Por Pablo Artahuete
El octavo opus de Naomi Kawase data del año 2015 y recién ahora descubre un lugar mínimo en la cartelera para que aquel público ávido de buen cine encuentre un oasis en películas como Una pastelería en Tokyo. La directora japonesa ha sumado a lo largo de sus obras un estilo propio que hace de la melancolía un punto inflexible para el derrotero de sus personajes, sin dejar de lado sus cruces a lo largo de su trayectoria cinematográfica con documentales muy vívidos y personales donde la tentación de la propia biografía, o reflexiones de vida frente a cámara forman parte de un mosaico de calidad y sensibilidad extrema.
A la belleza de algunas imágenes que se les puede achacar naturalismo en primer plano siempre hay que agregarles el elemento dramático y un sufrimiento silencioso en alguna historia, donde el paso del tiempo es el talón de Aquiles y la presencia -a veces explícita y otras implícita- de la muerte un contrapunto con lo mundano y la búsqueda de redenciones individuales.
Basada en la novela de Durian Sukegawa, la mirada de Naomi Kawase se apoya en primera medida en una mujer de setenta años (Kirin Kiki), quien busca trabajar en la pastelería del título y trata de convencer al dueño Sentaro (Masatoshi Nagasede) de su capacidad para la elaboración de unos dulces en base a porotos. De inmediato, lo culinario pasa al terreno del pretexto para el desarrollo de un vínculo entre ambos donde la marcada diferencia de edades hace las veces de obstáculo, pero es señal (tal vez por cultura nipona) de un respeto a la flamante cocinera por parte del empleador.
Así como Miyagi, aquel inolvidable tutor de Daniel San en la franquicia Karate Kid, enseñaba desde lo cotidiano la técnica y la filosofía del karate, la dulce Tokué despliega toda su sabiduría en la cocina y en la elaboración de delicada manufactura para los dulces. Su presencia en la panadería se traduce en colas de clientes, así como de un potencial conflicto -que aquí no revelaremos- aunque está ligado al pasado y al drama que se anticipa cuando la melancolía de la vejez genera el clima propicio para que la realizadora japonesa recupere sus viejos tópicos en una propuesta sumamente atractiva y bastante alejada de sus otras películas anteriores.
Vale la pena conocerla y dejarse llevar por la calidez humana en sus personajes, encabezados en este caso por la querible Tokué y sus porotos que hablan por ella.
Título: Una pastelería en Tokyo
Título Original: AN
Dirección: Naomi Kawase
Intérpretes: Kirin Kiki, Masatoshi Nagase y Kyara Uchida
Género: Drama, Comedia
Clasificación: ATP
Duración: 113 minutos
Origen: Japón, Francia, Alemania
Año de realización: 2015
Distribuidora: Independiente
Fecha de Estreno: 09/08/2018
Puntaje: 8 (Ocho)