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domingo, 24 noviembre 2024
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MerelloxCarreras se proyecta en el Teatro La Casona

El Teatro La Casona renueva su programación con la proyección de MerelloxCarreras, el documental dirigido por Victoria Carreras a partir de archivos inéditos de Tita Merello en la intimidad y en su última actuación. Las funciones se realizarán los domingos a las 19hs en el Teatro La Casona (Av. Corrientes 1975).

MerelloxCarreras se proyecta en el Teatro La Casona 1

 

El Teatro La Casona abre una nueva etapa y lo hace con programación renovada. Los domingos a las 19 hs. se presentará MerelloxCarrears, el documental dirigido por Victoria Carreras a partir de archivos inéditos de Tita Merello en la intimidad y en su última actuación. Las funciones se realizarán los domingos a las 19hs en el Teatro La Casona (Av. Corrientes 1975). La entrada general tendrá un valor de $150 y se podrán adquirir a través de Plateanet.com o en la boletería del teatro.

 

Tita Merello y Enrique Carreras se hicieron amigos haciendo cine. La gran actriz y cantante argentina adoptó a la familia Carreras como propia y se instaló cada domingo en su casa. En sus últimos años Tita no se dejaba filmar, ni fotografiar. Pero en 1995 cuando Enrique, su director, estaba por morir, ocurrió algo inesperado: la Merello dijo: “Victoria, filmá”. Esta es la película sobre ese momento y sobre anécdotas memorables de Tita. Vuelve La Merello con su energía incomparable, su sentido del humor, su voz única. La gran estrella. Vuelve la mujer sabia, la amiga, la misteriosa. Un re encuentro emocionante, para sonreír con el corazón. Vuelve TITA.

 

Dice Victoria Carreras sobre su filme “Vi a Tita Merello por primera vez a los cuatro años”. Corría el año 1970 y ella se reunía con su director, Enrique Carreras, mi padre, en el living de nuestra casa. Con mi hermano espiábamos a ‘la gran actriz que no debíamos molestar’ a través de un biombo, tratando de sobornar a su perro Corbata con una galletita. No logramos separarlo de su dueña. Corbata como Tita, era de ‘pocas pulgas’.

 

Siendo un adolescente, debuté como actriz en la obra Para alquilar balcones que fue el último espectáculo en el actuó Merello. Como atestigua la función filmada, la gran estrella de 80 años que no conocía el ocaso, seducía a su público. Incluso cuando ironizaba con un rosario de malas palabras o cuando monologaba acerca del cuerpo del hombre, daba lecciones de vida con picardía y garbo.

 

La gran estrella, la mujer controversial, la que se había enamorado una sola vez en la vida, la que temía ser olvidada pero insistía en su soledad, adoptó a mi familia como propia. Desde entonces se instaló cada domingo en casa, durante los almuerzos. Hubo largas charlas, caminatas, confesiones. Mi madre, Mercedes, también actriz, en aquella época muy joven con sus cuatro hijos, la admiraba, tenía una actitud cariñosa y tolerante con ella. Le pregunto ahora, si no sintió la invasión de esa Merello que le exigía cuidados y cariño incondicional. Por aquellos años Tita empezó a despojarse de sus cosas y yo guardé todos sus regalos. Libros, collares, vestidos y su ropa interior.

 

Fue en esa época, cuando Tita tomó la decisión de no dejarse filmar ni fotografiar nunca más. En Agosto de 1995 estaba por nacer mi hija Carolina, y mi padre padecía la fase terminal de un cáncer. La Merello tenía conciencia, como toda mi familia, que ése era un almuerzo de despedida entre ella y Enrique. Entonces ocurrió algo inesperado. Tal vez por esa empecinada actitud de Tita de hacerle frente a la vida y a la muerte, ese mediodía sorpresivamente me llamó y me dijo: “Victoria, filmá”.

 

Sin más, prendí la cámara, acaté su orden y registré para siempre a una Tita de entrecasa. La consejera, la que peleaba con mi abuela, la que decide retirarse de la exposición pública. La que se hacía tomar la presión para que la tocaran y acariciaran, la que nos reunía en torno a la mesa para contarnos sus anécdotas, la que flirteaba en broma con mi cuñado, la que tiraba las cartas pero se confiaba a Dios, la que pasaba largas horas charlando de cine y de teatro, la que amparaba a mi madre en su trance más difícil mientras despedía al último de sus directores, quien supo ser su amigo.

 

La que le hablaba a mi hija recién nacida: “Alguna vez te van a mostrar una foto y te van a decir…esta mujer dijo que vos ibas a ser nena… Vos conociste a esa loca Merello que creía que el mundo podía ser mejor”.

 

FUNCIONES

Domingos 19 hs
Teatro La Casona – Av. Corrientes 1975
Entrada general $150 – En Plateanet.com o en la boletería del teatro
Duración 61 MIN.
Color B&N

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