Por Omar Tubio
No es Disney esta vez quien arremete con otra remake oportunamente familiar como en el caso de Un Viernes de locos -a la cual el aggiornamiento necesario terminó por mejorar- sino Fox, que tomando como base una comedia de los años 50, protagonizada por Clifton Webb y Myrna Loy, ofrece una mirada ¿moderna? acerca de las familias numerosas.
Y vaya si es numerosa, ya que la componen Papá y Mamá Baker y sus doce adorables hijos. Pero ojo!… estamos en los Estados Unidos y nadie se atrevería a poner en duda que el matrimonio de los Baker desconozca cómo cuidarse. Nada de eso; en este caso era el deseo genuino de ambos el criar a muchos chicos, aunque algunos de ellos hayan sido un accidente no previsto. Error de cálculo que le dicen.
Cuando conocemos a la familia se los ve felices, pintorescos, con problemas cotidianos que por razones obvias tienen que ver con las complicaciones que acarrean el ser numéricamente los que son. Esto es: desorden y caos en toda la casa, peleas y discusiones en cada rincón y roturas y suciedades varias esparcidas por doquier. Pero mamá Baker está acostumbrada y sólo cierra los ojos y pregunta cuántas piezas de la loza se han dañado. Nadie se enoja demasiado y se supone que alguien limpia y alguien repone lo roto.
Todo este planificado desorden familiar se ve alterado por una terrible noticia: Papá fue contratado por un equipo de la gran ciudad (es entrenador y éste es el equipo de sus sueños!) y deben mudarse. Además, ganará mucho más dinero y la familia tendrá una casa mejor. Pero a pesar de todo, nada es válido para cambiar la cara de traste que uno a uno le pondrán todos sus hijos. Papa y mamá no se lo piensan mucho y levantan campamento. ¡Que manga de egoístas!
Como si esto fuera poco y para calentar más los ánimos, Mamá Baker -que aparte de los quehaceres domésticos y criar a doce hijos, en sus ratos libres escribía- recibe una propuesta para editar lo escrito y realizar una pequeña gira para promocionarlo. Alentada por su marido acepta, pero con la condición de que éste se encargue de los críos durante su ausencia. A partir de ese momento comenzará una guerra declarada de éstos, quienes desplegarán toda la artillería de berrinches, caprichos y travesuras peligrosamente descaradas para lograr un único objetivo: volver a ser la familia que eran, cueste lo que cueste y caiga quien caiga.
Con semejante premisa –solapada por el aura de inocente comedia familiar de enredos- ya está todo dicho. Nada es sutil y todo bordea el trazo grueso. Y hasta la imagen de familia perfecta poco se sostiene; basta con ver que uno de sus componentes –el más tímido, el “diferente”- es continuamente segregado por sus hermanos, sus padres confunden su nombre y además tiene como única amiga a una rana…
Steve Martin es un comediante con el cual es difícil ensañarse. Siempre cayó bien al público y ha hecho comedias memorables, pero últimamente pareciera empeñado en destruir su imagen (por qué ese lifting??); mientras, Bonnie Hunt es el estereotipo de la madre buena y abnegada (¿para cuando una villana?), Tom Welling (Smallville) y Hillary Duff están para atraer adolescentes a los cines, y los demás niños cumplen con la morisqueta de turno. Quizás la sorpresa la de Ashton Kutcher (ex-modelo y actual juguete erótico de Demi Moore), quien termina por ser lo mejor de la película. Y eso es grave.
Título: Más barato por docena.
Título Original: Cheaper by the Dozen.
Dirección: Shawn Levy.
Intérpretes: Steve Martin, Bonnie Hunt, Hilary Duff, Piper Perabo, Ashton Kutcher, Tom Welling, Kevin Schmidt, Alyson Stoner, Jacob Smith, Liliana Mumy, Morgan York y Forrest Landis.
Género: Comedia.
Clasificación: Apta todo público.
Duración: 98 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2003.
Distribuidora: Fox.
Fecha de Estreno: 05/02/2004.
Puntaje: 3 (tres)