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domingo, 24 noviembre 2024
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La sangre brota: Buenos Aires rojo shocking

Por Pablo Arahuete

Miradas torvas, huidizas, cuerpos en tensión permanente, silencios que agobian, encuadres filosos, casi quirúrgicos; el fragmento como señal de alerta de almas resquebrajadas, golpeadas, heridas y violentas: ese es el micro universo de La sangre brota, segundo opus del cineasta Pablo Fendrik quien hace poco tiempo logró que se estrenara en un circuito acotado y con gran recepción de público su gran ópera prima El asaltante.

Exponente de la nueva camada de directores que emergieron del llamado nuevo cine argentino, movimiento que ya asentó sus raíces en el panorama mundial del cine con nombre propio y, que a esta altura, podría decirse -sin exageración- está conformado por padres como Lucrecia Martel o Daniel Burman (quienes ya superaron una mínima cantidad de películas) e hijos -como puede ser el caso de Fendrik, entre otros- con apenas un puñado de obras; el director avanza unos peldaños respecto a su primera película y asume los riesgos de mantener un estilo ya propio para experimentar por otros horizontes que implican mayores desafíos a nivel narrativo. Igual que con El asaltante, los personajes se definen por visceralidad, donde el cuerpo en realidad exterioriza aquello que se va gestando en lo más profundo, en el interior como si se tratara de una bacteria para la cual todavía no se encuentra un anticuerpo. En el caso de La sangre… la bacteria no es otra que la violencia, cuya única barrera es la represión que tarde o temprano termina por ceder y estalla de las maneras más intensas posibles.

Pero si a esa violencia silenciosa se la encierra en el ámbito de una ciudad violenta como la Buenos Aires post menemista, donde quedan los vestigios de la pauperización de la clase media representada aquí por Arturo, en la piel de Arturo Goetz, un profesor de bridge devenido taxista que apela a la filosofía new age para sobrevivir al caos de la ciudad y atemperar la fiera que lleva adentro, estamos hablando no sólo de la violencia física sino de otra menos visible: la de los que quedaron excluidos del modelo y la de los que quieren excluirse porque se ven expulsados. De un lado, están aquellos que como Arturo y su esposa, preocupada sólo por un futuro torneo de bridge sudamericano en el cual piensa participar sin acusar recibo de lo que ocurre a su alrededor, se deben conformar con la rutina cotidiana de sobrevivir, pero del otro se encuentran los jóvenes que como Leandro, hijo de Arturo, no ven ningún horizonte y sólo piensan en un afuera alejados de la entropía familiar y de la falta de oportunidades.

Fendrik se mete en el corazón del síntoma para mostrar sus consecuencias en lo que dura un día en la existencia de sus criaturas; se encima con su cámara a cada personaje como si tratara de cargarles un peso extra a esos cuerpos que atraviesan la ciudad de una forma avasallante y caótica. El mismo recurso ya había sido utilizado en su opera prima pero aquí rehuye sabiamente del abuso del plano secuencia para trocarlo por un encuadre fragmentado que reduce los espacios a una dimensión verdaderamente agobiante. Ese agobio, esa falta de aire, ese encierro es precisamente lo que va gestando el malestar de una sociedad en plena ebullición. Ebullición que brota en las decisiones más extremas como la de una madre que abandona a su bebé entre cajones de gaseosas; como la de una adolescente que acepta prostituirse para ayudar a una amiga; o como la de un taxista que persigue a otro luego de que un pasajero no lo eligiera para su viaje.

Algo de Gus Van Sant, algo de los hermanos Dardenne, pero con un estilo muy personal, con su segundo filme Pablo Fendrik deja en claro que el pedido de renovación al cine argentino tras el boom conseguido años atrás ya fue escuchado y esta es la respuesta.

Título: La sangre brota.
Título Original: Idem.
Dirección: Pablo Fendrik.
Intérpretes: Arturo Goetz, Nahuel Pérez Biscayart, Guillermo Arengo, Stella Gallazzi, Ailin Salas, Guadalupe Docampo y Susana Pampín.
Género: Crimen, Drama, Thriller.
Clasificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 100 minutos.
Origen: Argentina/ Alemania/ Francia.
Año de realización: 2008.
Distribuidora: Primer Plano.
Fecha de Estreno: 14/05/2009.

Puntaje: 9 (nueve)

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