Homenaje, plagio, inspiración… que cada uno elija a gusto. Lo cierto es que Paranoia no puede negar un parecido nada casual con mi película favorita de Alfred Hitchcock: La ventana indiscreta (1954). Nuevamente una premisa en la que un personaje principal se encuentra limitado para salir de las cuatro paredes del hogar debido a un impedimento 
físico (motriz en LVI y legal en el filme que motivan estas líneas) y dedica su tiempo ocioso a espiar el movimiento periférico de sus vecinos. Hasta que sospecha de la existencia de un crimen y debe hacer algo para denunciar sin pruebas al supuesto asesino y no morir en el intento. Lo que se dice un calco exacto del cuento original de Cornell Woolrich pero adaptado a los efectos de atrapar al público adolescente actual con el suficiente criterio como para no pasar vergüenza en la comparación (que no es tal, no se pretende competir sino aprovechar la poderosa idea narrativa).
Hitchcock planificó con maniática perfección una puesta en escena inolvidable a partir del punto de vista de James Stewart sin necesidad de diálogos ni explicaciones de más para contar su historia. D. J. Caruso, competente realizador de quien se conoció hace no mucho la entretenida Dos por el dinero (2005), dispone de muchos otros medios para enganchar al espectador porque a diferencia de LVI nuestro joven anti héroe vive en un barrio suburbano en una linda casita. Y no tiene una pierna enyesada sino un dispositivo adosado a su tobillo derecho que le impide trasponer determinado radio como consecuencia por haberle roto la cara de una trompada a un profesor. La detención domiciliaria debe hacerse hasta cumplir los dieciocho años de edad por lo que Kale (en una excelente interpretación del talentoso Shia LaBeouf) dispone de varios meses para reflexionar sobre lo que hizo sin por ello olvidarse de los videojuegos, la música o las chicas. De hecho, lo tiene como loco una nueva vecinita llamada Ashley (la increíblemente atractiva Sarah Roemer; una impresionante mezcla de Cate Blanchett con nuestra Nicole Neuman) con quien se
obsesiona tanto como para seguirla día y noche con sus binoculares. Claro que al tiempo también llama su atención el misterioso señor Turner (el siempre digno de ver David Morse; de un tiempo a esta parte eternizado en la memoria como el policía al que el Dr. House le dejó de recuerdo un termómetro en el recto). ¿Será Turner un asesino serial responsable de la desaparición de varias mujeres? La dejo picando porque la respuesta se cae de madura.
Como producto pop plenamente consciente de sus límites, Paranoia se apoya en el carisma de su protagonista cuando no hay nada realmente interesante para contar y en la habilidad de Caruso para tensar el relato cuando las cosas se ponen mortalmente serias. La ambivalencia con que construye Morse a su personaje ayuda lo suyo y las secuencias en las que se van conociendo Kale y Ashley nos retrotraen a una época ya lejana de nuestra vida. Esa incipiente relación adolescente se disfruta mucho por lo que cuando sus vidas corren peligro ya estamos tan comprados que hacemos fuerza desde este lado de la pantalla para que no falte el final feliz que ellos y nosotros nos merecemos.
Eso es todo lo que puede entregar Paranoia. Diversión, humor y suspenso del bueno. Nada memorable como La ventana indiscreta pero suficiente para justificar una salida nocturna al cine bien acompañado (y si es con una símil de Sarah Roemer mucho mejor).
Título: Paranoia.
Título Original: Disturbia.
Dirección: D.J. Caruso.
Intérpretes: Shia LaBeouf, Sarah Roemer, Carrie-Anne Moss, David Morse, Matt Craven, José Pablo Cantillo, Aaron Yoo, Viola Davis, Brandon Caruso, Daniel Caruso, Luciano Rauso y Kevin Quinn.
Género: Thriller, Crimen.
Clasificación: Apta mayores de 13 años, con reservas.
Duración: 105 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2007.
Distribuidora: UIP.
Fecha de Estreno: 19/04/2007.
Puntaje: 7 (siete)
