Por Pablo E. Arahuete
“Abusadores, abusadores”, grita una turba de latinos y negros enardecida en las puertas de un supermercado donde hay una toma de rehenes. Pero quien está allí, envuelto en una maraña de nervios, no es un delincuente común sino un policía que se ha desviado de su senda de “servir a la comunidad” por unos magros miles de dólares provenientes del narcotráfico centroamericano que asola las calles de Nueva York, mientras los buenos policías la patrullan día y noche y dejan a sus familias, aún en vísperas de Navidad.
Entiéndase de una vez: es mejor tener una policía corrupta y lavar los trapitos al sol dentro de la propia institución que vivir bajo la amenaza de una muchedumbre de latinos o negros dispuestos a destruir la ciudad por resentimiento y en contra del gatillo fácil. Esa es la idea que se desprende de esta patética muestra de cine basura llamada Código de familia, que cuenta con los protagónicos de Colin Farrell como el policía descarriado y Edward Norton en un rol lamentable que le pondría los pelos de punta al mismísimo Sérpico.
Más allá del típico homenaje a los agentes caídos en el cumplimiento del deber, la trama -enmarcada en un registro que podría considerarse realismo sucio- resulta tan básica que despierta la risa desde el primer minuto hasta el final porque lo más grave es que el director se toma en serio esta historia de familia policial y la rubrica en cada plano con un dejo de dramatismo y solemnidad absurda.
No es culpa de los actores, entre quienes se encuentra el veterano Jon Voight -el pater familia avergonzado porque el nene le salió oveja descarriada- (como dato de color su hija Angelina Jolie también participó en El sustituto, otro film sobre la corrupción policial), sino de un guion tan elemental que se maneja con la dialéctica de buenos y malos, premios y castigos, lo que está bien y lo que está mal, el deber por encima del querer y otras idioteces por el estilo.
Cuatro policías aparecen asesinados tras un fallido operativo del Departamento de Vicios que tiene tufo a emboscada apenas cruzan la puerta y llegan a la escena del crimen. El saldo de semejante masacre, además de las pérdidas policiales, es la huida de un narcotraficante, quien supuestamente fue alertado sobre la inminente llegada de los uniformados. A partir de allí, el ABC de todo film de investigación policial donde un personaje intentará atar cabos sueltos y otro procurará que nunca llegue a conocer la verdad.
Ortodoxia de manual, bajada de línea en cada frase altisonante que persigue la intención de lavar culpas en pos de una defensa corporativista ridícula, son algunos de los rasgos sobresalientes para hundir este relato y ubicarlo en lo más profundo del mal cine.
Título: Código de familia.
Título original: Pride and glory.
Dirección: Gavin O’Connor.
Intérpretes: Edward Norton, Colin Farrell, Noah Emmerich, Jennifer Ehle, Jon Voight, Carmen Ejogo, John Ortiz, Ty Simpkins, Maximiliano Hernández, Frank Grillo y Shea Whigham.
Género: Policial, Drama.
Calificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 130 minutos.
Origen: EE.UU./ Alemania.
Año de realización: 2008.
Distribuidora: Distribution Company.
Fecha de estreno: 25/06/2009.
Puntaje: 2 (dos)
El staff opinó:
–Rutinario thriller policial que se sostiene principalmente por una correcta ejecución de Gavin O’Connor y una gran labor del elenco. Algunos problemas con el guion no comprometen del todo el resultado final. La corrupción de los azules siempre será un tema pertinente…– Emiliano Fernández (6 puntos)