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jueves, 21 noviembre 2024
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La mujer de mi vida: Mi gran casamiento israelí

Por Omar Tubio

Hace poco tiempo se estrenaba aquí la exitosa película Mi gran casamiento griego, que narraba las presiones y los conflictos que se desatan en una familia de origen griego, al enterarse de que una de las hijas quiere casarse con alguien ajeno a su comunidad. El film que nos ocupa tiene muchos puntos de contacto con el citado en ciertos temas que lo atraviesan, como el de la familia como célula cerrada, las tradiciones ancestrales, la discriminación y el miedo al cambio. Lo que varía sustancialmente es la intención y el tratamiento. Mientras que en la primera lo primordial es la sucesión de gags y el tono light que debe reinar en toda comedia, en el film de Kosashvili es casi una crítica y una burla sardónica a toda una sociedad; y aunque predomine la falta de dramatismo dando más lugar a lo satírico, la estocada se siente.

Para entender un poco más los conflictos de esta particular familia, vale aclarar algunos puntos que tienen que ver con las diferencias étnicas entre los mismos israelíes. Ellos provienen de Georgia y dentro del mismo estado de Israel constituyen un grupo cerrado, es decir, con sus propias tradiciones y creencias. Zaza, el hijo mayor ya ha pasado los treinta y su familia, desesperada, no se cansa de presentarle posibles candidatas para desposar. Este, sistemáticamente las rechaza a todas, esperando que finalmente se rindan y lo dejen hacer su vida. Su vida consiste nada más y nada menos que en seguir fomentando una relación que mantiene clandestinamente con una mujer mayor que él (primer sacrilegio), que no pertenece a su raza ya que es descendiente de marroquíes (segundo sacrilegio) y que a la postre es divorciada y con una hija, lo que la convierte en forma automática en una ramera (todos los sacrilegios juntos). El azar querrá que la familia se entere de todo y Zaza verá, cpmo literalmente… ¡arde Troya!

La película está dividida en tres partes muy definidas. En la primera el director nos introduce en ese universo pintoresco de los pactos matrimoniales entre familias, donde allí mismo establece las primeras diferencias generacionales; cómo los jóvenes a escondidas sienten la inmensa necesidad de romper con los moldes preestablecidos.

En la siguiente, el registro cambia de manera radical y asistimos a la libre y desprejuiciada relación entre los amantes furtivos. Las convenciones se hacen añicos y solo importa la pasión y los sentimientos verdaderos, plasmados en una larga secuencia sexual que, por su buen gusto, su libertad y su frescura, hablan de una mirada lúcida y sagaz de parte de Kosashvili.

Finalmente, luego del estallido del conflicto, estos dos mundos tan dispares se confrontan y la temática vuelve a cambiar, rozando en algunas escenas lo grotesco y lo paródico, para subrayar el sinsentido de la situación creada. De esta manera la escena final es un perfecto cierre que conjuga todas las vertientes expuestas.

Viniendo de una cinematografía poco frecuente en nuestra cartelera, es auspicioso el debut de este director que sólo contaba con un corto muy premiado como antecedente, y que con La mujer de mi vida ganó el premio de la crítica en el último Festival de Cine Independiente de Buenos Aires. También es de destacar el rendimiento general de todos los actores, logrando un raro y poco común equilibrio.

Está usted invitado.

Título: La mujer de mi vida.
Título Original: Hatuna Meuheret aka Late Marriage.
Dirección: Dover Koshashvili.
Intérpretes: Lior Ashkenazi, Ronit Elkabetz, Moni Moshonov, Lili Koshashvili, Aya Steinovitz.
Género: Comedia, Drama, Romance.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 102 minutos.
Origen: Israel/ Francia.
Año de realización: 2001.
Distribuidora: Primer Plano Film Group.
Fecha de Estreno: 14/11/2002.

Puntaje: 7 (siete)

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