Por Iara Reboredo
Hereje, dirigida por Scott Beck y Bryan Woods, se presenta como una mezcla de thriller psicológico y terror, donde la atmósfera tensa y la actuación sublime son las verdaderas estrellas. Ambientada en un escenario claustrofóbico, esta historia gira en torno a dos jóvenes misioneras mormonas, interpretadas por Sophie Thatcher y Chloe East, quienes, al tocar la puerta equivocada, se ven atrapadas en un mortal juego de poder con el macabro Sr. Reed, encarnado por Hugh Grant.
Desde el primer minuto, Hereje establece su tono inquietante al introducirnos en un escenario aparentemente inofensivo, que poco a poco se transforma en una trampa de tensión psicológica. Lo que podría haber sido un simple relato de terror con saltos de miedo, se convierte rápidamente en un estudio de personajes sombrío y perturbador. Es aquí donde el guion y la dirección de arte se destacan, creando una atmósfera asfixiante, donde el terror no está en lo que se ve, sino en lo que se sugiere, en lo que se siente.
La mayor sorpresa de Hereje radica en la interpretación de Hugh Grant. Conocido por su carisma y su habilidad para interpretar personajes en su mayoría encantadores, Grant se reinventa en un papel que desafía sus registros más tradicionales. Su personaje no es un villano convencional, sino una figura intelectual y manipuladora, cuya naturaleza diabólica se oculta tras una capa de refinamiento y elocuencia. Grant aporta una morbosidad intrigante al personaje, un individuo que disfruta no solo del control, sino también del arte de predicar su propia doctrina retorcida. La mezcla de su encanto y perversidad da como resultado una de las actuaciones más fascinantes y desconcertantes del cine de terror reciente.
Lo que Hereje logra de manera excepcional es que el miedo que transmite no depende exclusivamente de “jumpscares” o monstruos protésicos. El verdadero terror acá está en los diálogos, en los monólogos que el personaje de Reed utiliza para sumergir a las misioneras en una espiral de desesperación y confusión. Hugh Grant, con una precisión escalofriante, maneja la línea entre el intelectualismo y la locura de manera magistral. Cada palabra que sale de su boca tiene un peso aterrador, como si su conocimiento fuera una forma de condena más que de iluminación. Es un personaje cuyo poder reside no solo en sus acciones, sino en su mente. Un monstruo invisible, mucho más peligroso que cualquier ser tangible.
El guion, aunque efectivo en sus giros macabros, se fortalece gracias a su capacidad para mantener al espectador en un estado de alerta constante. A medida que las jóvenes misioneras intentan escapar, el ambiente se va cargando de una tensión inexplicable, generando una sensación de ansiedad, de inevitabilidad. La película nunca deja de presionar al espectador; cada escena se siente como un paso más hacia lo desconocido. Y es precisamente ahí donde los planos se destacan de manera brillante.
Los recursos visuales son notoriamente efectivos: la cámara se mueve con una fluidez inquietante, pero hay un plano en particular que me voló la cabeza y elevó lo que ya venía siendo una experiencia fenomenal. Las sombras y los ángulos inusuales aumentan el efecto claustrofóbico, mientras que la escenografía, muy sugerente, contribuye a la sensación de que cada rincón de la casa de Reed esconde algo oscuro y peligroso.
A medida que avanza la película, va ofreciendo más giros confusos e inesperados que aporta no solo complejidad y potencial al argumento, sino también una extraña dosis de humor negro. Este toque genera una especie de desconcierto que aumenta el malestar general; es un humor retorcido que no se siente forzado, sino una extensión natural del ambiente perturbador creado por la situación en pantalla. De alguna manera, esta ironía en los momentos oscuros de la trama no solo subraya la psicología de los personajes, sino que también acredita el desafío moral que uno como espectador enfrenta: ¿hasta qué punto llegará el humor?
Hereje no es solo una película de terror; es un ejercicio que pone a prueba los límites del miedo, la fe y la percepción humana de lo moral. No recurre a la típica fórmula del susto fácil, construye una tensión constante que mantiene al espectador al borde de su asiento. La interpretación de Hugh Grant eleva la película, y está muy bien acompañada de sus coprotagonistas, quienes se adhieren a sus papeles de forma impecable y aportan personalidades disruptivas que complementan el marco de la película. Sin duda, Hereje es una obra que desafía las convenciones del género y demuestra que, a veces, el verdadero terror no proviene de lo que se ve, sino de lo que se entiende.
Título: Hereje.
Título original: Heretic.
Dirección: Scott Beck, Bryan Woods.
Intérpretes: Hugh Grant, Chloe East, Sophie Thatcher, Elle McKinnon, Carolyn Adair, River Codack.
Género: Terror, Thriller psicológico.
Calificación: Apta para mayores 16 años.
Duración: 110 minutos.
Origen: EE.UU./ Canadá.
Año de realización: 2024.
Distribuidora: Diamond Films.
Fecha de estreno: 21/11/2024.
Puntaje: 8 (ocho)