back to top
jueves, 21 noviembre 2024
InicioCríticaVermin: La plaga: Arañas en los suburbios

Vermin: La plaga: Arañas en los suburbios

Por Mónica Grau-Setó, corresponsal de España

A punto de cumplir 30 años, Kaleb no puede estar más solo. La relación con su hermana es muy tensa debido a una herencia y no se habla con su mejor amigo. Apasionado por los animales exóticos, un día llega a casa con una araña muy venenosa que accidentalmente escapa. Esta rápidamente se reproduce y los habitantes del edificio intentarán sobrevivir a una plaga que se sale de control.

Estamos ante el debut como director de Sébastien Vanicek, siguiendo la estela del cine francés, en el que vemos una parte de la sociedad gala, en muchos casos inmigrantes o hijos de estos en situaciones de marginación. En este caso se entremezclan el género de terror y temas sociales, y es que varios cineastas franceses han mezclado la marginalidad o el racismo con el terror como ya vimos en La frontera del miedo (2007)

Se podría decir que estamos viviendo en una especie de “nouvelle vague” del cine de terror francés más extremo donde destacan también directores como Alexandre Aja, Pascal Laugier, Xavier Gens, Alexandre Bustillo…

La historia de Vermin: La plaga nos sitúa en la Banlieue, un término francés que se refiere a los barrios marginales que crecen en la periferia de las grandes ciudades (París, Marsella…), suburbios apartados y mal comunicados, donde viven muchos inmigrantes, la mayoría sin trabajo, en grandes bloques llenos de apartamentos. Los banlieues se crearon en los años 60 para alojar a inmigrantes africanos, destinados para trabajar en la construcción.

Como en otros filmes catastróficos, entre los que podemos recordar Epidemia (1995), la infección o plaga se inicia en el extranjero, habitualmente en alguna región alejada para ser llevada a una zona altamente poblada. En esta ocasión vemos a unos hombres en un apartado desierto que localizan un nido de arañas, deben capturar algunas para la venta y gasean la zona, empiezan a salir miles de ellas y uno de ellos muere atacado, mientras que el compañero consigue atrapar alguna.

¿Y quién no tiene una fobia? La aracnofobia sin duda es una de las más conocidas, pero para quien no la padece es un recurso muy efectivo en las películas, como ya hemos visto en títulos como Tarántula (1955), La invasión de las arañas gigantes (1976), Aracnofobia (1990), Arachnid (2001), Arac Attack (2002), Arañas asesinas (2007), Arachnoquake (2012), Big Ass Spider (2013), Spiders 3D (2013), Lavalantula (2015) entre otros títulos. Sean arañas gigantes, mutantes o miles de criaturas pequeñas, su capacidad para atrapar a las víctimas con la tela y con lo sigilosas que son las convierten en unos insectos aterradores.

La venta de animales exóticos es un negocio, algunos son para coleccionistas y amantes de estos animales, otros para hacer remedios de curanderos… en este caso el protagonista es Kaleb, que a punto de cumplir los 30 años y vive en un barrio marginal junto a su hermana y se busca la vida como puede, es un apasionado de los animales exóticos y buscando un regalo, decide aumentar su colección con una araña, sin saber su origen ni lo peligrosa que es.

Como espectadores vamos viendo el peligro en ciernes, ya que disponemos de la información del peligro de esa especie de araña, mientras los habitantes del edificio continúan con su vida cotidiana, ignorando que sus vidas están en riesgo. El director nos va mostrando poco a poco como las arañas se reproducen a gran velocidad y se van escondiendo por todos los rincones oscuros del edificio, con momentos de tensión como cuando vemos la caja de zapatos o cuando van apareciendo las arañas en el baño.

Bajo el pretexto de una invasión de arañas asesinas, Vanicek sitúa la acción en una zona muy concreta, en uno de los barrios más marginales de Marsella, donde sus vecinos habitan entre la miseria, entre bandas de traficantes de drogas y donde sus habitantes desde la infancia se acostumbran a este ambiente, e intentan convivir con la situación de la mejor manera posible. Poco a poco la trama va evolucionando tras la presentación del bloque de vecinos y vamos conociendo sus relaciones… en parte recuerda un poco la película inglesa Attack the block (2011), que también sucede en un barrio marginal, pero en lugar de arañas son extraterrestres.

Lo peor y más terrorífico es ver la impasibilidad de las fuerzas policiales ante la situación de este edificio convertido en un nido de arañas, ya que la propia sociedad ve a los habitantes de estas zonas marginales como parásitos o ciudadanos de segunda, y por lo tanto deciden dejarlos a la merced de los insectos. En REC (2007) los vecinos estaban atrapados y encerrados en el bloque de pisos, el motivo era un brote altamente infeccioso y la policía no permitía salir, pero en este caso la vida de los supervivientes parece no importar a nadie. El propio director creció en los suburbios parisinos, por lo que es conocedor de primera mano de las condiciones de vida en esos barrios.

Como curiosidad, la película no contaba con un gran presupuesto, motivo por el que las escenas pasan en el mismo edificio, y además se usaron gran cantidad de arañas reales en todas sus escenas. Cumple la función de repulsión ante los arácnidos y la sensación de claustrofobia y estar atrapados, pero tampoco aporta nada nuevo al género.

Título: Vermin: La plaga.
Título original: Vermines (aka Infested).
Dirección: Sébastien Vanicek.
Intérpretes: Théo Christine, Sofia Lessafre, Jérôme Niel, Finnegan Oldfield, Lisa Nyarko, Marie-Philomène Nga, Mahamadou Sangaré, Abdellah Moundy.
Género: Terror.
Calificación: Apta para mayores de 13 años, con reservas.
Duración: 105 minutos.
Origen: Francia/ EE.UU.
Año de realización: 2023.
Distribuidora: Terrorífico Films.
Fecha de estreno: 25/04/2024.

Puntaje: 5 (cinco)

NOTAS RELACIONADAS

Dejar una respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here

ÚLTIMAS PUBLICACIONES