Por Emiliano Fernández
A la Disney no se la puede acusar de no ser expeditiva y para dar testimonio de ello aquí tenemos nuevamente El Rey León (The Lion King, 1994), otro eslabón más dentro de la infaltable explotación comercial del fetichismo retro que siempre está presente entre los cinéfilos: mientras que cualquier otro estudio optaría por hacer una remake aggiornando la propuesta, los “amigos de Mickey” decidieron convertirla a 3D digital siguiendo la línea de los reestrenos recientes de Toy Story (1995) y Toy Story 2 (1999). Una vez más esta suerte de “adaptación tecnológica” agrega poco y nada en términos generales, por lo que resurgen intactos los defectos y virtudes que caracterizaron en su momento a la realización original.
Para aquellos que aún no lo sepan hablamos de uno de los mojones fundamentales en el “renacimiento” de la corporación durante los ’90, período en el que volvió a tener éxito refritando de manera alevosa las mismas fórmulas de cuando el viejo Walt vivía. Es decir, estamos ante una historia narrada en el típico tono entre conservador y sonámbulo de los eternos huerfanitos aunque en esta oportunidad combinada con la estructura de Hamlet de William Shakespeare y un diseño de personajes calcado de Kimba el León Blanco, el anime del genial Osamu Tezuka: lo patético del caso es que la película se vendió como la primera de la factoría no basada en material preexistente, situación que nunca se regularizó del todo.
El “príncipe felino” Simba (Jonathan Taylor Thomas de cachorro, Matthew Broderick de adulto) se queda sin su padre Mufasa (James Earl Jones) gracias a la mortífera intervención de su tío, el malvado Scar (Jeremy Irons), quien logra exiliarlo del “reino” y tomar el poder con la ayuda de sus secuaces las hienas. En el destierro conoce a un par de marginados, el suricato Timon (Nathan Lane) y el jabalí Pumbaa (Ernie Sabella), con los que comparte un devenir despreocupado hasta que un buen día se le aparece la figura fantasmal de su progenitor instándolo a que regrese a saldar la cuenta pendiente. Con salidas cómicas y el interés romántico de turno, la trama respeta a rajatabla el esquema leve del Disney clásico.
Más allá de la convalidación acrítica de la familia patriarcal y la subdivisión en clanes, estratagema estándar del credo del estudio, sin lugar a dudas el mayor problema del film lo encontramos en su morosidad narrativa: lo que en Hamlet es el catalizador del relato, la manifestación del espectro, en esta traslación animada muta en desenlace, circunstancia que transforma a gran parte del opus de Roger Allers y Rob Minkoff en una rutina hueca estirada sin justificación hasta el límite de la paciencia. Pasados 17 años desde la primera vez que vimos a Mufasa en las estrellas, se hace patente que la obra apuntaba al público infantil femenino más que al masculino (el melodrama se ubica por encima de la acción).
Los elementos a favor vuelven a ser la riqueza artesanal de los fondos, la ambiciosa puesta en escena y el extraordinario trabajo en voces de James Earl Jones y Jeremy Irons. Las canciones de Elton John y Tim Rice, dignas pero olvidables, son anacrónicas y producen baches importantes en el desarrollo. Todos los que despreciamos este tipo de cine -ya sea por sádico, sexista, manipulador o simplemente aburrido- sabemos que como antes La Sirenita (The Little Mermaid, 1989), La Bella y la Bestia (Beauty and the Beast, 1991) y Aladdin (1992), El Rey León constituye uno de los últimos ejemplos de un linaje vetusto que fue superado por la excelencia visual, el toque humanista y el humor astuto de Pixar…
Título: El Rey León 3D. Título original: The Lion King 3D.
Dirección: Roger Allers y Rob Minkoff. Voces en inglés: Matthew Broderick, Jeremy Irons, James Earl Jones, Nathan Lane, Ernie Sabella, Jonathan Taylor Thomas, Rowan Atkinson y Moira Kelly. Género: Animación, Drama, Aventuras. Calificación: Apta para todo público. Duración: 89 minutos. Origen: EE.UU. Año de realización: 1994. Distribuidora: Buena Vista – Disney. Fecha de estreno original en Argentina: 07/07/1994. Fecha de reestreno en 3D: 06/10/2011.
Puntaje: 5 (cinco)