Por Emiliano Fernández
La presencia de la gran Meryl Streep en pantalla siempre amerita echar un vistazo a la película en la que participa. En Secretos de Diván tenemos nuevamente la labor de una actriz todo terreno que aporta los ingredientes justos y necesarios para la construcción de su personaje, a pesar de que esta comedia romántica con toques dramáticos se centre más en los trabajos de Uma Thurman y Bryan Greensberg.
La sofisticada Rafi Gardet (Uma Thurman) es una mujer de 37 años que acaba de divorciarse, lo que le genera una honda tristeza y angustia. Para consolarse, le cuenta regularmente estos pesares a su psicoanalista Lisa Metzger (Meryl Streep), la cual la alienta a que continúe con su vida y supere el pasado. Cuando finalmente Rafi comienza una nueva relación amorosa con un pintor de 23 años, los prejuicios de Lisa salen a la superficie de repente cuando se entera que el joven es nada más y nada menos que su hijo David Bloomberg (Bryan Greensberg). Esperando que la relación se diluya, Lisa decide no contar nada ni a David ni a Rafi, lo que generará momentos incómodos cuando ésta última revele secretos íntimos de la pareja durante las sesiones de psicoanálisis
Los principales problemas que tienen Lisa y el resto de su familia para con la relación pasan por la religión de Rafi (no es judía, como sí la familia de David) y la diferencia de 14 años entre ambos. Secretos de Diván pone el ojo en los conflictos que se generan alrededor de la pareja utilizando un tono de comedia respetuosa para con las situaciones y los protagonistas, nunca tomados a la ligera. Los personajes tienen diferentes facetas y se nos aparecen como vulnerables desde el punto de vista emocional, generando una bienvenida densidad que se acopla correctamente a una historia que a primera vista parece traída un poco de los pelos. En esto es fundamental el aporte de la maravillosa Meryl Streep, que ilumina cada escena en la que aparece, y las buenas labores de Thurman y Greensberg como los novios.
El mayor logro de la película está dado por el hecho de que, salvo en dos escenas, evita el adentrarse en lo que podría haber sido una fácil y simple comedia de situaciones. De hecho, toda esta historia de diferencias sociales, religiosas y generacionales se prestaba en demasía para una estructura de gags montados alrededor del engaño central, el de Lisa hacia Rafi, el de la terapeuta hacia la paciente. Resulta curioso que el director Ben Younger haya decidido centrarse en los vaivenes íntimos de la pareja y relegar a un segundo plano el desencanto de la madre. Esta valiente decisión choca con una cierta torpeza narrativa que se ve reforzada por la indecisión del cineasta en relación al punto de vista adoptado: el film no termina de anclarse en ninguno de los personajes, girando esporádicamente por cada uno de ellos.
Con fuertes resonancias del genial Woody Allen en lo que hace al judaísmo, las relaciones de pareja y la elite profesional de clase alta neoyorquina, Secretos de Diván tiene sus buenos momentos y se deja ver, aunque no pasa de ser un esbozo de un posible análisis de los prejuicios sociales. Tan ligera como pequeña, es fundamentalmente una excusa para disfrutar de otra excelente interpretación de Meryl Streep.
Título: Secretos de diván.
Título Original: Prime.
Dirección: Ben Younger.
Intérpretes: Meryl Streep, Uma Thurman, Bryan Greenberg, Jon Abrahams, Adriana Biasi, David Younger, Palmer Brown, Zak Orth, Annie Parisse, Aubrey Dollar, Jerry Adler y Naomi Aborn.
Género: Comedia, Drama, Romance.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 105 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2005.
Distribuidora: Distribution Company.
Fecha de Estreno: 25/05/2006.
Puntaje: 5 (cinco)