Por Mónica Grau-Setó, corresponsal en España
En los años 80 el cine de acción americano vivió su momento de auge, gracias a nombres como Bruce Willis en Duro de matar (1988) o Sylvester Stallone en Cobra (1986), pero además también se añadió el fenómeno de compañeros en la policía con personalidades diferentes y esto funcionó con excelentes resultados para la taquilla, como fue el caso de Mel Gibson con Arma mortal (1987), James Belushi en K-nino (1989), el otro compañero aquí era un perro, y en este contexto encajó perfectamente Beverly Hills Cops y en 1984 Paramount Pictures y el productor Jerry Bruckheimer presentaron el film con el cómico Eddie Murphy.
El nombre de Murphy se hizo popular por participar en el programa Saturday Night Live, empezó a los diecinueve años haciendo humor, monólogos y luego pasó al cine, en 1982 con la película 48 horas junto a Nick Nolte, gracias a la cual obtuvo una nominación al Globo de Oro como mejor Actor Revelación.
Siguiendo la estela del cine de policías y compañeros, descubríamos por primera vez al carismático Axel, un policía incapaz de cumplir las normas y con un poder de la improvisación y para generar el caos innegable. Proviniendo de las duras calles de Detroit este seguía su investigación hacia el glamouroso ambiente de los Ángeles, cerca de Hollywood. La película mezclaba comedia y acción, y se convertiría en el inicio para una saga con tres filmes (en los años 84, 87 y 94), y con el tema musical principal totalmente reconocible, compuesto por Harold Faltermeyer, de unos acordes en sintel que alguna vez todos hemos tarareado. La película supuso el inicio de Murphy como estrella de cine, por lo que de algún modo es normal que recurra a ella de nuevo.
En la primera película el público conoció a los personajes que giran alrededor de Axel, por un lado, en la comisaría de Detroit su compañero Jeff Friedman (Paul Reiser) y luego en la comisaria de Beverly Hills el teniente Andrew Bogomil (Ronny Cox), el sargento Taggart (John Ashton) y el detective Will Rosewood (Judge Reinhold), además del personaje con más oficios y con acento más extraño, el entrañable Serge (Bronson Pinchot)
Consiguió ser la película más taquillera en esa temporada en EE.UU., liderando la taquilla durante varias semanas. Mostrando el gran contraste de un policía de Detroit con un sueldo humilde ante el lujo, la moda. Evidentemente los guiones y la trama nunca fueron el fuerte de esta saga, lo que se buscó siempre fueron las persecuciones, explosiones, chistes incómodos y humor.
Esta cuarta película es una grata sorpresa para los amantes de la saga, pero realmente cuesta conectar con un público más joven y desconocedor de las anteriores, además el sentido del humor que de algún modo ha quedado encallado en los 80-90, también hay algunas bromas sobre el racismo o cultura woke y la corrección política actual.
La estructura alrededor del protagonista sigue siendo la de siempre, Foley planea ideas absurdas y peligrosas, que suelen ser efectivas, y adjudica sus ideas a sus nuevos compañeros, saltándose protocolos. Han pasado años, pero es evidente que no ha madurado y sigue siendo el mismo hombre de acción, hecho que le ha comportado un divorcio con su mujer y que esté distanciado de su hija, que vive en Beverly Hills, donde ejerce de abogada. Por lo que vemos una repetición de una fórmula, pero el personaje ya no tiene la misma gracia que antes, ya que el guion se centra demasiado en la relación padre e hija, y no hay nada de química con la actriz que interpretada a su hija (Taylour Paige). Dirigida en esta ocasión por Mark Molloy, es una elección que llama la atención por la poca experiencia, ya que este es su primer largometraje y sus anteriores trabajos han sido como publicista, por lo que es evidente el contraste con los anteriores directores que fueron Martin Brest, Tony Scott y John Landis.
Murphy se vuelve a introducir en la piel del personaje que le dio la fama, después de varios años de ostracismo en su carrera y del fracaso de la secuela de Un príncipe en Nueva York, estrenada en Amazon prime, que pasó totalmente desapercibida. Se intuye que es un proyecto totalmente personal y resulta memorable reencontrarnos con los personajes de las tres películas anteriores, todos han madurado y ocupan nuevos cargos, pero da la sensación general de ser una peli que sigue anclada a finales de los 80, algo analógico para estos tiempos, desde la banda sonora, hasta el tipo de persecución (en este caso hasta con un coche de la basura), destrucción, puñetazos y disparos.
Han pasado 40 años desde que conocimos al personaje de Axel Foley, y ahora es un mito en el cuerpo de policía de Detroit, deberá volver de nuevo a Beverly Hills donde se reencontrará con Billy Rosewood, reconvertido en detective privado y de paso intentar restablecer el contacto con su propia hija Jane, una tenaz abogada, que aunque no quiera tiene los genes ideales para meterse en problemas. Es curioso que de nuevo vemos al jefe Taggart, cuando en la tercera película este constaba como jubilado.
De nuevo tenemos persecuciones, música muy ochentera de fondo, destrucción por allá donde va, y se mantiene la dinámica de manipular a compañeros y a los villanos con sus ocurrencias e improvisaciones, aunque se echa de menos más escenas con sus antiguos compañeros de equipo, que apenas tiene demasiados minutos en el filme.
La sangre nueva corre a cargo de dos personajes que acompañarán a Axel, por un lado el Inspector Abbot (Joseph Gordon-Levitt), que aunque es más comedido también muestra una cuota de rebeldía dentro del cuerpo de la policía, y por supuesto la hija del protagonista, ofreciendo una visión más fresca y contemporánea.
El guion es realmente previsible, hay que reconocer que los anteriores tampoco eran muy complejos, y el policía Grant (interpretado por Kevin Bacon) en el minuto uno de su aparición se sabe por dónde irán los tiros, pero a pesar de ello podría considerarse la tercera mejor película de la saga, casi al mismo nivel de la segunda. Lo más emotivo es recuperar los personajes que aparecen en los anteriores títulos, y ver a sus actores de nuevo: Judge Reinhold, John Ashton, Paul Reiser y Bronson Pinchot.
Una película entretenida, aunque un tanto excesiva en metraje para lo que quiere mostrar, sin giros inesperados ni sorpresas, que básicamente sirve como homenaje al cine de los 80 y a uno de los personajes más descarados y divertidos del cine de acción y humor.
Título: Un detective suelto en Hollywood: Axel F. Título original: Beverly Hills Cop: Axel F.
Dirección: Mark Molloy.
Intérpretes: Eddie Murphy, Joseph Gordon-Levitt, Taylour Paige, Judge Reinhold, John Ashton, Paul Reiser, Bronson Pinchot, Kevin Bacon y Luis Guzmán. Género: Acción, Comedia, Policial.
Calificación: Apta para mayores de 16 años.
Duración: 115 minutos.
Origen: EE.UU. Año de realización: 2024. Plataforma: Netflix.
Fecha de estreno: 03/07/2024.
Puntaje: 5 (cinco)