Para celebrar su vigésimo aniversario en el campo de la animación digital la gente de Pixar, con su presidente John Lasseter nuevamente a cargo de la dirección como en Toy Story y Bichos, diseñó durante largos años el proyecto de Cars plasmando en imágenes de una belleza incomparable todo su amor por los autos. En ese aspecto la película es de alto vuelo y no se cansa de asombrar con la perfección de su técnica. La integración al dibujo de paisajes de un realismo equiparable al de una fotografía es sólo un pequeño ejemplo de los muchísimos hallazgos que se advierten prácticamente en cada secuencia con un nivel de detalle casi enfermizo. Por su esmero en la forma Cars es merecedora de un 10 rotundo pues hasta el momento no se vio nada igual que le pueda hacer sombra. Ahora, el contenido y la narración elegida para sostenerlo me parecen más discutibles. Lasseter y el co-director Joe Ranft -a quien le dedican el filme ya que falleció el año pasado en un accidente de tránsito- asumieron riesgos para despegar a Cars de otros productos de Pixar con consecuencias desafortunadas.
En primer lugar me cuesta asimilar la idea del mundo convertido en un universo autónomo para coches humanizados. Es un concepto bizarro por cuanto las personas directamente no existen en la visión de su creador. Aunque más no sea en segundo término los seres humanos nunca estuvieron ausentes en la filmografía de Pixar. El otro punto debatible es que, hasta donde yo sé, no se reconoce por ningún lado que Cars es una remake de uno de los títulos menos populares de Michael J. Fox: Doctor Hollywood (Michael Caton-Jones, 1991). En esa comedia romántica Fox era un médico residente que viajaba a Los Angeles para aceptar una oferta laboral como cirujano en una clínica exclusivísima de Beverly Hills. En el camino sufre un accidente por evitar atropellar a un animal y destruye la cerca de un vecino del pueblo. El Doc es sometido a un juicio sumario y obligado a permanecer en el poblado para prestar servicios comunitarios. Paralelamente los habitantes, sabiendo que al cascarrabias del médico local le quedan pocos cartuchos de vida, empiezan a intentar convencerlo de que se establezca en el lugar. Cuando conoce a una chica que lo descoloca, la propuesta del intendente y los demás campechanos deja de parecerle una locura y poco a poco el pueblo lo va enamorando hasta llegar a un final previsible. Pues bien, sacando el oficio del protagonista Cars es un calco al carbónico de este esquema argumental más viejo que la injusticia.
A diferencia de la mayoría de las comedias de Pixar que apelan a una técnica de guión llamada “el camino del héroe” (ver crítica de Buscando a Nemo para mayores datos) aquí se ha optado por una historia más intimista que resulta casi ridícula tratándose de autos (por más humanizados que estén para mí es imposible tolerar semejantes conflictos con esos personajes) y lo que es peor sin el ritmo y el humor efectivo al que nos tiene acostumbrados esta máquina de pegar éxitos que es Pixar. La música, las canciones y el tremendo oficio del elenco (me refiero a la versión en inglés porque no vi la otra para opinar) logra darle cierta dimensión emocional a la fantástica animación computarizada. ¿Es suficiente para olvidar los lugares comunes, varios baches narrativos y el aburrimiento que merodea en algunos pasajes de la trama? Creo que no, pero es sólo una sensación en caliente. Quizás mi sentir cambie con una segunda visión. Lo haré más adelante pero por ahora seguiré asociando a Cars como el primer intento fallido de Lasseter y Cía. por revolucionar su métier.
Que quede claro: la técnica no suele ser un buen sucedáneo para el ingenio.
Título: Cars.
Título Original: Idem.
Dirección: John Lasseter.
Co-director: Joe Ranft.
Voces originales: Owen Wilson, Paul Newman, Bonnie Hunt, Larry The Cable Guy, Cheech Marin y Tony Shalhoub.
Género: Animación, Aventura, Comedia.
Clasificación: Apta todo público.
Duración: 117 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2006.
Distribuidora: Buena Vista.
Fecha de Estreno: 29/06/2006.
Puntaje: 5 (cinco)