Por Juan Alfonso Samaja
Imán y su familia celebran su ascenso como juez instructor del Tribunal Revolucionario, el cual significará para ellos un ascenso económico y social significativo. En medio de los conflictos en Teherán por la muerte de una joven activista, las hijas de Imán comienzan a sensibilizarse con la protesta y a desconfiar de los discursos oficiales, mientras que la esposa intenta mantener constantemente unida a la familia conservando la autoridad de su marido a toda costa. Sin embargo, esa armonía se quiebra cuando, ante la desaparición en la casa del arma reglamentaria, Imán comienza a desconfiar de su propia familia.
Crítica
Desde el inicio, el relato plantea un esquema dramático simple y potente: un mundo exterior volátil y en crisis, frente a un mundo interior de tensa estabilidad; mientras que el interior pretende ser el universo de resguardo respecto al escenario exterior, la puesta en crisis del primero tendrá repercusiones significativas en la relación con este último.
El tono de la película es intimista: los conflictos principales que desarrolla la narración en el primer tercio de la película son más expresivos que dramáticos, y se encarnan en las vivencias subjetivas de los personajes. Por un lado, el conflicto moral del padre de familia y esposo (Missagh Zareh), por otro, el conflicto interno que viven las hijas Rezvan y Sana (Setareh Maleki y Mahsa Rostami) en el hogar paterno. En medio de todo ello, Najmeh (Soheila Golestani) constituye un contrapunto dramático y estructural, ya que es el único personaje que protagonizará un verdadero cambio interno frente a las circunstancias extremas que deberá vivir; tanto Imán como sus hijas (en extremos opuestos) mantienen sus posiciones respectivas sobre el mundo exterior a lo largo del relato, transformándose únicamente su vínculo familiar.
Sin embargo, el relato comienza a desarticularse luego del planteo del conflicto, tomando una serie de giros y decisiones narrativas que terminan deshaciendo lo que con sutileza de artesano se había tejido en las primeras escenas de la trama. Voy a mencionar tres elementos que considero especialmente flojos de la película: 1) el foco narrativo que el relato selecciona para su desarrollo, 2) los elementos inorgánicos y a-funcionales de la trama, 3) la falta de desarrollo de los caracteres en los personajes adultos (Imán y Najmeh)
La insoportable levedad del ser (de este foco narrativo)
El relato planteaba cuatro posibles tipos de conflicto para su desarrollo narrativo de los acontecimientos: a) el estallido social y las protestas en el que la familia está sumergida; situación que podría haber ingresado a la trama a través de las hijas de Imán, y sobre todo de la hija mayor que se ha hecho amiga de una activista; b) el conflicto moral que Imán tiene respecto de su nuevo puesto de trabajo. El fiscal ha solicitado su firma (sin investigación previa) de un expediente con sanción de “culpable por ofensa religiosa”, el cual -de ser firmado- implicará la sentencia a muerte del acusado; c) una versión mixta de los dos conflictos anteriores, donde convivieran el dilema moral de Imán y la creciente apatía de las hijas por el mundo patriarcal en el que viven, y su creciente sensibilidad y suspicacia por las versiones oficiales de los acontecimientos del mundo exterior, retroalimentándose mutuamente; d) el inconformismo de clase social de la mujer y su constante necesidad de mantener el statu quo familiar y su relación tensa con las hijas. Pero de toda esta compleja y nutrida paleta de posibilidades el relato decide hacer foco en una situación insignificante: el extravío en la casa de un revólver; y éste será el acontecimiento que desgarre toda la vida familiar.
Se me dirá que el revólver es un símbolo de poder, y que su extravío en el espacio doméstico visibiliza la debilidad del patriarca y la suspicacia de las mujeres; se me dirá tal vez que, como finalmente el arma ha sido sustraída por la menor, el revólver es sólo parte de una trama más compleja asociada al empoderamiento de las hijas y su distanciamiento respecto del patriado. Pero nada de esto se tematiza, y todo el conflicto queda finalmente reducido al extravío material de ese objeto, y a una obsesión creciente de Imán por su recuperación. Incluso, de la sustracción del arma por parte de la muchacha nos enteraremos recién sobre el final de la película donde ya no habrá ninguna posibilidad de entender para qué y porqué tomó semejante decisión.
Los elementos inorgánicos
La película combina la historia familiar con escenas documentales de las manifestaciones en Teherán. Estas escenas parecen justificarse desde el principio por el conflicto mismo de las hijas, y sobre todo debido a la incorporación temprana de la amiga activista de la hija mayor, quien sufre el impacto de la metralla en una de las manifestaciones. Sin embargo, toda esta extensa circunstancia de la amiga, cuyo hospedaje en la casa (como así el posterior ingreso para que la asistan por las heridas que ha sufrido) debe ser ocultado al padre de familia… no tiene luego ninguna relación con el desarrollo del relato. De la muchacha ya nada más sabremos, y una vez que se ha hecho el foco sobre el extravío del revólver, los acontecimientos exteriores, incluido el conflicto moral de Imán en relación a su trabajo, se desvanecen.
Puesto que la situación de la amiga, como los acontecimientos exteriores ocupan una superficie no insignificante en el relato, era esperable que estos tópicos tuvieran continuidad con el resto de la trama, sobre todo teniendo en cuenta que la duración del film es ridículamente extensa para el acontecimiento trivial que finalmente se focaliza.
En el último tercio de la película el nivel de ruptura respecto de las condiciones iniciales es total: no sólo se abandona la complejidad del personaje masculino, transformándolo en una especie de autómata, no sólo desaparece todo el mundo social, político y religioso, reduciéndose todo a una persecución, también desaparece el mundo interior doméstico, sustituyéndose el escenario intimista por las locaciones en el desierto, aniquilándose la sutileza psicológica de la primera mitad de la película, para poner en su lugar una escena de acción trivial, que se remata con la misma trivialidad con que se la plantea.
La ausencia de desarrollo de los caracteres
Desde el inicio de la trama Imán se nos presenta como un hombre conservador pero honesto y justo, quien comienza a tener problemas morales con las situaciones que debe decidir en su trabajo. Un padre de familia severo, pero sensible y atento con sus hijas. Ninguno de estos elementos se desarrolla posteriormente, y el personaje masculino comienza a rigidizarse de modo creciente, hasta que en el último tercio de la película Imán deviene una especie de Jack Torrance (aquel padre con brote psicótico de la película El Resplandor). El maniqueísmo con que se trata a este personaje es inadmisible e incoherente dadas sus propias condiciones iniciales.
Por otro lado, Najmeh da la impresión de haber quedado a mitad de camino como desarrollo de personaje. Su conflicto interno asociado a la necesidad de pertenencia y conservación del statu quo está apenas superficialmente tematizado, lo que impide al espectador empatizar completamente con ella. Puesto que se trata del personaje que protagoniza el mayor arco narrativo, hubiera sido importante visibilizar con más claridad su mundo interior.
Síntesis
El relato tiene un comienzo auspicioso constituido de un sólido planteo de conflicto, así como de unos emplazamientos estratégicos para su desarrollo. Ello justificaba una expectativa elevada que, finalmente, no se cumple y todo el relato fracasa, precisamente, por no hacerse cargo de sus propias premisas de inicio.
Título: La semilla del fruto sagrado.
Título original: Dane-ye anjir-e ma’abed (tcc The Seed of the Sacred Fig). Dirección: Mohammad Rasoulof. Intérpretes: Missagh Zare, Soheila Golestani, Mahsa Rostami, Setareh Maleki, Niousha Akhshi, Reza Akhlaghi, Shiva Ordooei y Amineh Arani.
Género: Drama. Calificación: Apta mayores de 16 años. Duración: 168 minutos. Origen: Francia/ Alemania/ Irán.
Año de realización: 2024. Distribuidora: Impacto Cine. Fecha de estreno: 27/02/2025.
Puntaje: 4 (cuatro)