Por Juan Blanco
Cuando John pidió una esposa por correspondencia a Rusia, no se imaginó que se estaba metiendo con estafadores que le harían perder su identidad por completo. Era un banquero solitario, aburrido, con una buena colección de películas porno ocultas en casa, y que de golpe se vio casado con una rusa divina con las facciones de Nicole Kidman. Claro, la chica no hablaba demasiado inglés para su arribo a Londres, pero como en la cama sobran las palabras, John y Sophia distaban de no poder entenderse como corresponde. En eso, entre tanto sexo, fetichismo y mímicas obligadas, Sophia cumple años, y entonces caerán en la casa del pobre John dos amigotes de la niña, al parecer tan inofensivos como ella.
Pero tal como se anticipó al principio, los flacos están enroscados con la viuda negra en el negocio turbio más fashion de los últimos tiempos. Resulta ser que ellos (uno novio de Sophia) funcionan como cafishos de la chica, y la mandan hasta al país más remoto en el que haya un tipo necesitado de compañía femenina. Una vez que la pelirroja entra en confianza con la víctima, le dice que llegó el día de su cumpleaños, llegan los amigos de Rusia –con cama adentro- para el festejo, la chica sopla las velitas, y al día siguiente están estafando al sujeto.
La cosa se complica cuando el plan de los ladrones falla en algo (por un detalle ajeno al negocio), y la chica queda abandonada por sus compañeros y a merced de John sediento de venganza. Pero como donde hubo fuego, cenizas quedan, más que represalias ahí habrá alianza, y juntos –y enojados-, estos dos tórtolos saldrán a flote remando en pareja.
En Ruleta Rusa (en realidad La chica del cumpleaños) hay un tono y algunos detalles demasiado raros como para afirmar que se está viendo una película más, pero todos estos detalles se concentran en la primera mitad del relato (hasta la estafa). Por eso, en el mejor de los casos, Ruleta Rusa no sería una buena película, sino tan sólo una mediocre y bienintencionada que acierta en la mitad de sus ideas. En otras palabras, una película de cinco puntos.
Nicole Kidman tiene todo lo mejor -y más bello- de ella, que es la ambigüedad y el exotismo de su lado. Lo triste es que tanto lo exótico como el tono freak de Ruleta Rusa se pierden en un contexto de convenciones que ahoga toda buena intención entrada la segunda mitad del relato. Por su parte, Ben Chaplin (el marido) da la talla de ingenuo como para que uno sienta ganas de estafarlo, así como Mathieu Kassovitz y Vincent Cassel (los estafadores) meten suficiente miedo como para sacar a cualquiera las ganas de volver a comprar algo por correo o internet.
Sin mucho más, Ruleta Rusa era una buena idea que no pudo evitar pecar de complaciente, para no dejarle a la audiencia ese gustito feo –o a veces rico- en la boca, propio de esos proyectos que no se alcanzan a digerir –por extraños- del todo. Ruleta Rusa podría haber llegado a ser uno de ellos y ganado mucho vuelo en el trayecto.
Título: Ruleta rusa.
Título Original: Birthday Girl.
Dirección: Jez Butterworth.
Intérpretes: Nicole Kidman, Ben Chaplin, Vincent Cassel, Mathieu Kassovitz, Stephen Mangan, Alexander Armstrong, Jo McInnes, Sally Phillips, Ben Miller y Jonathan Aris.
Género: Thriller, Comedia, Crimen.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 93 minutos.
Origen: EE.UU./ Reino Unido.
Año de realización: 2001.
Distribuidora: Buena Vista.
Fecha de Estreno: 09/05/2002.
Puntaje: 5 (cinco)