Por Luis Pietragala
No es cine basura; es cine- espejo. No es cine de ritmo trepidante, no tiene ni sucesivos cortes, ni muchos movimientos de cámara o constantes efectos; es un cine con tiempo para pensarlo mientras se lo ve, que posee la habilidad de dejar la cámara quieta y el buen juicio de no moverla para permitir al espectador un permanente ida y vuelta entre lo que ocurre en pantalla y el distanciamiento que lo habilita a pensar en lo que él mismo siente al observarse identificado con los personajes y situaciones de la película. No es cine para adolescentes; es un cine de adultos (jóvenes) destinado a los adultos. No es una película aburrida; es intensa. Además, fluye (señal de que hay un buen director y guionista detrás).
En la ciudad es un filme que habla de cómo son las relaciones entre las personas de entre 30 y 40 años en una gran ciudad en el mundo de la primera década del siglo XXI. En este caso, la ciudad es Barcelona y los personajes a cuyas vidas nos asomamos pertenecen a una clase media sin sobresaltos económicos; desde ese lugar es extensible la propuesta a cualquier otra gran ciudad de la Tierra.
El modo polifónico de narración (vemos cómo unos ocho amigos treintañeros intentan vivir sus vidas buscando su felicidad lo mejor que pueden) permite apreciar matices de una característica que atraviesa a los personajes: ellos no comunican sus mundos interiores, ya que pareciera que la confidencia al amigo o a la pareja está clausurada. Tienen afectos, quieren; pero no se lo comunican entre sí. Más aún, cuánto más íntimo es el vínculo daría la impresión que más se desconoce al otro; así, las relaciones de pareja se evidencian como la convivencia de desconocidos donde se está en presencia de lazos de tipo amistoso o de tapadera de la soledad, pero no de situaciones amorosas.
La película tiene el formato scope (se rodó en Panavision; proporción 1:2,35, más alargado que el de las nuevas pantallas de TV, que es 1:1,77 ó 16/9). Este tamaño de pantalla hace que veamos más de la ciudad, y también permite que los personajes estén más insertos en ella; además, visualiza mejor al grupo, a los amigos como familia y a esta unión que parece ser la más sólida. El ambiente urbano es el marco donde ellos luchan por sentirse bien mientras conviven con su incapacidad demostrar sus sentimientos a los otros. Pero esta película no demoniza a la ciudad, no cae en el mito bucólico como solución de todos los males mientras que la metrópoli es la encarnación del mal, sino que parece preguntarse: ¿qué tal si fuésemos capaces de demostrar lo que sentimos? La gran ciudad no aparece necesariamente como impedimento, sino todo lo contrario.
Sobre los últimos instantes del filme, un personaje que ha sido incapaz de sonreír, puede hacerlo porque se atreve a desafiar ciertos prejuicios, que en el mundo de hoy tal vez sean más sencillos de superar de lo que podría pensarse (en rigor, más que en el mundo de hoy, habría que decir en algunas partes del primer mundo de hoy). El personaje es el del profesor Mario, quien mantiene (¿a pesar suyo?) una relación con su alumna adolescente veinte años menor.
Esta es la tercera película del realizador catalán de 36 años Cesc Gay. La primera fue Hotel room, codirigida junto con el argentino Daniel Grimesberg en 1997, y la segunda Krámpack (2000), donde habló del fin definitivo de la infancia y del comienzo del camino a la madurez de dos amigos que van perfilando su definición sexual.
Es curioso como los ritmos de Krámpack y En la ciudad difieren y a su vez los engarza un criterio rector: los ritmos siguen a los personajes. Así, en Krámpack, el torbellino adolescente es reflejado por acciones rápidas y ansiosas, cambios de escenas que obedecen a lo rápido de los cambios que también les pasan a los jóvenes protagonistas de la historia que transcurre en pocos días de un verano y en un lugar de playa. Mientras tanto, En la ciudad tiene un devenir más tranquilo (aunque no cansino), más sosegado, que se corresponde tanto con la edad de sus habitantes urbanos como con el paso de las estaciones en los meses que transcurren sus historias.
Los ritmos de ambos filmes son solidarios con los ritmos de las acciones de sus tramas y de quienes las viven.
Es un cine- espejo, como antes se dijo; tomar lo que corresponda.
Título: En la ciudad.
Título Original: Idem.
Dirección: Cesc Gay.
Intérpretes: Mónica López, Eduard Fernández, Leonor Watling, María Pujalte, Àlex Brendemühl, Vicenta N’Dongo, Chisco Amado, Carme Pla, Miranda Makaroff, Àurea Márquez, Jordi Sánchez y Eric Bonicatto.
Género: Aventura, Drama, Romance.
Clasificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 110 minutos.
Origen: España.
Año de realización: 2003.
Distribuidora: Primer Plano Film Group.
Fecha de Estreno: 13/01/2005.
Puntaje: 7 (siete)