Por Joan Segovia
Partió de mí un barco llevándome, dirigida por Cecilia Kang, es una obra cinematográfica que aborda un tema doloroso y poco conocido con una sensibilidad y profundidad notables. Este documental ha capturado la atención de críticos y audiencias, obteniendo premios significativos como el Premio Especial del Jurado y el Premio del Público en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata en 2023. Es uno de esos testimonios del poder del cine para iluminar las oscuridades del pasado y explorar las complejidades de la identidad y la memoria.
La película sigue la vida de Melanie, una joven actriz argentino-coreana, que se enfrenta a una profunda crisis personal y profesional cuando se le ofrece interpretar un monólogo basado en el testimonio de una “comfort woman”, una wianbu. Las “comfort women”, un término eufemístico y cruel utilizado por el ejército imperial japonés, fueron mujeres que durante la Segunda Guerra Mundial fueron forzadas a servir como esclavas sexuales. Se estima que alrededor de 200.000 mujeres, principalmente de Corea, China, Filipinas y otros países asiáticos, fueron sometidas a violaciones sistemáticas y abusos atroces en un sistema de explotación organizado por las autoridades militares japonesas.
A medida que Melanie se sumerge en el proceso de preparación para su papel, el documental nos lleva a través de un viaje de autodescubrimiento y empatía profunda. Melanie no solo se enfrenta a la historia de estas mujeres, sino que también lidia con las opresiones y traumas invisibles que aún persisten en su vida y en la sociedad contemporánea. Su viaje es un reflejo de la lucha interna por comprender y confrontar un pasado doloroso que sigue resonando en el presente. El trabajo de Melanie Chong es impresionante, mostrando tanto la vulnerabilidad como la fuerza de su historia con una sensibilidad que resuena profundamente con el espectador.
Cecilia Kang, hija de inmigrantes coreanos en Argentina, ha creado una obra que es tanto íntima como universal. Su conexión personal con la historia de las “comfort women” y su identidad bicultural le otorgan a la película una autenticidad y profundidad emocional que impactan a lo largo de la obra. Kang fue profundamente inspirada por una conferencia de Kim Bok-dong, una sobreviviente de las “comfort women”, cuyo testimonio conmovedor sobre las atrocidades que sufrió a los 15 años la impulsó a explorar esta trágica historia. A través de su dirección, Kang utiliza el arte cinematográfico para darle voz a las mujeres que fueron silenciadas durante décadas. La directora logra, a través de su narrativa visual y emocional, tejer una historia que no solo informa, sino que también conmueve y provoca una reflexión profunda sobre la persistencia de las estructuras opresivas en la sociedad.
La fotografía dirigida por Victoria Pereda es uno de los aspectos más destacados del documental. Con un uso meticuloso de la luz y el color, Pereda crea una atmósfera que refleja la introspección y el dolor de Melanie, así como la brutalidad y la esperanza de las dolorosas historias de las mujeres forzadas en la guerra. La edición de Geraldina Rodríguez es igualmente efectiva, proporcionando un ritmo que nos permite a los espectadores asimilar la gravedad de los eventos históricos mientras seguimos la evolución personal de la Melanie. También puntualizar el gran trabajo en diseño de sonido, a cargo de Francisco Pedemonte, que complementa la narrativa visual de forma más que efectiva.
Partió de mí un barco llevándome no es solo un documental histórico; es una exploración profunda de la memoria, la identidad y la resistencia. A través de la historia de Melanie y su conexión con las “comfort women”, la película nos recuerda la importancia de recordar y honrar a las víctimas de la violencia y la injusticia, y de seguir luchando contra las opresiones que aún persisten en nuestras sociedades. Cecilia Kang ha logrado una obra que es, al mismo tiempo, una denuncia poderosa y un homenaje conmovedor. Su habilidad para entrelazar lo personal y lo histórico, lo íntimo y lo universal, hace de esta una historia impactante que resuena mucho después de haber terminado de verla.
El documental ha sido galardonado con varios premios, incluyendo el Premio Astor Piazzolla Especial del Jurado de la Competencia Internacional y el Premio SIGNIS a Mejor Película de todas las competencias en el Festival Internacional de Mar del Plata. Estos reconocimientos son testimonio del impacto de la película y de la maestría de Cecilia Kang como directora y narradora. La película también ha sido aclamada por su capacidad para abordar un tema tan doloroso y controvertido con una sensibilidad y profundidad que permite a los espectadores conectar emocionalmente con las historias personales de las wianbu.
La historia de las “comfort women” es una de las más oscuras y menos conocidas tragedias de la historia moderna. Estas mujeres fueron sometidas a un sufrimiento indescriptible, y muchas de ellas vivieron el resto de sus vidas en silencio, cargando con el trauma y la vergüenza infligida no solo por sus captores, sino también por sus propias comunidades que a menudo las rechazaron y estigmatizaron. La película de Kang arroja luz sobre estas vidas, ofreciendo una plataforma para que las voces de estas mujeres sean escuchadas y reconocidas.
El título del documental, Partió de mí un barco llevándome, evoca la idea de un viaje forzado y doloroso, una separación de la propia identidad y una lucha por encontrar un camino de regreso a uno mismo. Esta metáfora se entrelaza con la narrativa de Melanie, quien a través de su interpretación y conexión con la historia de las “comfort women”, busca reconciliarse con su propia identidad y con el legado de sufrimiento que estas mujeres representan. Es importante como se nos invita a reflexionar sobre cómo el pasado sigue influyendo en el presente y cómo la memoria y la historia son esenciales para comprender y sanar las heridas colectivas.
Sin dudas, Partió de mí un barco llevándome es una obra cinematográfica de gran profundidad y sensibilidad. Su directora ha creado una película que no solo informa y conmueve, sino que también inspira a la acción y a la reflexión. El film nos recuerda que, aunque el pasado no puede cambiarse, su recuerdo puede convertirse en un catalizador para un futuro más justo y compasivo. La combinación de una buena dirección, una cinematografía impresionante y su protagonista conmovedora hacen de este documental una pieza esencial para cualquier persona interesada en la historia, la justicia y, más importante aún, la humanidad.
El legado de las “comfort women” es un recordatorio de las atrocidades que pueden cometerse en tiempos de guerra y de la importancia de recordar y aprender de estos eventos para evitar que se repitan. La película de Kang es un homenaje a la resiliencia y la fortaleza de estas mujeres, y una llamada a la acción para continuar luchando por la justicia y la dignidad de todas las víctimas de la violencia y la opresión. Por eso mismo, esta es una película que debe ser vista, discutida y recordada. Es una obra que tiene el poder de transformar y de despertar la conciencia sobre un capítulo oscuro de la historia que no debe ser olvidado. Un recuerdo que resonará en el corazón y la mente de los espectadores mucho después de que las luces del cine se apaguen.
CABA
–Sala Leopoldo Lugones / Teatro San Martín: del 4 al 12 de julio.
Jueves 4, viernes 5, Jueves 11 y viernes 12 a las 21 horas.
Sábado 6, domingo 7 y miércoles 10 a las 18 horas.
–Malba Cine: Todos los sábados de julio, 18 hs.
Córdoba – Cine Club Municipal Hugo del Carril: del 11 al 17 de julio.
Título: Partió de mí un barco llevándome.
Título original: Idem.
Dirección: Cecilia Kang.
Intérpretes: Melanie Chong, Hae Kyung Jeon, Alex Chong, Eunice Cho, Mora Lestingi y Julio Chávez.
Género: Documental.
Calificación: Apta para mayores de 13 años.
Duración: 81 minutos.
Origen: Argentina/ Singapur.
Año de realización: 2023.
Distribuidora: Independiente.
Fecha de estreno: 04/07/2024.
Puntaje: 8 (ocho)