Por Iara Reboredo
Alas Blancas, aunque no parezca, es la más reciente adición al universo de Extraordinario (Wonder, 2017). Basada en la novela de R.J Palacio, esta película comienza con la nueva vida de Julian Albans (Bryce Gheisar), un joven que llega a una escuela de élite después de ser expulsado de su antiguo colegio por haber acosado a Auggie Pullman (protagonista de Extraordinario). Desde su primer día en la nueva escuela, Julian se encuentra dividido entre el impulso de ser amable con un estudiante marginado y el deseo de encajar con los chicos “populares”. Al volver a su casa, se da cuenta que sus padres no están, pero su abuela, interpretada por la increíble Helen Mirren, llegó de París y decide compartir con él una historia que cambiará mucho su perspectiva.
La historia que le cuenta se centra en su juventud en Francia durante la ocupación nazi, cuando fue escondida por un joven llamado Julien (Orlando Schwerdt). Así, se revela la verdadera esencia de Alas Blancas: aunque Julian ocupa el papel de un narrador, su función es más bien la de un nexo con el mundo de Wonder. La verdadera narrativa se enfoca en Sara y los eventos que vivió en su infancia como judía en una Francia devastada por la guerra.
A través de esta narración, el director suizo-alemán Marc Forster crea una versión cinematográfica de Francia, donde se habla inglés con acentos variados, lo que añade un toque estilizado, típico de esta clase de películas. A lo largo del film, se podría argumentar que Forster y su equipo suavizan los horrores del Holocausto para hacer la historia más digerible y orientada a un público joven. Sin embargo, lo que más resuena aquí es un enfoque emocionalmente cargado, diseñado para tocar las fibras sensibles de la audiencia más que para ofrecer una reflexión profunda sobre la historia que se cuenta. Los momentos de esperanza se entrelazan con la realidad del sufrimiento, creando una atmósfera que es, en ocasiones, cautivadora.
El punto fuerte de la película radica en las actuaciones de sus intérpretes, particularmente en Ariella Glaser, quien hace de la joven Sara, y el antes mencionado Orlando Schwerdt como Julien. Ambos ofrecen interpretaciones matizadas, retratando a jóvenes que enfrentan atrocidades en un contexto íntimo, mientras navegan por las complicaciones de las relaciones adolescentes. Estos detalles le generan una base emocional sólida a la película, elevando la narrativa y haciendo que las experiencias de sus personajes resuenen.
A medida que la trama avanza, la película tiende a recurrir a discursos literales en sus últimos minutos, que pueden resultar innecesarios. A pesar de estos defectos, Alas Blancas logra mantener su enfoque en la importancia de la empatía y el sacrificio. Es crucial recordar que la historia aborda temas graves y que en cierto punto busca demostrar que la conexión humana en tiempos oscuros es fundamental.
Las actuaciones llegan a ser sobresalientes, cualquier película donde aparezca Helen Mirren va a mejorar un poco en ese aspecto; las cabezas de dirección logran equilibrar la belleza con la tristeza en todas sus áreas, algunas mejores que otras. Esta obra invita a los jóvenes espectadores a reflexionar sobre la importancia de las conexiones humanas, incluso en medio de la adversidad. Es un viaje que, aunque cargado de nostalgia, busca resaltar la esperanza en tiempos difíciles.
Título: Alas blancas. Título original: White Bird: A Wonder Story.
Dirección: Marc Forster.
Intérpretes: Ariella Glaser, Orlando Schwerdt, Bryce Gheisar, Olivia Ross, Jim High, Philip Lenkowsky, Gillian Anderson y Helen Mirren. Género: Drama biográfico, Segunda Guerra Mundial. Calificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 120 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2023.
Distribuidora: BF+Paris Films.
Fecha de estreno: 17/10/2024.
Puntaje: 6 (seis)