Por Pablo Arahuete
Un pseudo homenaje al maestro George A. Romero en un cementerio corona la falta de respeto al padre de los muertos vivientes, la reincidencia post Matrix cansa, agota, no sorprende en este inclasificable esperpento que, igual al virus T (¿será por torpe?) amenaza con otras secuelas o, nunca se sabe, tal vez una precuela.
No hace falta ahondar mucho en esta innecesaria secuela para concluir que el único atractivo del film es Milla Jovovich; el resto resulta un despropósito que quizás disfruten sólo los aficionados al videojuego. Ante un producto de estas características lo mínimo esperable es que sea entretenido, con ciertos guiños del género (homenajes) y un uso coherente de los recursos cinematográficos, porque hay que reconocerlo: la trilogía Matrix dejó sembrada la semilla de la redundancia del efecto digital con sus legiones de CGIs vagando en el universo virtual.
El antecedente de este adefesio que tambalea igual que los zombies pululantes durante todo el metraje no pasó por el cine y fue condenado al ostracismo del video bajo el insípido rótulo de El Huésped Maldito (2002). Su director, el irregular Paul W.S. Anderson (no confundir con el talentoso autor de Magnolia) en esta ocasión se encargó del guión, si es que el término encaja en este borrador que pretende retomar el final del primer acto.
Existe un virus T desarrollado por la Corporación Umbrella, cuyo poder consiste en revivir células muertas. Por accidente el virus se esparce e infecta a gran parte de la ciudad de Raccoon, provocando una cacería entre humanos y zombies. La plaga se expande y entonces Umbrella pone en cuarentena a todos sus habitantes, imposibilitando a quienes sobrevivieron al virus cualquier posible escape.
El Dr Ashford, responsable del proyecto, fue evacuado pero su hijita quedó atrapada en la ciudad. Un grupo liderado por la ruda Alice, sometida a experimentos raritos que potenciaron su fuerza y destreza al punto de permitirle cargarse a cuanto mutante se le cruce sin despeinarse, la implacable Jill (calcada del personaje protagonista de la tercera parte del videojuego) y el negrito chistoso de turno negocian el rescate de la nena a cambio de una evacuación exitosa.
Alexander Witt, cómplice de este crimen junto a Anderson, tiene menos pulso a la hora de filmar que un estudiante de cine con Parkinson. Un pseudo homenaje al maestro George A. Romero en un cementerio corona la falta de respeto al padre de los muertos vivientes, la reincidencia post Matrix cansa, agota, no sorprende en este inclasificable esperpento que, igual al virus T (¿será por torpe?) amenaza con otras secuelas o, nunca se sabe, tal vez una precuela.
Sólo para masoquistas y aficionados al joystick.
Título: Resident Evil 2 – Apocalipsis
Título orignial: Resident Evil – Apocalypse
Dirección: Alexander Witt
Intérpretes: Milla Jovovich, Sienna Guillory, Oded Fehr, Jared Harris, Thomas Kretschmann
Género: Acción, Basada en videojuego, Horror, Sci-fi, Secuela
Calificación: No disponible
Duración: 94 minutos
Origen: Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Reino Unido
Año de realización: 2004
Distribuidora: Columbia
Fecha de estreno: 28/10/2004
Puntaje 3 (tres)