Por Maximiliano Curcio
¿Cuánto debe el cine a Stephen King? ¿Cuánto debe Stephen King al cine? El cine le adeuda incontables cantidades de historias que han sido adaptadas y aprovechadas por el género de terror y el suspenso psicológico, nutriéndose de estas a lo largo de los años.
El mismo King, uno de los más grandes autores contemporáneos, reconocido y valorado mucho antes de que sus obras llegaran a la gran pantalla, agradece al cine, sin dudas, parte de su trascendencia y perdurabilidad. Christine (1983), Cuenta Conmigo (1986), Misery (1990), Sueños de Libertad (1994), Milagros Inesperados (1999) y La Niebla (2007) fueron grandes películas y ejemplos válidos para corroborar esta tendencia de saber aprovechar el rico material literario de King, en manos de directores como Rob Reiner, Frank Darabont y John Carpenter.
Los planos, la ambientación y la banda sonora, son elementos técnicos que hacen al tratamiento de un film y lo dotan de superlativa calidad. Un intelectual y un exquisito como Stanley Kubrick sabe cómo moldear la novela del modélico novelista alrededor de una trama escalofriante, a la que pule como una auténtica obra escultural, tan lejana y distante de la mediocridad en que resultan los hoy maltratados films de terror en manos de directores novatos. Inclusive si de novelas de King se trata.
Kubrick posee la visión de cineasta consumado y la habilidad de un autor consecuente con su obra, capaz de condensar en esta adaptación la esencia filosófica del genio literario, plasmando su propia visión del mundo y sus inquietudes. De un grado de perfeccionismo y obsesión tan propias de un adelantado, el cineasta neoyorkino plasma en la retina de sus espectadores sus miedos e inseguridades más intrínsecas, como un reflejo del mal que la
cámara observa, impulsada a un vacío insondable.
El mérito de esta adaptación resulta aún mayor cuando, a diferencia de lo habitual que ofrece el género, esta obra no se refugia en lo previsible de la oscuridad de su génesis para provocar miedo o tensión. Economizando recursos, El Resplandor concibe un suspenso tan extraño como inquietante y sobrecogedor. Kubrick es un artesano que articula y manipula sus elementos de forma macabra. Una sucesión de hechos nos anticipa lo inquietante y enigmático, de allí en más una atmósfera opresiva se adueña del relato. En esta historia impactante, lo cotidiano se transforma en sobrenatural para que la premonición, los fenómenos paranormales, la anticipación de la tragedia y los malos augurios simbolicen la fatalista mirada que el realizador posee sobre el mal. Una mirada que derrama extraña belleza.
Emblema de esta auténtica obra maestra cinematográfica, el rostro de Jack Nicholson luce más aterrador que nunca en la piel del inolvidable Jack Torrance. Sus inquietantes trastornos de personalidad se adueñan de la escena con escalofriante magnetismo, entregándonos un antológico plano final que se encumbró en ícono cultural para posteriores generaciones. De igual manera a como el autor revolucionara el terreno de la ciencia ficción con 2001, una Odisea del Espacio (1968) el cine de terror de los ’80 marcaría un antes y un después luego de estrenada esta obra. No conforme con ello, un transgresor como Kubrick haría lo propio con Nacido para Matar (1987), de enorme impacto en el género bélico.
El Resplandor nos transmite, de modo perturbador, la esquizofrenia que reviste una historia inquietante y angustiosa. El poder de la imagen cinematográfica llevada a su máxima expresión.
Título: El Resplandor.
Título Original: The Shining.
Dirección y producción: Stanley Kubrick para Warner Bros.
Productor ejecutivo: Jan Harlan.
Guión: Stanley Kubrick & Diane Johnson, basado en la novela de Stephen King.
Dirección de fotografía (Color): John Alcott.
Música: Wendy Carlos y Rachel Elkind.
Montaje: Ray Lovejoy.
Diseño de producción: Roy Walker.
Vestuario: Milena Canonero.
Intérpretes: Jack Nicholson, Shelley Duvall, Danny Lloyd, Scatman Crothers y Barry Nelson.
Género: Horror, Thriller, Adaptación de novela, Film de culto.
Duración: 146 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 1980.