Por Pablo Arahuete
En su debut con el largometraje Rara (2015), la directora chilena Pepa San Martín –ver entrevista– no apela a los discursos de lo que se considera un cine militante, sino que trasciende la problemática de la homosexualidad, el conflicto judicial, y las rencillas entre Paula y Víctor a expensas de las niñas, para centrarse en los efectos de una cultura represiva y una sociedad que en el sector de la burguesía chilena arrastra los resabios de la dictadura para reforzar, aún hoy, discursos autoritarios frente a lo diferente.
Desde el título, la alusión podría definir un juego de contrastes para comenzar a indagar en esta trama que toma como punto de partida la construcción de la identidad de Sara. Algo raro es lo que en teoría se contrapone a lo normal, siempre que partamos de la base que lo “normal” se rige bajo normas o consensos sociales.
Pero qué ocurre si la mirada se aleja de un lugar común para tomar partido desde la subjetividad de una niña a punto de cumplir 13 años, o mejor dicho, una pre adolescente en plena etapa de cambio y crisis, como la que protagoniza Sara (Julia Lübbert), foco de atención en el que la directora Pepa San Martín construye este relato, que se inspira en un caso real.
La base argumental de Rara (2015) toma como puntapié un hecho judicial, asonado en la opinión pública chilena y que dejó abierta una polémica sobre el rol y la decisión de la Corte Suprema del país trasandino al quitarle la tenencia de sus niñas a la jueza Karen Ataya, tras la acusación de su ex esposo de convivir con una mujer.
Para Sara, tener dos mamás, Paula (Mariana Loyola) y su pareja Lía (Agustina Muñoz), puertas adentro es lo más normal, porque las garantías del cuidado y el afecto hogareño no perjudican su desarrollo. Tampoco el de su hermana menor Cata (Emilia Ossandón), cuyo vínculo con Sara es el de cualquier hermana que a veces abusa de su condición de pequeña, aunque la mayor se encarga de protegerla en caso de abusos o confusiones.
No obstante, la protagonista se transforma de manera gradual en un emergente de una situación donde transita por diferentes estados anímicos y muchas veces respira la incomprensión o invisibilidad frente a un mundo adulto y ombliguista, lejos de sus necesidades como hija pre adolescente o deseos insatisfechos.
La presión del entorno juega cada vez más a favor de la argumentación del padre Víctor (Daniel Muñoz), separado y con un nuevo proyecto de familia, quien pretende ayudar a su hija mayor en crisis con su madre bajo el argumento de la extraña relación entre Paula y Lía, su promiscuidad ante las niñas y ruptura de las normas sociales establecidas.
Por este motivo, Rara no es un film moralista, no apela a recursos maniqueístas con aires de purificación de consciencia, sino que crece exponencialmente a la hora de reflexionar desde la mirada de Sara no sólo sobre el rol de la sociedad o de la familia ante situaciones que exceden a los niños, sino desde las contradicciones de personajes, quienes se manejan en el torbellino emocional y no en la especulación de los afectos.
Título: Rara
Dirección: Pepa San Martín
Intérpretes: Julia Lübbert, Mariana Loyola, Sigrid Alegría, Coca Guazzini, Daniel Muñoz, Agustina Muñoz, Emilia Ossandón
Calificación: Apta para mayores de 13 años
Género: Drama
Duración: 90 minutos
Origen: Chile, Argentina
Distribuidora: Cine Tren
Año de realización: 2015
Fecha de estreno: 23/06/2016
Puntaje 8 (ocho)