Sinopsis: Un camino vertiginoso, infinito y único por todos los reveses nocturnos. Sexo, drogas y bebidas se alternan entre encuentro y encuentro, creando un continuado sin tapujos, frente a una cámara tan curiosa como audaz, que se atreve a recorrerlo todo.
Por Pablo Arahuete
Reseña: Sin lugar a dudas estamos frente a una de las propuestas más radicales de este BAFICI 18. Habría que preguntarse, a esta altura, ¿qué es ser trasgresor? con Internet como absoluta protagonista de los contenidos culturales, más allá de las calidades y el consumo masivo.
Eso, hoy por hoy, según esta propuesta implica mostrar escenas de sexo explícito entre hombres y transexuales, pero buscar dentro de los ángulos de cámara un resquicio para no exhibir, por ejemplo penetraciones, deja que desear al término trasgresor. Tampoco puede hablarse de erotismo hardcore, si es que el término existe, en el acto del ocultar o revelar en medio de una relación en un albergue transitorio, con filtros de luz para hacer de una escena grotesca algo más bello.
En definitiva, lo único que puede rescatarse de esta película tiene que ver con el lugar del cuerpo, templo del placer y de la autodestrucción del propio protagonista, en un derrotero de reviente, excesivo en la duración de cada plano y que una vez revelado el mecanismo termina por cansar.
La noche seguramente dividirá aguas entre colegas y público y también a quienes no les haya terminado de cerrar las virtudes cinematográficas le sobrevuelen críticas por la poca amplitud de criterio. Eso conlleva a que la pregunta sobre la transgresión quizás encuentre una sola respuesta: transgredir es hacer buen cine.
Reseña BAFICI: Extraordinaria en el sentido estricto del término, La noche exhibe una frialdad clínica y la secreta convicción de que el cine es el instrumento de lo irrepetible. El director recorre la noche para protagonizar una maratón interminable de encuentros sexuales, ingesta de drogas, alcohol y amistades casuales, y así encontrar la diferencia en el flujo incesante de una rutina que funciona como refutación y conjuro de la vida ordinaria. Las imágenes de Castro ostentan un halo de verdad y belleza insospechada que asaltan al espectador con una fuerza que la mayor parte del cine existente deja de lado, acaso por pudor o por simple falta de coraje. La cámara pegada al cuerpo, el fuera de foco y el sonido ambiente forjan un viaje impiadoso cuyo destino podría ser el encuentro fugaz con los propios fantasmas, sin epifanías ni comentario moral alguno.
Dirección: Edgardo Castro – Orígen: Argentina – Año: 2016 – Duración: 135 minutos – Intérpretes: Dolores Guadalupe Olivares, Edgardo Castro, Federico Figari, Paula Ituriza, Willy Prociuk, Luis Leiva
Exhibe: Viernes 22 a las 21:00 hs – Village Caballito Sala:8