Por Marcos Rodríguez
El título original de Diabólica tentación es Jennifer’s Body (“El cuerpo de Jennifer”). No es un dato al azar. En el centro de esta película tenemos un cuerpo, y no cualquier cuerpo: el cuerpo de Megan Fox. No es un dato menor para los adolescentes que aparecen representados en la película, no será un dato menor para los adolescentes que seguramente vayan a ver la película, ni lo será tampoco para todos aquellos espectadores con mente adolescente para quienes probablemente la sola presencia de esta actriz justifique pagar una entrada de cine. Megan Fox: el mundo la descubrió como coprotagonista de la película Transformers, pero es en esta película donde parece florecer realmente. Y hace de mala. Muy mala.
A pesar de lo dicho, Diabólica tentación no es simplemente un vehículo para esta actriz ni mucho menos. De hecho, ella ni siquiera es la protagonista, aunque se podría argumentar que el suyo es el personaje más interesante (y no solo por la carga sexual sino, fundamentalmente, por lo que se hace con esa carga). Como en toda buena película de terror (y esta lo es), lo erótico va unido a lo demoníaco y va unido a lo seductor (en oposición, por ejemplo, a la espantosa Crepúsculo). Todo eso es Megan Fox. La novedad es que a esas capas (a estas alturas casi un lugar común, aunque no por eso menos efectivo) se suman nuevas superposiciones de sentidos: las lecturas sobre el mundo adolescente (claro, la época del despertar sexual, pero no sólo eso) y el uso del humor.
Si bien no es la primera vez que se cruza el género del terror con el humor (no hace mucho las carteleras porteñas exhibieron Arrástrame al infierno de Sam Raimi), esta vez los mecanismos son diferentes. En lugar de recurrir a la exageración y la autoconciencia del género, Diabólica tentación se queda, en cuanto al terror, en terreno firme, pero agrega diálogos afilados y situaciones casi cómicas que si bien no llevan a carcajadas sonoras, agregan una textura que funciona por contraste y da espesor a la película. Ese tipo de espesor que hace que una película siga siendo interesante en una segunda visión.
En este punto parece importante mencionar uno de los nombres centrales asociados a esta producción: el de su guionista, Diablo Cody. Ella fue quien escribió el guion de La joven vida de Juno, con el cual saltó a la fama. No solo volvemos a encontrar a jóvenes adolescentes concretas y contemporáneas con un manejo directo de la sexualidad, su sello parece estar sobre todo en la calidad (muy alta) de sus diálogos. La directora Karyn Kusama (la de Aeon Flux) completa el equipo femenino de Diabólica tentación.
Si bien la película tiene momentos desparejos, abusa un poco de los efectos de sonido para generar sorpresa y ciertas escenas de terror no terminan de desarrollar su atmósfera, sus aciertos son muy interesantes y en general cumple con su cometido. Hacia sus últimos minutos (cuando ya todas las líneas fueron planteadas), todo parece encarrilarse y la historia termina en un liberador baño de sangre. De esos con los que el espectador sale enfervorizado de la sala de cine.
Título: Diabólica tentación.
Título original: Jennifer’s Body.
Dirección: Karyn Kusama.
Intérpretes: Megan Fox, Amanda Seyfried, Adam Brody, Johnny Simmons, Carrie Genzel, Eve Harlow, J.K. Simmons, Amy Sedaris, Chris Pratt, Kyle Gallner, Josh Emerson, Juno Ruddell, Nicole Leduc, Ryan Levine y Lance Henriksen.
Género: Comedia, Terror.
Calificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 102 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2009.
Distribuidora: Fox.
Fecha de estreno: 01/10/2009.
Puntaje: 7 (siete)
El staff opinó:
–Claramente estamos ante una propuesta fallida, encantadora hasta cierto punto pero fallida al fin. Gran parte de los elementos rescatables de la película los encontramos en el guion entre sádico e irreverente de Diablo Cody, desaprovechado casi por completo por la insípida realizadora Karyn Kusama. El film por momentos es tan bizarro y desconcertante que parece algo escrito por Nicholas St. John para Abel Ferrara (por supuesto, si alguno de los dos tuviese sentido del humor…). Esta mixtura enajenada de terror, comedia y drama lésbico puede ser considerada tanto una ridiculización de las obras feministas centradas en las relaciones de poder entre los cuerpos (la fijación genital), como un ataque sutil a los grupitos de burgueses neo-góticos (la tribu urbana emo). El problema inexcusable de Diabólica tentación (Jennifer’s Body, 2009) es que no sabe administrar los distintos registros ni tampoco se decide de lleno por alguno de ellos en materia temática y/o visual. Sin embargo hay que reconocer que el puntapié de la trama, lo referente al sacrificio y la banda de rock, es extremadamente hilarante. Megan Fox es hermosísima aunque no pasa de “recurso estético”; Amanda Seyfried conserva la dignidad a fuerza de ponerle algo de carisma al asunto. En cuanto al balance final podemos renovar las esperanzas en la guionista de La joven vida de Juno (Juno, 2007), deseando que en un futuro cercano encuentre colaboradores talentosos y consiga levantar la puntería…– Emiliano Fernández (5 puntos)
–No alcanza con la belleza y sex appeal de la infartante morocha Megan Fox en un evidente operativo de marketing que no se atreve por el contenido de las imágenes a superar las barreras de lo permitido, a transgredir algún código de los convencionalismos del género pese a contar en el guión con la inteligente pluma de Diablo Cody que en este caso sobre escribe hasta decir basta…– Pablo E. Arahuete (5 puntos)