Por Luis Pietragala
¿Es posible suponer hoy que Alemania entre en guerra nuevamente con Francia?, ¿o que se corte el Eurotúnel porque franceses e ingleses, antiguos rivales, hayan empezado escaramuzas por cuestiones fronterizas?, ¿o que Rusia intente anexar a Polonia? No hace tanto que esas posibilidades existieron, y hace mucho menos que hubo una guerra en los Balcanes; …ahora mismo existe conflicto entre el gobierno central ruso y Chechenia.
Las muñecas rusas no habla específicamente de nada de esto, aunque lo involucra dando por sentada la paz entre las naciones europeas y la esperanza en el porvenir de su unión, que incluiría las mejoras en las condiciones de vida de sus países. Así lo da a entender el director y guionista Cédric Klapisch a través de uno de sus personajes: la grácil bailarina (Evguenya Obraztsova), que se casará con un inglés, electricista de teatro, quien atravesó todo el continente y aprendió su idioma porque se enamoró de ella. Buena prueba elegida por Klapisch para demostrar que los afectos no conocen de fronteras.
No obstante, en esta eurocomedia, el registro político es sólo el marco y no el centro de la escena, que sí lo constituye la reflexión sobre el concepto de pareja y de amor en la Modernidad avanzada.
En esta continuación de Piso compartido (cinco años después, donde aquellos estudiantes ya comenzaron a vivir su vida adulta), la observación sobre la estabilidad de las uniones (la película no hace distinción de si son de sexos opuestos o no) oscila entre el escepticismo y el pragmatismo; su característica se acerca más a la búsqueda, a la prueba-error, que a conclusiones definitivas. La moral de los personajes no es religiosa, sino laica, como lo son las mismas raíces de la Modernidad, y se la ve evolutiva (¿dialéctica, tal vez?).
Tras superar una zona central donde el filme parecería no tener objetivo claro, la narrativa y el ritmo se solidifican. No es poca ayuda la que se pone en juego con la pantalla dividida y con los desfasajes temporales sonoros, recursos estos que actúan como un rompecabezas (como con el que concluye la historia), que obliga al espectador a completarlo colocando su propia pieza para darle sentido.
La relación con los personajes de la serie norteamericana (pre Torres) Sex and the City aparece como pertinente, ya que también sus cuatro protagonistas buscan la realización amorosa en contextos urbanos, actuales y cosmopolitas.
“Hagamos el amor, no la guerra”, como se decía hace algún tiempo. Pero, ¡cuidado!, el amor tiene sus vueltas.
Título: Las muñecas rusas.
Título Original: Les poupées russes.
Dirección: Cédric Klapisch.
Intérpretes: Romain Duris, Audrey Tautou, Cécile De France, Kelly Reilly, Kevin Bishop, Evguenya Obraztsova, Irene Montalà, Lucy Gordon, Gary Love, Aïssa Maiga, Olivier Saladin y Martine Demaret.
Género: Comedia, Drama, Romance.
Clasificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 125 minutos.
Origen: Francia/ Reino Unido.
Año de realización: 2005.
Distribuidora: Alfa Films.
Fecha de Estreno: 05/01/2006.
Puntaje: 7 (siete)