Parece por lo menos improbable que los dos únicos filmes en los que ha participado Jennifer Westfeldt en calidad de actriz, guionista y productora independiente logren el milagro de concitar la atención de la distribución local como para estrenarlos. Sucedió por primera vez el 15 de agosto de 2002 con la excelente Besando a Jessica Stein y ahora con la también meritoria Cásate conmigo otra vez. Tanto en términos artísticos como comerciales, la esbelta y talentosa Jennifer continúa demostrando su valía: es una lástima que se prodigue tan poco en pantalla. Con apenas un millón de dólares de presupuesto, la comedia feminista Besando a Jessica Stein hizo una entrada triunfal en el circuito indie de los Estados Unidos para luego expandirse al resto del planeta con gran suceso gracias al apoyo de la Fox Searchlight Pictures. Cásate conmigo otra vez costó un poco más, tres millones y medio, pero mantiene el mismo espíritu fresco y libre de aquella historia dirigida por Charles Herman-Wurmfeld. La clave, como debería ser siempre, reside en el muy bien trabajado guión de Westfeldt. El amor, la pareja, la infidelidad, el divorcio y el psicoanálisis en una gran urbe como Nueva York son los temas que van surgiendo de la mano de unos personajes grandiosamente trazados por la autora. Quizás su mirada no aporte nada nuevo a un género que ya entregó sus mejores exponentes gracias a genios como Woody Allen, Henry Jaglom o Paul Mazursky pero tampoco pretende hacerlo; simplemente se contenta con crear su propio universo y ser consecuente con él hasta las últimas consecuencias. Un relato 100% coherente ya es mucho pedir hoy día…
La gracia de esta comedia de Robert Cary parte del contraste de sus protagonistas. Mientras que Ira (Chris Messina, un clon que le salió al periodista de TyC Cristian Garófalo) pertenece a una clase media alta de intelectuales algo snob (sus padres son dos analistas aburridos de escuchar la misma y eterna letanía de sus pacientes), la dulce y soñadora Abby (una encantadora Jennifer Westfeldt) trabaja en un gym; menos convenciendo a los potenciales socios de adquirir una membresía en el club, que socializando y tratando de arreglar la vida de medio mundo. Estos aparentemente irreconciliables personajes se conocen de manera fortuita en el gimnasio y, seis horas más tarde, ya están dispuestos a convertirse en marido y mujer. No hay dudas de que la premisa es irreal pero está tan sabiamente llevada y tan prodigiosamente actuada que muy pronto ese hecho deja de verse como algo forzado. Además, ¿quién no se casaría con una mujer como Abby? Lo loco, en todo caso, sería que alguien se enamore con esa facilidad de Ira. Neuróticos así no se consiguen a la vuelta de la esquina, precisamente…
Hija de ese subgénero que los estadounidenses aprendieron a dominar como pocos que es el de la comedia sobre el matrimonio (o re-matrimonio), Cásate conmigo otra vez triunfa en su impecable descripción de lugares, ambientes y personajes con un claro predominio de humor judío, enredos de alcoba varios y una cuota de romance nada desdeñable. Como frutilla del postre, cerca del final se dan cita en una terapia grupal a calzón quitado, todos los profesionales de la salud mental que aparecen en el filme. Son unos cuantos pero ninguno como el Dr. Morris Saperstein, toda una creación del notable comediante Jason Alexander. Para un porteño, la fauna observada en Cásate conmigo otra vez es capaz de generar una sensación de familiaridad insólita. Neuróticos, apáticos e inseguros; inexplicablemente felices o amargados: no sé si hablo de los personajes o de los argentinos. Y sí, sólo les falta el fútbol y el tango…
Título: Cásate conmigo otra vez.
Título original: Ira and Abby.
Dirección: Robert Cary.
Intérpretes: Chris Messina, Jennifer Westfeldt, Frances Conroy, Judith Light, Robert Klein, Fred Willard, Jason Alexander y BD Wong.
Género: Comedia, Romance.
Calificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 101 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2006.
Distribuidora: CDI Films.
Fecha de estreno: 11/12/2008.
Puntaje: 7 (siete)
El staff opinó:
–Woddyalleneana pero en un nivel diferente, esta comedia romántica de la autora y actriz Jennifer Westfeldt no sólo entretiene por la perspicaz mirada sobre sus personajes sino porque se atreve a reflexionar con inteligencia y humor sobre una temática que ya el cine norteamericano ha desgastado con millones de estereotipos.– Pablo E. Arahuete (7 puntos)