Y por fin llegó el día, amigos y vecinos. La espera fue larga, casi un suplicio, pero realmente valió la pena. El tan pregonado episodio de Star Wars en el que Anakin Skywalker se deja arrastrar por el lado oscuro de la Fuerza para convertirse en el infame, empero fascinante, Darth Vader ya está aquí con su tremenda carga dramática (para lo que son este tipo de relatos preconcebidos con ánimo de entretener sin recargar demasiado las tintas; la ausencia de sangre aún en escenas donde las amputaciones con sable láser no son pocas debería ser prueba suficiente de ello) para cerrar con convicción lo que constituye una proeza fílmica que aúna tecnología de avanzada con una mitología sorprendente producto de la imaginación de un artista como sin dudas lo es George Lucas.
Tras el malogrado Episodio I y el mucho más en tono Episodio II, el realizador y productor californiano pone todo el resto en esta inolvidable Venganza de los Sith donde el círculo se cierra con una furia inusitada, no exenta de crueldad, dejando establecidas algunas líneas de acción que tendrán su continuidad argumental en un par de telefilmes pautados para el 2007 y, más que nada, en el Episodio IV (la Star Wars original). Los puristas se sentirán satisfechos por que cada elemento está cuidadosamente colocado en su lugar de manera tal que las dos trilogías conformen una historia coherente. La primera, animada por Anakin y Obi-Wan Kenobi, y la segunda (¿y última?) con Darth Vader y sus dos hijos, Luke y Leia, como protagonistas excluyentes (el personaje de Han Solo es un milagro aparte). Seguramente hay en este eslabón final de la saga, suficiente material para que los detractores de siempre se hagan un festín: diálogos pobres, dirección de actores deficiente, obviedades de todo tipo (¿o acaso hay alguien que no sepa a esta altura que el canciller Palpatine es el mismísimo Emperador?), etc. Queda en cada uno considerar si el vaso está medio vacío o medio lleno.
Han pasado tres años desde el casamiento secreto de Anakin (Hayden Christensen, de mejor trabajo que en El Ataque de los Clones) con Padmé (Natalie Portman actuando en piloto automático). En ese ínterin, él ha participado de las Guerras Clónicas (ver la serie animada de Cartoon Network para completar la información faltante) junto a su maestro, mentor y amigo Obi-Wan Kenobi (Ewan McGregor que tarde pero seguro comprendió de qué la iba su importantísimo rol). El comienzo de E-III los encuentra en una espectacular batalla aérea contra cientos de naves enemigas comandadas por el conde Dooku (casi un cameo del grandioso Christopher Lee) que ha secuestrado al canciller Palpatine. Tras rescatarlo, el avieso político (¿no lo son prácticamente todos?) le propone a Anakin que lo represente ante el consejo jedi encabezado por el sabio y astuto Yoda (en la voz de Frank Oz) y por el implacable Mace Windu (Samuel L. Jackson). Para cumplir ese pedido de Palpatine, los miembros del consejo deben nombrar Maestro Jedi al joven Anakin. Pero las cosas no resultan así. Yoda y Windu aceptan a medias: sí a lo primero pero no a lo segundo. Anakin recibe esta noticia como un insulto a su persona. Paralelamente, nuestro ¿héroe, anti-héroe? 
tiene una premonición en la que su amada Padmé, quien se encuentra embarazada, muere al dar a luz a su hijo. El joven acude al maestro Yoda para que lo aconseje pero la respuesta del anciano sólo sirve para echar más leña al fuego. De aquí en más, la prioridad del confundido Anakin será buscar la forma de salvar a su mujer. Aunque para lograrlo deba volcarse al lado oscuro de la Fuerza.
Se ha dicho de Episodio III que por momentos recuerda a una tragedia griega o incluso shakespeareana por su conjunción de traiciones, amores contrariados, venganza, dolor y muerte. Podrá parecer un exceso pero, con sus límites, es así. Una ópera espacial monumental con todos los condimentos necesarios para que uno quede atornillado en la butaca por dos horas y media. Pletórica en hallazgos visuales y sonoros, La Venganza de los Sith no va a defraudar a nadie. George Lucas ya puede dormir tranquilo. Como dice el slogan: “la saga está completa”. Y todos felices.
Título: Star Wars: Episodio III – La Venganza de los Sith.
Título Original: Star Wars: Episode III Revenge of the Sith.
Dirección: George Lucas.
Intérpretes: Hayden Christensen, Ewan McGregor, Natalie Portman, Ian McDiarmid, Samuel L. Jackson, Jimmy Smits, Anthony Daniels, Kenny Baker, Frank Oz, Christopher Lee, Peter Mayhew, Silas Carson, Keisha Castle-Hughes y Temuera Morrison.
Género: Ciencia-ficción. Aventuras, Acción, Saga, Precuela.
Clasificación: Apta para mayores de 13 años.
Duración: 140 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2005.
Distribuidora: Fox.
Fecha de Estreno: 08/07/1999.
Puntaje: 8 (ocho)
Ver crítica de Star Wars: Episodio I – La Amenaza Fantasma.
Ver crítica de Star Wars: Episodio I – La Amenaza Fantasma 3D.
Ver crítica de Star Wars: Episodio II – El Ataque de los Clones.
