Por Pablo Arahuete
21 gramos, segundo largometraje del laureado director mexicano Alejandro González Iñárritu, hace alusión al peso que pierde el cuerpo cuando se muere. A partir de esta premisa un acuciante interrogante arremete: ¿es el alma 
aquello que pesa 21 gramos, y en ese caso dónde quedan depositados? La respuesta parecería ser que esa esencia es absorbida por quienes aún viven. Sobre este eje trabaja el guión de Guillermo Arriaga (Amores perros) en un complejo entramado de relaciones conectadas por un accidente.
Los personajes extremos ideados por el escritor transitan todos por un umbral donde la muerte está próxima y eso los impele a buscar una segunda oportunidad, una chance de redención para saldar un pasado tortuoso. Con la misma estructura narrativa que en Amores perros, ópera prima de Iñárritu, la temporalidad de la historia rompe la linealidad del relato, fragmenta pasado y presente y los fusiona en un constante avance y retroceso que no descansa hasta el final. Ese rompecabezas mental que el espectador debe armar y desarmar para seguir el hilo de una trama con altos picos dramáticos a veces conspira contra la propia dinámica que el film pretende. Tres personajes centrales se cruzan en un momento particular de sus vidas como consecuencia de un hecho fortuito en el que se ven involucrados en un doble rol de víctimas y victimarios.
Paul (Sean Penn) es un profesor de matemática que necesita un transplante de corazón urgente. Su particular situación afecta su matrimonio, que se debate entre la espera angustiante de un donante y la presión de su esposa Mary (Charlotte Gainsbourg) para quedar embarazada mediante inseminación artificial. Cristina (Naomi Watts), tras haber dejado atrás un pasado de drogas y excesos intenta rehacer su vida al formar una familia perfecta con su esposo Michael (Danny Huston) y sus dos hijas. Jack (Benicio Del Toro), luego de salir de la cárcel dedica su vida a mantener a su familia, realiza trabajos que le cuesta conseguir dada su condición de ex-presidiario y reafirma su fe cristiana todos los días de su vida. Un accidente trágico donde el esposo y las hijas de Cristina mueren atropelladas por Jack permite que Paul reciba su corazón y se 
salve. Sin embargo, una cadena de hechos posteriores precipitará las cosas.
El principal problema de este film reside en lo pretencioso de su esquema narrativo y su inevitable reflejo con su antecesor Amores perros. Se pierde en el vértigo de querer decirlo todo, mostrarlo todo, reflexionar acerca de la vida y la muerte y entregar grandes dosis de drama.
El elenco sale airoso de este duro relato, sobre todo la soberbia actuación de Benicio Del Toro y el sorprendente trabajo de Naomi Watts. Sean Penn con esta actuación se consagra como el mejor actor del año pasado por lejos.
La inspirada fotografía de Rodrigo Prieto se complementa perfectamente con la esfera psicológica de los personajes. Las gamas de azules, rojos y amarillos marcan diferentes emociones y eso se pierde por la constante fragmentación impuesta por el realizador.
Un film que podría haber sido muy bueno si no hubiese estado tan pendiente de sí mismo. ¿Cuánto pesa el ego de Iñárritu?
Título: 21 gramos.
Título Original: 21 Grams.
Dirección: Alejandro González Iñárritu.
Intérpretes: Sean Penn, Benicio del Toro, Naomi Watts, Charlotte Gainsbourg, Melissa Leo, Danny Huston, Clea Duvall.
Género: Crimen, Drama, Thriller.
Clasificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 124 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2003.
Distribuidora: UIP.
Fecha de Estreno: 15/01/2004.
Puntaje: 7 (siete)
