los mares, formar una tripulación y encontrar el One Piece, el desconocido gran tesoro que dejó escondido el anterior rey pirata. En estos episodios veremos los primeros pasos de nuestro protagonista en lograr su objetivo y como reúne sus primeros tripulantes. Conoceremos cómo es el mundo plagado de islas en el que viven y quién lo rige. Todo esto mientras Luffy va ganándose aliados y enemigos por igual.
La serie es, rotundamente y sin lugar a dudas, la mejor adaptación con actores reales que se podía hacer de este universo del cómic japonés. Se han tomado decisiones que a los fans podría chocar de primeras, como el cambio físico de algunos personajes o la eliminación de otros más secundarios (como se hizo también en Game of Thrones), pero todas estas modificaciones reducen la confusión para la gente que llega de nuevas a esta historia. Son, por encima de todo, buenos cambios que no rompen la magia de la obra original y permiten que la serie tenga mejor acabado al simplificar las apariencias en ocasiones ridículas de muchos de sus personajes.
Lo que llamará más la atención a los conocedores de la historia son las tramas que la serie ha decidido eliminar o modificar, quitándose enemigos de en medio como algún secuaz o villano secundario. También la introducción de cierto personaje principal, el cual no entra en escena hasta mucho más tarde en el manga. Como ya he dicho, todas estas diferencias mejoran y mucho la experiencia para los profanos en este cómic que lleva más de 25 años publicándose con más 1000 capítulos y siguiendo. Una barrera de entrada enorme que se verá en gran parte rota gracias a esta serie. Además de aportar una versión distinta que nos hace sorprender a los que ya sabíamos que iba a pasar.
En los live action de anime suele haber un problema siempre al representar los poderes especiales de los personajes. Hay claros ejemplos de ello tanto en la ya nombrada película de Caballeros del Zodíaco o la infame Dragon Ball Evolution, por lo que el temor en este caso era de esperar. Por suerte, gran parte de los efectos visuales están realmente conseguidos y la calidad del CGI es suficiente como para no resultar ridícula. Para algunos personajes como los hombres pez, o gyojins como se llaman en la obra original, se ha optado por el uso de efectos plásticos como prótesis y maquillaje y, si bien es cierto que el resultado no es perfecto, una vez vistos en acción queda claro que ha sido mejor opción esta que el uso de efectos digitales.
El trabajo actoral es increíble. Los personajes se sienten como los fans los conocemos, todos con sus clásicas expresiones y manías. Tanto Iñaki Godoy en el papel de Luffy, Mackenyu como Zoro, Emily Rudd como Nami o Vincent Regan haciendo de Garp clavan el personaje desde las miradas hasta la sonrisa. En especial recalcar el trabajo de Jacob Romero Gibson como Usopp, quien lo tenía algo más difícil al perder su personaje la característica nariz que lo hace tan reconocible, y a Jeff Ward el cual, contra todo pronóstico, ha hecho el mejor Buggy que nadie pudo imaginar.
La banda sonora es otro punto fuerte de la serie. Las canciones del anime, al menos más reconocibles por todos, siguen estando dando énfasis en los momentos más emotivos y acompañando a la banda de piratas en los puntos más importantes de su travesía. Además, como es habitual, se han creado canciones expresamente para ella. En concreto, la cantante Aurora pone con su canción “My Sails Are Set” el lazo perfecto a una de las escenas más lacrimógenas de la temporada.
Aunque cabe decir que la serie tiene sus flaquezas, como el poco tiempo que dan realmente al desarrollo de los personajes o lo cortas que se hacen algunas peleas, el resultado es mucho mejor que lo que el público espera de este tipo de productos. En muchos casos, los live action no dejan de ser una serie o película que pretende captar público de los seguidores de la obra original. Pero One Piece de Netflix marca la diferencia con el manga en la justa medida para ser tenida en cuenta por sí misma. Por fin una adaptación a la altura de los fans.
Título: One Piece.
Título original: Idem.
Dirección: Marc Jobst, Emma Sullivan, Tim Southam & Josef Kubota Wladyka.
Creadores: Matt Owens & Steven Maeda, sobre la obra de Eiichirô Oda.
Intérpretes: Iñaki Godoy, Mackenyu Arata, Emily Rudd, Jacob Gibson, Taz Skylar, McKinley Belcher III, Vincent Regan, Ilia Isorelýs Paulino, Morgan Davies, Peter Gadiot y Craig Fairbrass.
Género: Basada en manga, Serie, Acción, Aventura, Comedia.
Calificación: Apta para mayores de 13 años.
Duración: 8 episodios con una duración entre 51 y 62 minutos.
Origen: EE.UU./ Reino Unido/ Japón/ Sudáfrica.
Año de realización: 2023.
Plataforma: Netflix.
Fecha de estreno: 31/08/2023.
Puntaje: 8 (ocho)
