Por Juan Alfonso Samaja
En medio de la guerra civil norteamericana, donde la gran cantidad de soldados han debido asistir a la batalla, los territorios del Oeste han quedado relativamente indefensos frente a los aborígenes, quienes atacan los diversos asentamientos de los nuevos colonos que emprenden la aventura de conquistar nuevas tierras, como frente a los enfrentamientos internos entre clanes y familias de colonos.
Crítica
El mapa narrativo de la trama está formado por una serie de historias y personajes, que como sucede con el propio territorio norteamericano y sus primeros pobladores, se presentan inicialmente dispersos y solitarios, relacionándose lentamente hasta formar un territorio dramático articulado. La cartografía en proceso se compone de: 1) la historias de Frances Kittridge, que habiendo muerto el esposo y su hijo varón en el asentamiento de Claypole, parte junto a su hija Lizzie con el teniente Gephart hacia el fuerte de la milicia, donde se iniciará lentamente una historia de amor; 2) la historia del joven Ganz, que parte junto a un grupo de vaqueros a buscar a los Apaches que asesinaron a su familia en Claypole; 3) la historia en torno al clan Sykes, en Montana, que buscan vengar el ataque a su padre por parte de una joven amante que ha huido con el hijo que ambos tienen en secreto; 4) la historia de Hayes Ellison, que, habiendo asesinado a uno de los hermanos Sykes, ha debido huir junto a una joven prostituta que ha quedado a cargo del niño que el clan Sykes está buscando; 4) la historia de la procesión de caravanas en dirección a Kansas. Este primer territorio narrativo de los colonos se complementa con una línea narrativa vinculada a los aborígenes, y a ciertos conflictos internos que tienen en relación a la estrategia que deberían poner en acto frente a estos colonos.
Creo que la principal debilidad de la propuesta es su pretensión de épica consciente. El western clásico, como sus grandes realizadores, no manifestaron una concepción elevada de su propia épica, más que en la forma visual en la que plasmaron esas leyendas; quizás por este motivo, Bazin sostuvo que el western era el “cine norteamericano por excelencia”. Esta grandilocuencia de los grandes planos se articulaba con una mirada casi pueblerina de esos mitos fundacionales, pero un estilo de narración sobrio y efectivo. El relato de Horizonte, por el contrario, resulta algo sobrado de sí mismo; la espectacularidad no quiere limitarse ya al paisaje, sino aplicarse también a los contenidos, por medio de un incremento cuantitativo de sub-tramas, como si la proliferación de los sucesos llevara de modo lineal a la complejidad de la historia. A esta doble espectacularidad, debe sumarse la grandilocuencia de la exposición en los dos niveles en que se presenta el producto: en el nivel del capítulo, cuyo relato no ha sabido dosificar con sabiduría los ingredientes que pretende amalgamar, y en el nivel del formato, pretendiendo ampliarse a la dimensión de una saga de cuatro entregas. En síntesis, todo parece un poco excesivo en esta producción, una apuesta demasiado grande, demasiado ampulosa.
Dentro del conjunto de unos caracteres bien desarrollados y plantados dramáticamente en el relato, aparecen algunas deficiencias: 1) Para ser el héroe que el relato propone, el personaje de Hayes Ellison (Kevin Costner) aparece demasiado tarde en la narración (en el segundo tercio de la película) como para que el público lo pueda incorporar orgánicamente al relato, y tampoco brinda el argumento elementos de carácter atractivos para que este personaje asuma el rol protagónico que el relato pretende: poco y nada sabemos de él, ni antes, ni durante, ni después de su presentación en este primer capítulo, y Costner tampoco ha sabido otorgarle el carisma suficiente para seducirnos con este personaje. 2) El Señor Proctor y su esposa en la caravana hacia Kansas constituyen una presencia inorgánica en el conjunto. Se trata de una dupla urbana que producen disonancias narrativas de tono y género en el conjunto de la sección; en ciertas ocasiones parecen estar al límite de producir situaciones cómicas, que, finalmente, nunca se concretan. 3) Finalmente, el escaso desarrollo psicológico de los personajes aborígenes dificulta hacer de ellos algo más que una fuerza de la naturaleza impersonal y relativamente arbitraria.
A pesar de todo lo mencionado, la película alcanza, no obstante, momentos de gran eficacia emocional en torno a unos caracteres que encarnan la parte íntima y minimalista del relato y que destacan por su fuerte presencia escénica, aportando la poesía romántica indispensable que el western requiere: el sargento Riordan (Michael Rooker), el coronel Hughton (Danny Huston), Ellen Harvey (Jena Malone), Lizzie y Frances Kittridge (Georgia MacPahil y Sienna Miller respectivamente), entre otros.
Título: Horizon: An American Saga – Capítulo 1. Título original: Horizon: An American Saga – Chapter 1. Dirección: Kevin Costner. Intérpretes: Kevin Costner, Sienna Miller, Abbey Lee, Isabelle Fuhrman, Jena Malone, Ella Hunt, Hayes Costner, Sam Worthington, Michael Rooker, Danny Huston, Will Patton y Luke Wilson. Género: Western, Drama. Calificación: Apta para mayores de 16 años.
Duración: 180 minutos.
Origen: EE.UU. Año de realización: 2024.
Plataforma: Max. Fecha de estreno: 15/11/2024.
Puntaje: 7 (siete)