Una idea de producción delirante puede servir como punto de partida pero nunca como meta en si misma. De ser así, una vez planteada, se agota en unas pocas escenas de no mediar algún que otro hallazgo cinematográfico contundente. Vacas vaqueras es la más reciente producción animada de Disney y un vivo ejemplo de que sin creatividad es imposible sostener un relato por más corto que este sea (para el caso setenta y cinco minutos que parecen muchos, muchos más).
La ópera prima de la dupla Finn & Sanford toma provecho de la iconografía del más antiguo y venerado de los géneros para contar su improbable historia: el western clásico. Fusionado con la comedia y las infaltables canciones que comentan la acción (responsabilidad del múltiple ganador del Oscar, Alan Menken), esta fallida superproducción de 110 millones de dólares no demora en languidecer por dos motivos muy puntuales íntimamente relacionados el uno con el otro. Primero, y principal, una comedia que no hace reír es sencillamente intolerable. Segundo, el humor de la película es derivativo del trabajo de los actores porque los diálogos y los contrapuntos que se generan entre los protagonistas son de vital importancia para la eficacia del producto. Pues bien, o mal, todas las copias estrenadas en nuestro país han sido dobladas al ¿castellano neutro? en México, con lo cual se ha echado por tierra uno de los grandes atractivos del material original: un cast de aquellos. No sirve de nada lamentarse por algo que no tiene remedio pero reemplazar de cuajo a actores como Judi Dench, Roseanne Barr, Jennifer Tilly, Steve Buscemi, Cuba Gooding Jr., Randy Quaid, G.W. Bailey (de la saga Locademia de policía) y Dennis Weaver (el aterrorizado automovilista perseguido por un camión en el telefilme de Spielberg Reto a muerte) es dar, en mi opinión, demasiada ventaja. Y la película resiente esa ausencia.
Como dije antes, el argumento es bastante disparatado: en el lejano oeste americano hay una granja próxima a ser subastada por las deudas contraídas con el banco por su amable propietaria. Esta señora debe reunir setecientos cincuenta dólares para no perder la propiedad y a todos los animalitos que la habitan. Entre ellos, destacan las vacas Maggie (con delirios de grandeza), Mrs. Calloway (siempre bien ubicada y poco dada a los cambios súbitos) y la más joven de todas, Grace (la faltan un par de caramelos “Mumú” en el frasco). Advertidas de la cercanía en la zona de un peligroso cuatrero llamado Alameda Slim y que el comisario ofrece una jugosa recompensa por la captura del mismo, las tres “chicas” resuelven abandonar la granja e ir en busca del delincuente para cobrar el dinero y así salvar su hogar. En el camino encuentran a un hosco caza recompensas evidentemente inspirado en Clint Eastwood y a su corcel Bud que también intentarán darle caza al rufián. De aquí en más hay un par de “inesperados” giros en la trama y algún que otro tiempo muerto hasta llegar al final que tooooodos nos imaginamos. Penosamente, desde que Pixar nos regala una joya animada tras otra, nuestra exigencia se disparó tan alto que es ineluctable volver a caer al suelo, dolorosamente, con otros títulos de inferior calidad. Vacas vaqueras, aunque procura capturar al público adulto con un par de chistes de dudoso gusto –los toros en celo, para no andar con rodeos-, es uno de ellos. Mucha vaca y poca leche, por lejos es éste uno de los peores Disney en años…
Título: Vacas vaqueras.
Título Original: Home on the range.
Dirección: Will Finn, John Sanford.
Voces originales: Judi Dench, Roseanne Barr, Jennifer Tilly, Steve Buscemi, Cuba Gooding Jr., Randy Quaid, G.W. Bailey, Dennis Weaver.
Género: Animación, Western, Comedia.
Clasificación: Apta para todo público.
Duración: 75 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2004.
Distribuidora: Buena Vista.
Fecha de Estreno: 08/07/2004.
Puntaje: 4 (cuatro)