Por Emiliano Fernández
Formalmente impecable, Match Point brilla con luz propia en una carrera tan extensa como la de Woody Allen porque nos devuelve la meticulosidad cruenta de la que es capaz su director, una característica que había optado por dejar de lado en favor de su genial faceta de comediante.
Luego de una extensa seguidilla de comedias, que abarcó casi toda la década de los `90 y lo que va de la presente, el gran Woody Allen nos entregó una película que constituía un regreso parcial a su costado más existencialista y bergmaniano, Melinda y Melinda (Melinda and Melinda, 2004). Esa historia contada paralelamente a través de los formatos comedia y drama, las dos grandes vertientes en la carrera del director neoyorquino, fue la antesala de la reaparición con todo del Allen más filosófico, ese de Crímenes y pecados (Crimes and Misdemeanors, 1989), La Otra Mujer (Another Woman, 1988) e Interiores (Interiors, 1978). Match Point (2005) tiene a la suerte y al ascenso social como temas principales, analizados a través de un triangulo amoroso que deriva en crimen.
Chris Wilton (Jonathan Rhys Meyers), un joven ambicioso, consigue trabajo como instructor de tenis en una lujosa academia inglesa. Allí conoce a Tom Hewett (Matthew Goode), un miembro de la clase alta, con el cual entabla una relación de amistad. La hermana de Tom, Chloe (Emily Mortimer), se enamora de Chris, y este le corresponde sin mucho entusiasmo. El problema para Chris es la atracción que siente hacia la prometida de Tom, Nola Rice (Scarlett Johansson). En busca de alcanzar y luego consolidar un puesto laboral en una de las empresas de los Hewett, Chris se casa con Chloe, sin que merme su pasión para con Nola. El triangulo amoroso está construido y sus trágicas consecuencias van apareciendo de a poco durante el film.
Ya desde la primera escena, Allen hace explicito que nos hablará sobre la suerte, considerada no como un destino prefijado y caprichoso, sino como una condición permanente de los hombres, centrada en el carácter aleatorio de las causas y sus efectos. Simplemente algunas cosas salen bien y otras no. Match Point nos dice que lo fortuito, lo casual, aparece en mayor o menor dosis detrás de nuestros actos, como un trasfondo que los determina desde lejos. La película se centra en la historia de Chris Wilton, un trepador que se empeña en mantener el status social ganado con su incorporación a la familia Hewett, asegurándose que los frágiles hilos que sostienen las situaciones y los hechos no sean cortados por nada ni por nadie. Es un tipo que se preocupa mucho por que la suerte no se le de vuelta, destruyendo la posición alcanzada.
Resulta muy interesante la inversión de roles que el guión de Allen va construyendo con total naturalidad: primero Chris es el obsesivo y Nola la distante, luego él se vuelve de hielo y ella apasionada. Se busca lo que no se tiene, o más precisamente, lo que tienen los demás, como de hecho ocurre en el film bajo la forma de la escalada económica y pasional por la que atraviesa el protagonista. Este ultimo hace que su inconformidad resulte destructiva para él mismo y para los que lo rodean, negando lo obtenido hasta el momento en la búsqueda del eterno “más y más”.
La aspirante a futura Meryl Streep, Scarlett Johansson (Perdidos en Tokio, Lost in Translation, 2003), vuelve a demostrar lo sexy, y al mismo tiempo fría, que puede llegar a ser. Jonathan Rhys Meyers entrega una muy buena composición, muy superior a la que ofreció en Velvet Goldmine (1998) como un escuálido David Bowie en la era glam. De todas formas, es muy conocido el talento de Allen para la dirección de actores, por lo que estos méritos pueden ser fácilmente adjudicados al septuagenario director.
Formalmente impecable, como casi todos sus films, Match Point brilla con luz propia en una carrera tan extensa como la de Woody Allen porque nos devuelve la meticulosidad cruenta de la que es capaz su director, una característica que había optado por dejar de lado en favor de su genial faceta de comediante. Esta decisión de volver al drama ha sido bienvenida tanto por la crítica como por el público, el cual le dio un poco habitual y hasta extraño éxito en la taquilla. Pero precisamente de eso nos habla la película: de los sucesivos “match points” que vamos acumulando dentro del juego aleatorio, zigzagueante y por momentos impredecible del vivir.
Título: Match Point
Director: Woody Allen
Género: Crimen, Drama, Thriller
Intérpretes: Jonathan Rhys Meyer, Scarlett Johansson, Emily Mortimer, Matthew Goode, Brian Cox y Penelope Wilton
Duración: 124 minutos
Origen: Luxemburgo, Reino Unido
Año Realización: 2005
Distribuidora: Alfa Films
Fecha Estreno: 09/03/2006
Puntaje 9 (nueve)