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martes, 3 diciembre 2024
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Ferrari: Humanizando la leyenda

El proyecto para la realización del film Ferrari (2023) es tan antiguo que su guionista original, el británico Troy Kennedy-Martin, falleció en 2009. Tomando como base el libro de Brock Yates “Enzo Ferrari: The Man, the Cars, the Races, the Machine”, su trabajo tuvo algunas reescrituras más recientes a cargo de David Rayfiel y el también director Michael Mann que con esta película, su duodécima y la primera desde el fiasco que representó la inédita en Argentina Blackhat (2015), cumplió su sueño de trasladar al cine su fanatismo por las carreras y en particular por la historia de Enzo Ferrari (1898-1988), piloto en su juventud y célebre por crear la escudería y el automóvil que lleva su apellido. Llama la atención que Mann haya decidido concentrar el relato exclusivamente en el año 1957 habiendo tanto por contar sobre un hombre de múltiples aristas, tanto desde el aspecto personal como profesional. De haberlo hecho así la biopic hubiese superado las posibilidades de un largometraje de duración estándar por lo que no está mal pensado. Ahora, ¿por qué ambientarla en ese año particular? La película da una respuesta a esta intriga al enhebrar una serie de conflictos por demás interesantes que tuvieron un punto cúlmine de gran dramatismo con la famosa carrera Mille Miglia que hasta ese entonces era una tradición italiana. Por ende, quienes estén deseosos de ver una biografía exhaustiva deberán aguardar por la serie que se encuentra preparando Steven Knight junto a Stefano Sollima para Apple TV+. Otro título recomendable es el telefilme de 2003 con Sergio Castellitto en el rol del Commendatore. Seguirán produciéndose todo tipo de contenidos porque para los italianos, aunque no son los únicos parece decirnos Mann, Enzo Anselmo Giuseppe Maria Ferrari es una leyenda inmensa.

Hubiera sido espectacular tener a Robert De Niro interpretando a Ferrari. Un actor de su estirpe, con obvias conexiones con Italia y que además entiende y habla el idioma, creo que era una elección de casting ideal y de hecho Mann lo había convocado para ese papel antes de que coincidieran en Fuego contra fuego (Heat, 1995). Penosamente el proyecto no prosperó y debieron pasar otros treinta años para que cristalice. Un Michael Mann ya octogenario, aunque en plenitud creativa como su también veterano colega Ridley Scott, ha elegido a Adam Driver para animar al nacido en Módena. Quizás no sea el Ferrari que hubiesen deseado los puristas, cómo negarlo, y sin embargo desde el physique du rol y su intimidante presencia en escena el actor de La Casa Gucci y El Último Duelo ha sabido penetrar en la psicología de su personaje con buenos recursos expresivos. Que se hable en inglés hace un poco de ruido, desde luego, pero es parte del juego cuando se trata de una producción hollywoodense. El resto del casting es una amalgama tan sólida como sorprendente con el trío Penélope Cruz (como la sanguínea y amargada esposa del Commendatore), Shailene Woodley (como la amante Lina Lardi) y Daniela Piperno (como la viperina madre) orbitando en torno al protagonista. En roles secundarios podemos encontrar al brasileño Gabriel Leone, Jack O’Connell y al popular Patrick Dempsey (Grey’s Anatomy) como los principales pilotos de la Scuderia. La bellísima Sarah Gadon no pasa desapercibida interpretando a la actriz Linda Christian, el interés romántico de Leone. En líneas generales las actuaciones son homogéneas y no se observan fallos puntuales. Todo bien en este rubro.

1957 fue un año caótico y convulsionado para nuestro protagonista. Pocos meses antes su vida había dado un vuelco con la muerte de su primogénito Dino de apenas 24 años de edad. A su esposa Laura esta pérdida la afectó en múltiples niveles: a su dolor de madre debe agregarse también la carga social/cultural, tan bien expuesta por su suegra, de no haber sido capaz de darle un heredero a su hijo. “Yo se lo di” le grita desesperada Laura a la impiadosa Adalgisa que no demuestra emoción, sólo un utilitario pragmatismo, por ese nieto que ya no está. A ese drama de por sí muy fuerte se le suma la crisis de la pareja que había contraído nupcias en 1923 y durante esos 34 años habían atravesado juntos todo tipo de vicisitudes –entre ellas las recurrentes infidelidades de Enzo- que habían desgastado su vínculo hasta un punto de no retorno. Lo que sí persistía era la asociación comercial: Laura contaba con un 50% de las acciones de la firma y se ocupaba de la parte contable con mano férrea. Además, Ferrari mantenía una relación paralela con Lina Lardi, diez años más joven que él, con quien había engendrado un hijo –ilegítimo al no poder blanquear su parentesco legalmente- llamado Piero que en la actualidad oficia de vicepresidente de la empresa fundada por su padre. A estos dimes y diretes, que ayudan a darle una dimensión humana al personaje, Mann le superpone más capas con todo lo referido a la escudería que incluyen pruebas de autos, el reclutamiento de algún piloto como el marqués español Alfonso de Portago, la rutina cotidiana junto a mecánicos e ingenieros que trabajan codo a codo para mejorar los motores, y finalmente la recreación de varias carreras teniendo a la mencionada Mille Miglia como eje en el tercer acto del filme.

De esta alquimia de elementos emerge una película atrapante, que fluye con la maestría que es capaz de insuflarle un grandioso realizador como Michael Mann, creador y productor de las míticas series División Miami (1984-1989) e Historia del crimen (1986-1988), y responsable de obras memorables como Thief (1981), El último de los mohicanos (1992), El informante (1999) y Alí (2001), entre otras. Los detractores de la visión de Mann no comparten el mismo entusiasmo acusando de solemne el enfoque actoral de Adam Driver y echando en falta una mayor cantidad de escenas deportivas para explotar la furia de esos motores que enamoraron y seguirán subyugando a los amantes de la velocidad. Claro que Ferrari no se queda sólo con eso. En el equilibrio entre lo íntimo y lo público, la película se hace fuerte y convence. No obstante, las secuelas que deja el accidente en la Mille Miglia son registradas con un exceso de morbosidad. Esa explicitud parece salida de otra película y debería haberse evitado.

Título: Ferrari.
Título original: Idem.
Dirección: Michael Mann.
Intérpretes: Adam Driver, Penélope Cruz, Shailene Woodley, Gabriel Leone, Sarah Gadon, Jack O’Connell, Patrick Dempsey, Erik Haugen, Lino Musella, Valentina Bellè, Michele Savoia y Daniela Piperno.
Género: Biopic, Drama histórico, Deportes.
Calificación: Apta para mayores de 16 años.
Duración: 130 minutos.
Origen: EE.UU./ Reino Unido/ Italia/ China.
Año de realización: 2023.
Distribuidora: Diamond Films.
Fecha de estreno: 08/02/2024.

Puntaje: 8 (ocho)

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