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sábado, 23 noviembre 2024
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Meteoro: Siempre chocando contra el mismo auto

Por Emiliano Fernández

Cuando uno termina de ver Meteoro (Speed Racer, 2008) sólo queda una sensación: desconcierto. Sorpresa no, desconcierto y del peor. ¿Cómo se puede gastar millones de dólares en algo tan insignificante y vacío? Bueno, parece que en Hollywood no hay imposibles. El tapizado puede ser de pana pero el motor bordea la explosión. La pista del Mach 5 está tapizada únicamente con CGI de última generación; toda sustancia brilla por su ausencia. Las hermanas Lilli y Lana Wachowski se han transformado en unas diletantes cool del artificio más bobo y pueril (lo que implica afirmar que siguen con los mismos problemas que ya conocimos en las paupérrimas secuelas de Matrix). Meteoro es una suerte de video juego dirigido al público infantil que no garantiza un buen rato detrás del volante. Seguro que las Wachowski no saben manejar. Deben tener chofer hasta para ir al baño…

Ya el animé original no era gran cosa, apenas un entretenimiento ATP tan liviano como intrascendente. Pero por lo menos contaba con un mínimo encanto, quizás un poco escondido detrás de las cursilerías argumentales y las limitaciones gráficas (tan propias de la época). La historia es la misma de siempre: el joven protagonista es un adicto a la velocidad que se la pasa corriendo carreras para invocar el espíritu de Rex, su hermano muerto. De hecho, toda la familia del pibe está en el negocio (mami, papi, hermanos, novia y hasta el clásico chimpancé). Lástima que llega un magnate malo malo y le escupe en la cara algunas verdades: las competencias automovilísticas están arregladas de antemano en función de la cotización de las acciones de las mega-empresas involucradas. Como Meteoro es re buenito, le dice que “no”, que no quiere venderse, y por supuesto así le va…

Por si alguien no lo sabía, esta es otra propuesta filmada sobre fondo verde en una semana y animada/construida/editada en post-producción durante meses y meses. El elenco hace lo que puede dentro de este contexto en extremo limitante. De todas formas se destacan Susan Sarandon y John Goodman personificando a los padres. También Christina Ricci como Trixie y Kick Gurry como Chispita están muy bien. El encargado de componer a Meteoro es Emile Hirsch, un actor que no termina de convencer en el papel y encima sigue repitiendo la misma cara de estreñido que tenía en Juegos Prohibidos (Alpha Dog, 2006). Tampoco ayuda la insólita elección de Matthew Fox como el Corredor Enmascarado… ¿A quién se le ocurre llamar a Jack, alias el “Doctor de Lost”, para ese personaje fundamental? Decir que el camino está plagado de estereotipos y clichés es quedarse muy corto…

El esteticismo berreta de la película pretende calcar algunas marcas registradas del dibujo animado del ’67 para combinarlas con toda la artillería tecno-rimbombante de la actualidad. Si por un lado tenemos un montaje furioso, superposiciones constantes y primeros planos inquietos; por el otro está esa incómoda apariencia general de plástico quebradizo y multicolor. El verosímil se cae por todos lados y no sólo por un guion demacrado que busca con desesperación hacer complicada una anécdota sencilla sobre un viaje de iniciación. Meteoro comienza con dificultades narrativas y luego naufraga en un mar de lugares comunes. En esto influye que las principales herramientas con las que contaban los realizadores, las colisiones provocadas por las carreras, están sumamente desperdiciadas. Recién a la mitad del film hay una competencia interesante, a gran escala…

La obra de las Wachowski venía funcionando de a pares. En los ’90 nos entregaron dos realizaciones muy logradas, Sin límites (Bound, 1996) y la primigenia Matrix (1999). Con The Matrix Reloaded y Revolutions, ambas del 2003, la cosa tocó fondo catastróficamente gracias a un cristianismo new age masticado, digerido y regurgitado para tecnócratas y demás advenedizos posmodernos. La meticulosa V de Venganza (2005), escrita por las hermanas, abrió las puertas hacia un futuro prometedor. Hoy nos percatamos que eran esperanzas sin sustento. Aquella era delirante pero entretenida; ésta ni siquiera eso. Los 129 minutos se hacen eternos y cada escena es más tediosa que la anterior. Sólo un componente ha sobrevivido con relativo éxito: el humor simplón basado en gags físicos. Hasta Royalton, el villano, es una marioneta sin alma…

Pocos recuerdan que el primer collage pop relevante de la década pasada fue Dick Tracy (1990), una verdadera joya a cargo de un inspirado Warren Beatty. En esa ocasión los ojos saltaron debido a la amplitud cromática del estallido visual. A posteriori se convirtieron en standard las adaptaciones deudoras del cómic, las novelas gráficas y/o la animación. Al tiempo que se iba ahuecando más y más el discurso, los artilugios en 3-D experimentaban un avance sin precedentes. Después por suerte llegó Pixar y todo tuvo un final feliz. Hay que tener mucho talento, o en su defecto, mucho coraje para encarar de nuevo los fondos verdes luego de exponentes como Episodio III (2005) o la apabullante Sin City (2005). Las Wachowski no aprendieron nada: confunden manga con cine y le roban a Tim Burton unas cuántas ideas en lo que respecta a diseño de producción. Todo está contaminado con tonos pasteles y parece haber sido centrifugado al mango (desprendimiento de la oscuridad mediante). Falta garra en el relato y solvencia estructural. Meteoro derrapa, se va a la banquina y ni los bomberos lo salvan. Hay gente que choca siempre contra el mismo auto…

Título: Meteoro.
Título Original: Speed Racer.
Dirección: Lilly Wachowski & Lana Wachowski.
Intérpretes: Emile Hirsch, Matthew Fox, Susan Sarandon, John Goodman, Christina Ricci, Roger Allam, Scott Porter, Kick Gurry, Rain, Park Joon Hyung, Nicholas Elia, Melissa Holroyd, Ariel Winter, Christian Oliver y Paulie Litt.
Género: Acción, Aventura, Comedia.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 135 minutos.
Origen: EE.UU./ Australia/ Alemania/ Japón.
Año de realización: 2008.
Distribuidora: Warner Bros.
Fecha de Estreno: 08/05/2008.

Puntaje: 2 (dos)

El staff opinó:

Entré al cine decidido a ver la basura multicolor que los avances publicitarios venían anticipando desde hace meses. Me encontré otra cosa: multicolor, sí, pero lo de “basura” supongo que quedará para discutir según el concepto que se tenga de lo que el cine debería ser en términos de representación. La película, conceptualmente, es perfectamente coherente en sí misma y el criterio estético está muy bien definido en función de la velocidad, los excesos y la creatividad descomunal del relato. No es para los cinéfilos puristas, eso es seguro; pero para ser honesto, después de “terminada la carrera” me resultó imposible visualizar el dibujito Meteoro adaptado de una manera más visceral y enérgica que esta…-. Juan Blanco (7 puntos)

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