Por Iara Reboredo
La nueva adquisición al vertiginoso y caótico mundo de las comedias de acción, Código: Traje Rojo se presenta como un híbrido enérgico entre los géneros navideño y aventura, que propone mezclar la Navidad con el dinamismo de un thriller de acción, pero con un tono cómico, ya llevado a lo absurdo. Dirigida por Jake Kasdan, quien ya ha trabajado con Dwayne Johnson en la franquicia Jumanji, la película promete grandes dosis de entretenimiento, con una historia que involucra a Santa Claus, un secuestro y una carrera contrarreloj para salvar la festividad más importante del año. La premisa se mantiene dentro del estándar: Santa Claus (Traje Rojo para los amigos) es secuestrado, y el único que puede salvar la Navidad es el jefe de seguridad del Polo Norte, interpretado por Dwayne Johnson. A él se une el cazarrecompensas más infame, encarnado por Chris Evans, quien aporta bastante carisma irreverente a su papel.
La dinámica entre Johnson y Evans es algo que no esperaba ver este año… ni nunca, especialmente en una película de este estilo. Ambos actores tienen esa chispa de querer mejorar la situación, pero claramente no es una película que pueda tomarse en serio. Se siente como un esfuerzo vago por equilibrar lo que podría haber sido un simple vehículo de acción, que se adentró en lo bizarro al haber establecido la temática navideña. A grandes rasgos, el producto final parece una película que pasa dentro de otra película, con situaciones disparatadas que simplemente van pasando a medida que avanza la trama, hasta que llega al desenlace más cliché de todos. Sin duda es una obra más accesible para audiencias que busquen distender y no pensar, simplemente pasar el rato; gracias al humor y los momentos que se abordan de forma extraña respecto a las típicas aventuras navideñas.
Con guion de Chris Morgan (responsable de varios guiones de la saga Fast & Furious), no es sorpresa que la acción esté cargada de peleas y autos lujosos. Las secuencias de enfrentamientos están diseñadas para maximizar el espectáculo, claro está, con efectos especiales pulidos, pero bastante ordinarios, ya estamos sobrecargados y bastante acostumbrados a lo que se ve hoy en día, pero por lo menos tienen presupuesto. La música de Henry Jackman, quien vuelve a colaborar con Kasdan tras su trabajo en Jumanji, se adapta bien a los momentos más épicos y también contribuye a esa sensación de aventura que invade gran parte de la película.
El ritmo de la película a veces se ve sobrecargado por la cantidad de cosas que pasan en pantalla, pero por otro lado se estanca en sus propios delirios. Algunos momentos parecen más bien una excusa para generar explosiones y secuencias de alta intensidad, lo que puede resultar en un plomo para quienes no disfrutan para nada esta clase de películas.
El elenco, lleno de rostros conocidos, no se limita solo a los dos protagonistas. Lucy Liu (mejor conocida por su rol en Los Ángeles de Charlie o Kill Bill: La venganza), Kiernan Shipka (protagonista de la serie El mundo oculto de Sabrina) y J.K. Simmons (también visto en Whiplash: música y obsesión o las películas de Spider-Man realizadas por Sam Raimi) aportan sus habilidades al reparto, aunque sus roles se sienten bastante desaprovechados. Kiernan Shipka me parece una joven promesa del cine americano; este es su primer papel antagónico, y su aparición no llega a los 30 minutos en toda la película, lo cual me parece una pérdida total, ya que creo que pudo haber dado mucho más. Simmons como el místico personaje de Santa Claus no es algo que destaque, pero sí me pareció graciosa su interpretación, le da un giro divertido a un personaje que venimos viendo desde hace años. No es una película que se enfoque en el desarrollo profundo de personajes secundarios, pero creo que las actuaciones en general son lo suficientemente dinámicas como para mantener la atención del espectador durante los momentos de transición.
El humor de la película es un tanto errático; en ocasiones, el tono se balancea entre lo absurdo y lo entrañable, sin que logre concretar del todo su identidad. Mientras que algunos diálogos de Chris Evans funcionan a la perfección en la comedia ligera, los momentos más sentimentales o navideños a veces caen en lo obvio, sin el nivel que uno podría esperar en una película de temática navideña.
Creo que lo que diferencia a Código: Traje Rojo de otras películas de este estilo es su enfoque pasivo sobre las festividades. No pretende reinventar el género, sólo transcurre en esa época, sus personajes viven en ese mundo, pero todo lo demás es un desvarío de aquellos. Debo admitir que, a pesar de todo, sí ofrece un entretenimiento ligero para toda la familia, sin abandonar del todo los elementos más típicos de las películas de acción de Hollywood. La película sabe en qué territorio se mueve, lo que la hace un producto que podría pasar a streaming en muy poco tiempo. Es una película diferente, sin la carga emocional de los clásicos navideños. ¿Era algo que necesitábamos? Claro que no, pero no cabe duda de que los padres de familia disfrutarán el delirio místico que sobrelleva la película.
Título: Código: Traje Rojo.
Título original: Red One.
Dirección: Jake Kasdan.
Intérpretes: Dwayne Johnson, Chris Evans, J.K. Simmons, Lucy Liu, Kiernan Shipka, Bonnie Hunt, Kristofer Hivju, Nick Kroll y Wesley Kimmel.
Género: Acción, Comedia, Fantasía. Calificación: Apta para mayores de 13 años.
Duración: 123 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2024.
Distribuidora: Warner Bros.
Fecha de estreno: 07/11/2024.
Puntaje: 6 (seis)