Por Pablo E. Arahuete
La cuarta película de Mariano Galperín (había debutado en 1995 con la despareja 1000 boomerangs) apuesta a lo incierto como punto de partida de una historia que se construye en forma fragmentaria y digresiva. Futuro perfecto, título que propone un juego temporal con lo que hubiera pasado y por determinadas circunstancias no sucedió, se adentra en el viaje introspectivo de Gastón (Guillermo Pfening, excelente), quien debe ir a Punta del Este a cerrar la venta de un departamento. Antes de partir, su novia (Lucrecia Oviedo) le informa que va a ser papá, por lo cual el viaje a Punta del Este toma otro cariz. Es que allí, en esa ciudad casi espectral invadida por una bruma que lo hace todo más lúgubre, permanecen intactos los recuerdos del pasado de Gastón; su adolescencia veraniega junto a su mejor amigo (Pablo Ini, soberbia actuación) y el Tío (un sorprendente Sebastián Borenzstein). Sin embargo, para Gastón aquellas vivencias del ayer no necesariamente
implican felicidad, sino un acecho de imágenes que prefiere olvidar y un profundo dolor causado por la culpa. En ese departamento vacío del que está a punto de desprenderse apenas consiga cerrar el trato, se esconde el secreto y la clave de su pesadilla.
No obstante, la demora y la espera lo mantienen atrapado en un círculo vicioso de voces acusadoras, espacios vacíos o angustiantes que lo transportan a un estado donde la ambigüedad entre lo vivido, lo recordado, lo reprimido -así como lo imaginario y lo real- se vuelven difusos. Tan perturbadora como desconcertante es la relación del protagonista con aquello que lo rodea, como también su necesidad de escapar de sus propios fantasmas, arrojarlos al mar. A pesar de sus intentos, las olas los regresan y la espuma de la memoria fragmentaria no se disipa nunca.
Resulta alentador comprobar que Galperín ha madurado en relación a sus filmes anteriores, como ese poco interesante ensayo con amiguetes que por esas cosas incomprensibles se materializó en un sub-producto sexploitation llamado Chicos ricos. Esa transición hacia la adultez se ve plasmada en este relato opresivo que se anima a coquetear con el género fantástico de a ratos y le encuentra una reelaboración a la excusa del viaje iniciático como medio y no como fin transformador.
Título: Futuro perfecto.
Título Original: Idem.
Dirección: Mariano Galperín.
Intérpretes: Guillermo Pfening, Pablo Ini, Sebastián Borensztein, Sebastián Mogordoy y Lucrecia Oviedo.
Género: Drama, Thriller.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 84 minutos.
Origen: Argentina.
Año de realización: 2007.
Distribuidora: Independiente.
Fecha de Estreno: 18/10/2007.
Puntaje: 7 (siete)
