Por Omar Tubio
Tras una espera de tres años, finalmente se estrena la versión cinematográfica de Titus Andronicus de William Shakespeare. Y es Julie Taymor, la responsable de la puesta teatral en Broadway quien asume la dirección tras las cámaras en su debut para el cine (ya finalizó su segundo largo Frida con Salma Hayek). La tardanza quizás se explique en que es difícil encasillar a Titus, el film, en una clásica traslación del teatro al cine. Se trata de una apuesta estética bastante particular y arriesgada que no admite concesiones. Cercana a las versiones de Luhrmann en su Romeo y Julieta y al Ricardo III de Richard Loncraine en cuanto al uso de lo anacrónico y la mezcla de estilos, pero mucho más sangrienta y perturbadora. Tanques, autos, armas de la segunda Guerra y hasta orquestas de jazz animando las orgías del imperio romano son algunas de las audacias que se permite Taymor para subrayar la atemporalidad del texto. Siendo una de las primeras obras del celebre escritor, aquí se presentan cada una de las constantes que luego serían abordadas en sus siguientes obras. En esta se explora la ilimitada capacidad destructora del género humano. De las cenizas del supremo dolor emerge el deseo y la articulación de la venganza.
La historia nos cuenta el regreso triunfal de la guerra contra los Godos de Titus Andronicus (Hopkins) en cuyo curso ha perdido a varios de sus hijos. Parte de la ceremonia de la victoria es sacrificar a un enemigo hecho prisionero. Titus, pese a los ruegos de la reina Tamora (Lange), elige a uno de los hijos de ésta y realiza el sacrificio. Frente al asombro de todos el gran General romano apoya la designación como nuevo emperador de Saturninus (Cummings) un hombre corrupto y consentido que sorpresivamente tomará por esposa a la reina Goda. Esta verá la oportunidad para desplegar su venganza iniciando una vorágine de sangrientas muertes que traerán a su vez trágicas consecuencias tanto para ella como para el propio Titus.
El film no ahorra escenas de violencia extrema y así vemos desfilar manos cortadas, lenguas que han perdido dueño, cuellos sangrantes y un banquete final que le habrá servido a Mr. Hopkins como aperitivo para su posterior Hannibal.
La puesta en escena tiene mucho de teatral en cuanto a lo vanguardista del asunto, pero no molesta y se adapta al arte cinematográfico simbióticamente. El diseño de producción a cargo de Dante Ferretti (asiduo de Scorsese) es espectacular, como también lo es el vestuario (nominado al Oscar 2000) y la música de Elliot Goldenthal.
En el plano interpretativo no es novedad decir que Anthony Hopkins realiza lo suyo con la maestría de siempre y que Jessica Lange impone su fuerte personalidad a un rol difícil y extremo.
Cabe esperar mucho de los siguientes trabajos de Julie Taymor y ojalá no sufran el retraso de este Titus que la sitúan en lo más alto de la galería cada vez más creciente de las directoras de cine.
Título: Titus.
Título Original: Idem.
Dirección: Julie Taymor.
Intérpretes: Anthony Hopkins, Jessica Lange, Jonathan Rhys Meyers, Alan Cumming, James Frain, Laura Fraser, Colm Feore, Harry Lennix, Colin Wells, Osheen Jones, Dario D’Ambrosi, Raz Degan, Matthew Rhys, Angus MacFadyen,.
Género: Drama.
Clasificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 162 minutos.
Origen: EE.UU./ Italia/ Reino Unido.
Año de realización: 1999.
Distribuidora: Distribution Company.
Fecha de Estreno: 25/04/2002.
Puntaje: 8 (ocho)