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jueves, 21 noviembre 2024
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El abrazo partido: Del Once a Polonia sin escalas

Por Omar Tubio

Este es el cuarto trabajo de Daniel Burman como director y sin lugar a dudas el mejor. Luego de debutar con la casi experimental Un crisantemo estalla en Cincoesquinas (1998), filmó la sólo correcta Esperando el Mesías (2000), con un reparto internacional y capitales europeos, para finalmente despacharse con la muy fallida Todas las azafatas van al cielo (2002), redondeando así una filmografía irregular pero curiosa. El abrazo partido (premiado en el último Festival de Berlín) lo encuentra en su mejor forma y con las cosas mucho más claras en cuanto al rumbo que desea para su cine. Burman consigue conjugar lo masivo y lo comercial sin perder un ápice de su personalidad y de su identidad.

Y si de identidad hablamos entramos de lleno en el tema de la película. Retomando un poco algunos temas abordados en Esperando el Mesías, el joven director vuelve sobre la colectividad judía pero con una mirada mucho más distendida, relajada, donde el humor fluye con naturalidad y cada personaje es un hallazgo en sí mismo.

El epicentro es una vieja galería del Once (de las que aún sobreviven a la crisis) con sus respectivos negocios, donde conviven diariamente sus respectivos propietarios. Si bien en su mayoría son judíos también hay italianos, coreanos y peruanos. Y a falta de un gran movimiento en lo comercial, lo que abunda es la camaradería y la solidaridad alimentadas a través de los años compartiendo alegrías y decepciones. En este entorno fue criado Ariel, un joven en plena crisis de identidad que atiende junto a su madre una lencería y que al no vislumbrar ningún futuro en el país planea tramitar el pasaporte polaco y emigrar a Europa. Su padre, que se fue a Israel antes de que él naciera, es un enigma aún no resuelto y su probable regreso lo pone en una difícil encrucijada. ¿El rencor acumulado será más fuerte que la ansiedad por conocerlo?

Esta es una película apoyada fuertemente en sus personajes y sostenida por un guión plagado de situaciones jugosas, donde el famoso y autoparódico humor judío se despliega a sus anchas. Construido a la manera de viñetas, cada bloque está titulado y es esta estructura lo que quizás ha llevado a los europeos a comparar a Burman con un Woody Allen o un Nanni Moretti. Más allá de las odiosas comparaciones, el director argentino maneja la cámara imitando el ojo humano, despojándose de prolijidades y de planos estéticos y moviéndose como un actor más. Lo que interesa son los gestos, las miradas indiscretas o cómplices, algún dialogo a medio terminar o simplemente una silueta perdida en algún punto.

El increíble reparto es otro de los hallazgos. Daniel Hendler (ya un alter ego de Burman) ha impuesto en sus respectivos trabajos una especie de estilo de actuación que le es propio y que le rinde sus buenos frutos. Su Ariel no es muy diferente, por poner un ejemplo, del antihéroe que encarnaba en El fondo del mar (2003), pero encaja perfecto con el tono melancólico y abúlico de su personaje. De todas maneras sería aconsejable para su futuro un viraje hacia otro tipo de roles para evitar un peligroso encasillamiento. Adriana Aizenberg se mueve como pez en el agua en esa típica idishe mame pasando con total soltura de la situación más ridícula a la emoción más profunda y sentida. Sergio Boris, como el hermano Joseph, se consagra como un gran actor robándose muchas de la escenas en las que participa y todo el elenco en general se destaca por su solidez. Un párrafo aparte para el enésimo rabino compuesto por el siempre eficaz Norman Erlich, toda una institución.

Como único reparo para tanto elogio, cabría denotar una cierta liviandad en la resolución del conflicto. La justificación de la partida del padre es un tanto ilógica para tamaña decisión y esto hace que se resienta la credibilidad en su tramo final, pero no alcanza a dañar de ninguna manera al producto terminado.

Daniel Burman tiene un promisorio futuro en el panorama de nuestro cine y es uno de los pocos surgidos en los últimos años al cual es difícil etiquetar. Mejor así.

Título: El abrazo partido.
Título Original: Idem.
Dirección: Daniel Burman.
Intérpretes: Daniel Hendler, Adriana Aizemberg, Sergio Boris, Jorge D’Elía, Rosita Londner, Salo Pasik, Diego Korol, Silvina Bosco, Melina Petriella, Juan Minujín, Norman Erlich.
Género: Comedia.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 100 minutos.
Origen: Argentina/ Francia/ Italia/ España.
Año de realización: 2004.
Distribuidora: Distribution Company.
Fecha de Estreno: 14/10/2004.

Puntaje: 8 (ocho)

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