Por Mónica Grau-Setó, corresponsal de España
Estamos ante el debut como directora de Paola Cortellesi, con una carrera como actriz y comediante a sus espaldas con títulos como Como pez fuera del agua (2017) o Mujeres contra hombres (2011) entre otras. Es un melodrama que alterna con muchos guiños de humor, asimilando la situación de la protagonista sumida en una vida miserable pero con un atisbo de esperanza que aun le permite sonreír.
El filme rodado en blanco y negro nos traslada a las películas italianas en el que el cine dejó de ser algo frívolo y en el que apareció el neorrealismo italiano (1945), surgido durante la posguerra, en el cual se buscaron actores no profesionales, se presentaron historias dramáticas donde se mostraban condiciones sociales más auténticas y también emulaba en parte el cine mudo, dando mucha importancia a las expresiones faciales, con directores como Roberto Rossellini o Vittorio de Sica. Un contraste con el cine de la época fascista italiana, que no dejaba de ser propaganda del régimen, presentando grandes producciones de comedias ligeras y románticas, donde no se podía utilizar ni la sátira ni mostrar atisbo de pobreza.
La película transcurre tras la II Guerra Mundial y la caída de Mussolini y en ese contexto recrea varios hechos históricos, entre ellos nos lleva a junio de 1946 cuando los italianos votaron en referéndum en favor de la República, y fue el fin de la Monarquía de los Saboya, que huyeron hacia el exilio. Pero esas elecciones además fueron una fecha señalada ya que por fin las mujeres tuvieron derecho a voto en Italia.
Siguiendo la estética del cine neorrealista nos presenta una historia de rebeldía y empoderamiento femenino, a través del personaje principal Delia (interpretado por la propia directora) que vive atrapada en una vida miserable con un suegro y un marido despreciables y misóginos, aguanta el día a día por sus dos hijos pequeños y su hija en edad casamentera.
La protagonista en su día a día, va mostrando como otras mujeres de diferentes clases sociales también viven bajo el yugo de una sociedad italiana machista, donde las mujeres debían soportar malos tratos, acallar sus voces y bajar la cabeza.
Es un momento de reconstrucción de un país que debe sanar heridas tras la Segunda Guerra Mundial, con racionamientos de alimentos y presencia de soldados americanos en sus calles, de hecho hay un personaje que resultará clave en la vida Delia, este es un joven soldado que desea volver a EE.UU. con su familia, es cortés y tiene una mentalidad mucho más abierta que la de los hombres italianos, no entiende por qué una mujer tan amable como ella siempre lleva moretones y no abandona a su maltratador.
La protagonista ve como única vía de escape a su infeliz vida, la propuesta de matrimonio por parte de Giulio, hijo de una familia con buen nivel económico, a su querida hija Marcela, observar su bonita relación le trae recuerdos de su juventud cuando parecía que Ivano la amaba, hasta que se casaron y empezó a despreciarla y a anularla como persona.
Ella desea que su hija tenga un buen matrimonio y sea feliz, pero empezará a ver pautas machistas en el prometido e intentará que su hija abra los ojos y no repita el mismo error que ella. Empujada por esa situación, la mujer pasiva y callada decidirá actuar con inteligencia, a la vez que se abre una esperanza con un viejo amor de juventud y una carta que recibe. Después de todo, tal vez no sea tarde para tener sueños y cumplirlos.
La película es realmente original, mientras que el blanco y negro representan la opresión de la época, alterna con mucha frescura escenas y momentos de humor y sarcasmo, como por ejemplo el recuerdo de Delia de una cita cuando corriendo cogidos de las manos por las calles, van saltando encima de mendigos. Otro detalle curioso es cómo nos presenta los malos tratos, aunque como observadores sabemos que son golpes y bofetadas, estos se ven como una coreografía de baile con música de fondo con la letra de dulce amor y eternidad, tal vez sea una especie de vía de escape imaginaria de la protagonista.
Durante toda la historia iremos viendo cómo estas mujeres silenciadas por fin empiezan a ver algo de respeto y libertad con la llegada de las primeras elecciones con derecho a voto para las mujeres. Los tiempos cambian, eso sí lentamente, un detalle les recuerda aun la sociedad machista italiana “deben quitarse el pintalabios para no ensuciar los sobres con las papeletas para votar”. En esas elecciones un 89% de la población se lanzó a las urnas, de los 25 millones de votantes, 13 millones fueron mujeres. Como dijo la periodista y sufragista italiana Anna Garofalo “Nos aferramos a nuestras papeletas como a cartas de amor”.
La película ha sido galardonada en varios festivales, ganando el Premio de Película del año por parte del Sindicato italiano de Periodistas, ganadora del Premio del Público, Premio Especial del Jurado y Premio Opera Prima en el Festival de Cine de Roma, y ganadora Competencia Internacional en el Festival de Cine de Gotemburgo.
Para la directora, que ha coescrito el guion junto a Furio Andreotti y Giulia Calenda, el filme es una historia sobre una de las muchas mujeres italianas que aceptaron un destino de opresión en su propio hogar, un homenaje a las abuelas que vivieron en aquella época y que en su gran mayoría no pudieron cumplir sus sueños, también habla de sororidad femenina ya que muchas mujeres compartían esos mismos destinos y apenas existían sus derechos. Para ella “Delia es nuestras abuelas y bisabuelas. ¿Quién sabe si alguna vez vislumbraron un “mañana”?
Título: Siempre habrá un mañana.
Título original: C’è ancora domani.
Directora: Paola Cortellesi.
Intérpretes: Paola Cortellesi, Valerio Mastandrea, Romana Maggiora Vergano, Emanuela Fanelli, Giorgio Colangeli, Vinicio Marchioni, Alessia Barela, Francesco Centorame, Raffaele Vannoli y Paola Tiziana Cruciani.
Género: Comedia, Drama, Romance.
Calificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 118 minutos.
Origen: Italia.
Año de realización: 2023.
Distribuidora: CDI Films.
Fecha de estreno: 11/04/2024.
Puntaje: 7 (siete)
