Por Pablo Arahuete
Tantas expectativas como reparos surgen cuando de remakes se trata y más aún si el original no puede ser superado por la copia. Ahora bien, si los encargados de tan ingrata tarea son los excéntricos hermanos Coen, poseedores de un estilo propio, capaces de 
trasladar tiempos y lugares a su Mississippi querido, desde la tragedia griega al gótico de la literatura de Edgar Allan Poe, entonces es justo afirmar que ya no estamos hablando de remakes en términos estrictos, sino simplemente de puntos de contacto.
De esta manera, se evita caer en el recuento de licencias y comparaciones entre la legendaria obra del escocés Alexander Mackendrick de 1955 y con la dupla Guinness-Sellers encabezando aquella ácida comedia negra, y el nuevo experimento de Joel y Ethan, con las descollantes actuaciones de Tom Hanks y la avasallante Irma P. Hall.
El quinteto de la muerte, que en un principio contaba sólo con el guión de los Coen, iba a ser dirigido por Barry Sonnenfeld (Hombres de negro), quien luego de leer el material cedió su asiento a los creadores de Fargo, tal vez por tratarse de una premisa demasiado simple y trillada: la del atraco frustrado debido a la ineptitud de los participantes.
En efecto, el film transita por los recovecos de las desventuras de este falso quinteto de música renacentista, liderado por un graciosísimo Tom Hanks en su papel de hombre de la alta cultura, de refinados modales y pomposa oratoria.
Sin embargo, la trama no se agota en la anécdota y aporta una serie de elementos como la tensión constante entre el azar y el destino; la incursión de lo sobrenatural, enlace entre el mundo de los vivos y el de los muertos; referencias a la literatura de Poe; exageración de los estereotipos cinematográficos convencionales y cierta exaltación de los rasgos culturales afroamericanos. Sólo el particular estilo de los responsables de Barton Fink puede amalgamar en esta comedia efectiva, delirante por momentos, ingredientes de difícil mezcla en un plato que no empalaga y tampoco resulta desabrido.
Marva Munson es una arrolladora anciana, viuda, quien vive sola con su gato Pickles y el retrato de su marido Othar. Para la policía del lugar, ella desvaría porque inventa conversaciones con su esposo muerto. La dulce viejita le alquila un cuarto al atildado Profesor Dorr (Tom Hanks) para que pueda ensayar tranquilo con su “grupo de músicos”,
integrado en realidad por un jugador de football lento, un vietnamita parco, un rapper orgulloso del hip-hop y un experto en explosivos. Entre los ensayos, se disponen a cavar un túnel y así robar el dinero de un casino flotante, pero las interrupciones de la anciana y las jugarretas del azar -¿o será el espíritu del difunto encarnado en el gato?- obligan a un cambio de planes.
Siempre se desempolva de la galería de perdedores coeniana un personaje singular, alejado del cliché, que es el caso del multifacético Tom Hanks, con un dominio absoluto de los parlamentos y los gestos sin exageraciones.
El colorido de la música gospel y la fuerza del spiritual funcionan de contrapunto para una comedia sobre la muerte, definida como gótico-sureña. En ese contexto, sobrevuela -como el cuervo del final- el fantasma de Poe, sus versos inmortalizados en los dientes postizos de Dorr (igual que Guinness en el clásico inglés). Dispuestos a transgredir cualquier modelo de representación común, a reírse de sí mismos y de los críticos encasilladores, los Coen no pierden su mística.
Título: El quinteto de la muerte.
Título Original: The Ladykillers.
Dirección: Ethan Coen & Joel Coen.
Intérpretes: Tom Hanks, Marlon Wayans, Ryan Hurst, Irma P. Hall, J.K. Simmons, Tzi Ma, Diane Delano, George Wallace, Stephen Root, Greg Grunberg, Bruce Campbell y Jason Weaver.
Género: Remake, Comedia, Crimen, Thriller.
Clasificación: Apta para mayores de 13 años.
Duración: 104 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2004.
Distribuidora: Buena Vista.
Fecha de Estreno: 27/05/2004.
Puntaje: 7 (siete)
