Por Iara Reboredo
El sueño de Emma es una película argentina que, bajo la dirección de Germán Vilche, se adentra en un relato profundamente humano sobre la relación entre una hija y su padre, en el marco de una vida sencilla en el Delta del Tigre. A través de la historia de Emma (interpretada por Luthien Ramos), una joven de 16 años con sueños grandes y un futuro por escribir, la película conmueve desde lados convencionales, sencillos, pero funciona a la perfección.
Desde un punto de vista técnico, el trabajo de Germán Vilche y Lucas Guardia en la dirección de fotografía es lo que más me gustó. La luz, los planos, el encuadre, todo compone un ambiente entrañable, aunque sutil, pero que refuerza la sensación de aislamiento y, al mismo tiempo, transmite cierta conexión con la naturaleza y con los pocos personajes que viven ahí. Estos elementos visuales están perfectamente acompañados por la dirección de sonido de Nahuel Reyes Sosa, que crea un ambiente inmersivo y delicado, que acentúa la emotividad de las escenas. La elección del Delta como escenario no es solo un trasfondo geográfico, sino que se convierte en algo más; en cierto punto refleja la vastedad y soledad de los personajes, y las ganas de una vida diferente.
La trama de El sueño de Emma se centra en un relato de crecimiento, no solo para la protagonista, sino también para su padre, Marcos (interpretado por Sebastián Arzeno), un hombre que, a pesar de estar marcado por su rutina, sus miedos y limitaciones, tiene un amor incondicional por su hija. Marcos es un personaje complejo dentro de lo cotidiano, su relación con Emma no es solo la de un padre protector, sino también la de un hombre que debe aprender a soltar, a dejar ir lo que más quiere.
Emma, por otro lado, encarna el anhelo de algo más allá de su entorno, el deseo de explorar el mundo y encontrar cosas nuevas. Su profesora le presenta una beca para ir a Londres, y eso es lo que se convierte en un punto de inflexión, no solo en su vida, sino también en la de Marcos, quien debe confrontar sus propios pensamientos y adaptarse a una nueva forma de ver las cosas. La película no cae en los clichés de un melodrama predecible; si bien se desarrolla de una forma imaginable, ofrece una visión matizada y reflexiva sobre el amor, el sacrificio y la libertad personal.
En cuanto a la actuación, tanto los actores principales como los secundarios cumplen con sus roles de manera efectiva, pero es la química entre los personajes de Emma y Marcos lo que realmente le da vida a la película. La interpretación de Luthien Ramos tiene una presencia cautiva, aporta vulnerabilidad que le da autenticidad a la historia; Sebastián Arzeno, por su parte, transmite una mezcla de rudeza, pero a la vez fragilidad que lo hace real y cercano.
Creo que lo que realmente distingue a El sueño de Emma, al menos para mí, es la capacidad del director para equilibrar lo emocional con lo visual. Hay momentos de gran belleza que no son solo estéticamente agradables, sino que tienen una carga emocional que se conecta con los temas centrales de la película.
El sueño de Emma es una película de transición, tanto para sus personajes como para el espectador. Aunque la trama puede parecer simple a primera vista, su ejecución, acompañada de un excelente trabajo técnico, la convierte en una experiencia emotiva y reflexiva. Vilche logró capturar en esta obra no solo los desafíos de la paternidad y el crecimiento personal, sino también las ideas y convicciones que atraviesan a muchos durante la adolescencia, y las oportunidades que muy pocas veces aparecen, pero no siempre es sencillo aprovecharlas.
Título: El sueño de Emma.
Título original: Idem.
Dirección: Germán Vilche.
Intérpretes: Luthien Ramos, Sebastián Arzeno, Luis Ziembrowski, Verónica Intile, Lautaro Murray, Julia Azar, Germán Baudino, Lorena Damonte, Carmela Rivero, Taiu Iosovich y Bruno Rondini.
Género: Coming of age, Drama.
Calificación: pendiente.
Duración: 87 minutos.
Origen: Argentina.
Año de realización: 2023.
Distribuidora: Cine Tren.
Fecha de estreno: 20/03/2025.
Puntaje: 7 (siete)