Por Alex Arellano
Supongan que el gobierno decretara un estado de sitio y que todos los dictámenes de la ley están anulados por 12 horas, que durante ese lapso es legal el robo, la destrucción de propiedad privada y pública, provocar incendios, las violaciones o incluso matar. ¿Qué haría cualquier persona en ese caso? Esto, a grandes rasgos, es lo que plantea la saga de La purga. Que comenzó con La noche de la expiación (2013), seguida de 12 horas para sobrevivir (2014) Y su última entrega: 12 horas para sobrevivir: El año de la elección, película que termina por demostrar hasta dónde es capaz de llegar una sociedad.
James DeMonaco, director y guionista de la trilogía, y Michael Bay -reconocido productor- han apostado por una transición dentro de la propia saga de La purga, las tres realizaciones, si bien no parecerían estar enlazadas, tienen un factor en común entre sus protagonistas y una profunda trama de por medio.
Estas producciones buscaron la acción y el thriller para desarrollar un 
concepto que, de forma sutil, se impone ante los espectadores: La política. Está implícita una fuerte crítica al gobierno de Estados Unidos, donde expone que derramar sangre es la mejor medida de saneamiento económico, también da un fuerte golpe a la ley de tenencia de armas y su fácil acceso a la población norteamericana.
Por otra parte, el film expone el grado de violencia de la sociedad, donde gran parte de la población es capaz de asesinar por gusto y torturar por diversión.
El guión desarrolla un contexto en el cual la senadora que compite por la presidencia de Estados Unidos, Charlie Roan (Elizabeth Mitchell), ha puesto en jaque al día anual de la purga, pues anuncia que en el caso de resultar ganadora lo eliminaría de la ley norteamericana. Sus acérrimos opositores, los famosos “Nuevos Padres Fundadores”, quienes crearon el día de la purga, tienen decidido que eso no suceda, por ende la senadora tiene 12 horas para sobrevivir y así llegar ilesa a las elecciones.
En cuanto a la puesta en escena y el guión de la película, es todo impecable. Una crítica podría ser que en 12 horas de anarquía completa sólo muestran asesinatos y persecución por parte de pandillas. Son contadas las escenas de destrucción y robos, por dar un ejemplo. Sin embargo, esto refuerza la teoría de que la película no es un fin, sino un medio para reflejar la postura del director sobre la sociedad actual.
El guión tiene giros inesperados en todo momento, los diálogos acompañan la circunstancia y desde la actuación es un buen complemento en el combo. Cabe destacar que le faltó pulir detalles en términos de contextualización, pero no son relevantes para la historia.
En cuanto a las interpretaciones, los protagonistas sumaron mucho a la realización. Cada 
uno desarrolló su rol de forma brillante, desde la comicidad, hasta la seriedad por parte de Leo Barnes, personaje interpretado por Frank Grillo, e incluso la decisión y el riesgo tomado por la protagonista, Charlie Roan, interpretada por Elizabeth Mitchell.
12 horas para sobrevivir: El año de la elección (2016) es una exquisita película que muestra acción, violencia y sangre en estado puro. Pero que además transmite un mensaje que le llega al espectador, que muestra de lo que es capaz la sociedad si se lo permitieran y cómo los gobernantes son capaces de manipularlo a su conveniencia, e inculcar algo tan horrible como un homicidio y volverlo algo bueno y necesario para la sociedad. 12 horas para sobrevivir… más que una película es una clase particular de política, historia y actualidad.
Título: 12 horas para sobrevivir – El año de la elección
Título original: The purge – Election year
Director: James DeMonaco
Intérpretes: Frank Grillo, Elizabeth Mitchell, Mykelti Williamson, Joseph Julian Soria, Betty Gabriel, Terry Serpico, Edwin Hodge, Kyle Secor, Liza Colón-Zayas, Ethan Phillips
Calificación: Apta para mayores de 16 años
Género: Thriller, Acción
Duración: 105 minutos
Origen: Estados Unidos, Francia
Año de realización: 2016
Distribuidora: UIP
Fecha de estreno: 14/07/2016
Puntaje 8 (ocho)
