Por Pablo E. Arahuete
La sociedad artística entre Helen Hunt y Matthew Broderick hoy no es otra cosa que un dato superfluo o un mero ejercicio de nostalgia que nos remite a décadas pasadas en un film olvidable llamado Proyecto secreto: simios (Project X, 1987). Luego, cada uno siguió su rumbo involucrándose en diferentes películas; cosechando tantos éxitos como fracasos pero compartiendo cierto desgaste –físico y artístico- que con el correr de los años se puede apreciar con creces.
Quizás sea Helen Hunt quien acusa desde su rostro avinagrado ese paso del tiempo o por lo menos un dejo de desgano a la hora de encarar una película. Sin embargo, cuando se trata de un desafío personal detrás de las cámaras la lógica indica que no debería notarse aquel síntoma. Desafortunadamente ese no es el caso de Cuando todo cambia, opera prima de la actriz que también cuenta con un rol protagónico encarnando a April, quien tras la muerte de su madre adoptiva y una abrupta separación de su pareja (Broderick) recibe la noticia que su madre biológica está dispuesta a conocerla. Claro que si esa mujer -que la abandonara apenas ella cumpliera un año- fuera nada más ni nada menos que Bette Midler (prácticamente haciendo de sí misma) el encuentro sería mucho más jugoso.
Podría decirse que la historia planteada por Hunt tiene todos los aderezos de lo que se
denomina “dramedie” (dramedy), es decir un melodrama con dosis de comedia. No obstante, eso se logra a medias debido a la anodina dirección y falta de ritmo en las escenas donde la protagonista demuestra sus vicios televisivos en relación a cómo limita la puesta en escena a veces a riesgo de volverse tan funcional a la acción que pierde todo sentido del espacio. Nótese la escasez de los primeros planos para evitar mostrarse y la abundancia de planos enteros que la hermanan peligrosamente con una puesta teatral.
Si bien es una película de actores y no tanto de actuaciones el mayor problema del guion es que pretende abarcar con agudeza varios tópicos del universo femenino: la maternidad, la crisis de los cuarenta, la relación entre madres e hijas (ya sean biológicas o adoptivas), la impronta de la tradición judaica como mandato social arrastrado por un complejo de inferioridad y de culpa que atraviesa la psicología de la protagonista.
Sin mucho más para agregar que un dato de color como la presencia en un papelito simpático del escritor maldito Salman Rushdie y algunos que otros mohínes de Colin Firth, quien desempeña con eficacia su doble rol de madre y padre conflictuado, no queda mucho por destacar de este fallido intento de Helen Hunt como realizadora, guionista y actriz.
Título: Cuando todo cambia.
Título original: Then She Found Me.
Dirección: Helen Hunt.
Intérpretes: Helen Hunt, Colin Firth, Bette Midler, Matthew Broderick, Lynn Cohen, Ben Shenkman, John Benjamin Hickey y Tommy Nelson.
Género: Comedia, Drama, Romance.
Calificación: Apta para mayores de 13 años.
Duración: 100 minutos.
Origen: EE.UU./ Reino Unido.
Año de realización: 2007.
Distribuidora: Distribution Company.
Fecha de estreno: 30/04/2009.
Puntaje: 5 (cinco)
